Diálogo tenso entre el Gobierno y los bonistas retarda la presentación de la contraoferta
Los mercados están al tanto que el dialogo entre el Gobierno y los bonistas no atraviesa su mejor etapa. La propuesta llegaría el fin de semana.
La suba del dólar paralelo tiene varias causas, pero una de ellas sin duda, es la incertidumbre que provoca el futuro de la restructuración de la deuda, coinciden en señalar en la City. Y, seguramente los mercados están al tanto que el dialogo entre el Gobierno y los bonistas no atraviesa su mejor etapa.
“Todavía no tenemos la contraoferta, con suerte puede estar lista este fin de semana”, señaló una fuente cercana a los fondos de inversión que se encuentran elaborando una propuesta alternativa a la oferta de canje de la deuda externa argentina.
Cabe recordar que el Gobierno decidió prorrogar hasta el viernes 22 de mayo su iniciativa y el presidente Alberto Fernández formuló declaraciones en cuanto a que esta propuesta se mantiene en pie y que espera una respuesta de los acreedores.
Sin embargo, no es fácil poner de acuerdo a todos los acreedores en una misma iniciativa, sostienen desde Wall Street. Como es lógico, los más “duros” son los tenedores de los títulos emitidos durante la gestión de Néstor Kirchner ya que tienen cláusulas de emisión más favorables para los acreedores que los lanzados durante el gobierno de Mauricio Macri.
Las gestiones continúan, pero no en el mejor de los climas, según precisan algunos informes. Se señala que existen problemas de comunicación. “Los bonistas hablan el idioma de «Wall Street», sustentado en bases legales y décadas de experiencia de reestructuraciones de deuda.
Por su parte, el Gobierno habla el idioma de la academia y la política, buscando cambiar los principios que han regido este tipo de operaciones, para que ahora sean más contemplativos de los problemas estructurales a los que enfrenta el país, y además la circunstancia inédita de la pandemia actual” sostiene un report de Delphos Investment Cohen.
En tal sentido, afirma que “el idioma de Wall Street» apunta a precios de arreglo en la zona de US$ 60, mientras que el idioma «académico» no parece querer excederse de u$s 45/50. Y concluye que “por ahora no parece haber entendimiento, lo que dificulta un acuerdo en momentos que los plazos corren y juegan en contra del gobierno”.
Todavía no se conoce con precisión qué precios demandarán los bonistas, pero en medios cercanos al gobierno se considera que, más allá de la posición negociadora inicial, “para cerrar debiera ser por debajo de u$s 60”.
Todo hace presuponer que la contraoferta de los bonistas será por encima de lo que está dispuesto a conceder el Gobierno, de donde en el curso de la semana próxima se darían intensas negociaciones intentando acercar posiciones. Con todo, algunos analistas siguen confiando en que es posible un acuerdo en torno de un precio de u$s 50.
Dado que quedan menos de diez días para el cierre de la oferta, algunas versiones hablaban de la posibilidad de un standstill (acuerdo para extensión de los plazos). Sin embargo, especialistas le asignan pocas chances. Explican que un standstill necesita de asambleas, o sea de los votos de los fondos para aprobarla y para juntar esas voluntades se requieren más de diez días.
En cambio, creen probable – si la negociación se encamina – que se alcance un acuerdo que incluya un «pacto de no agresión», es decir darse un plazo breve para implementar los acuerdos sin disparar acciones de represalia.