Concejala de Cambiemos confesó que sufrió abuso sexual infantil
Anita Martínez narró una situación personal antes de la aprobación del protocolo sobre episodios de violencia de género en la administración pública.
La sesión del jueves en el Concejo Municipal estuvo marcada por el relato en primera persona de una concejala que expuso una situación de abuso intrafamiliar sufrida hace más de 30 años, en el marco del tratamiento del protocolo de procedimiento ante episodios de violencia de género en la administración pública.
Cuando la sesión del Concejo Municipal giraba en torno al tratamiento y posterior aprobación de un protocolo de procedimiento ante episodios de violencia de género en el ámbito de la administración pública, la edila Ana Laura Martínez, de Juntos por el Cambio, desarrolló una exposición que caló hondo porque aludió a la problemática desde una experiencia personal.
Anita Martínez puso en valor la posibilidad de denunciar de forma cuidada, respetada, a sobre cerrado y sin exponerse para evitar mayor vulnerabilidad. “Para que no te pase, no me pase, no nos pase. Porque es un tema que atravesó todos los sectores sociales, todas las familias”, señaló en un contexto de mucha atención.
Tras ello, la edila narró: “Siento la necesidad de confesión de parte. Me costó treinta y pico de años decir que sufrí abuso infantil intrafamiliar y, en este sentido, tener la contención de mi familia, de mis padres, pero también la mirada rara de qué habré hecho con tan sólo 9 años para que un primo abusara de mí de una manera continua”.
Fue allí cuando Martínez remarcó: “Ahí está el punto de inflexión, de amarnos y perdonarnos, de que todos tengamos las herramientas para poder trabajarlo. Por eso lo cuento desde el perdón, no siento la victimización ni me siento víctima, me siento fortalecida porque tengo un hijo varón, porque tengo una hija mujer, y porque no quiero que esto le pase a ninguno de los hijos de esta hermosísima ciudad”.
La concejala dijo que es fundamental “quererse sanas, sentir libremente, elegir libremente” y no pasar por situaciones de violencia.
El protocolo se aplicará en circunstancias que impliquen situaciones de violencia de género: todas aquellas conductas, acciones u omisiones que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, y basadas en una relación desigual de poder, afecten la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también la seguridad personal de las mujeres cisgénero, transgénero y personas LGBTIQ+.
La ordenanza aprobada tuvo su origen en la presentación de un primer expediente por parte de la concejala Marina Magnani, de Unidad Ciudadana, a mediados de 2018.