Doscientos empleados gastronómicos rosarinos perdieron su trabajo durante el aislamiento
Si el Estado pretende no continuar otorgando algún tipo de subsidios «el panorama se volverá totalmente desolador», afirmaron desde el sector.
Con tapabocas, máscaras protectoras, guantes y sanitizante en mano, los bares y centros gastronómicos de Rosario lograron su reapertura luego de más de dos meses sin actividad. La medida, que fue celebrada por el sector, comenzó, ahora, a mostrarse insuficiente.
Las consecuencias de la cuarentena dejaron efectos devastadores. La actividad ha retornado no sin dificultadas. Mientras que algunos locales abrieron solo al 50 por ciento de su capacidad, otros decidieron no hacerlo, a la espera de mejores condiciones o en la víspera de nuevas oportunidades.
En apenas tres meses, unos 200 trabajadores gastronómicos perdieron sus fuentes de trabajo, en tanto, si el Estado pretende no continuar otorgando algún tipo de subsidios “el panorama se volverá totalmente desolador”, afirmó Sergio Recúpero, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) de Rosario.
Esta semana, la ciudad despertó con la triste noticia que la tradicional parrilla rosarina Don Leo, ubicada sobre avenida Pellegrini casi San Martín, se había sumado a la lista de locales gastronómicos que cerraron sus puertas en plena pandemia.
Desde abril del año pasado, la firma se encontraba en concurso preventivo de crisis, con un pasivo superior a los $2,8 millones. Aunque los gerenciadores alcanzaron a presentar un plan de pagos, algunos de sus acreedores no lo acompañaron y la crisis desatada junto a la inactividad por la cuarentena se convirtió en la estocada final.