Cuna de la Noticia festeja su primer año de vida
El sendero del destino tiene esas curvas que ensanchan de alegría el corazón a más no poder. Un año de Cuna de la Noticia ¿Quién iba a creerlo? El 20 de junio de 2010, el Día de la Bandera comenzamos el emprendimiento informativo que hoy nos tiene escribiendo estas líneas. ¿Por qué? Quizás para despuntar el vicio del periodismo, porque es verdad que nos encanta el periodismo. Nos encanta percibir el aroma de la tinta del papel de diario cada día en compañía de un café. Nos encanta iniciar sesión en internet y dirigirnos virtualmente a los últimos acontecimientos del mundo.
Nos encanta prender la tele y ver que cosas pasan en este hermoso país, esta hermosa, provincia, esta hermosa ciudad. Por eso decidimos lanzarnos a esta aventura, porque sabemos que el horizonte, si es que existe, es importante, pero más importante es el camino que nos lleva a su encuentro.
Ese camino se nos presentó impreciso, engañoso, traicionero. Tuvimos que lidiar con las pequeñeces miserables del egoismo humano, que trató de emponzoñarnos sin conseguirlo. Era potente el antídoto, porque se nutría de la vigorosa savia de la esperanza, de la utopía si se quiere, que nos daba fuerzas para continuar. Los agoreros de siempre, paridos por la desgracia, no quisieron ser menos. Una semana de vida, predecían, ocultando su evidente felicidad. A la semana, extendieron su prónostico: un mes. Al mes, dijeron “bueno, tienen suerte, pero a más tardar en medio año se derrumba el proyecto”. Y cumplido ese lapso, tuvieron que asumir el hecho de que quizás no éramos los indicados para ponerlo en práctica, pero sin duda no escaseaba en nosotros el complemento esencial de la virtud; la voluntad.
¿Existieron problemas internos? Seguro. La vanidad se hizo un festín con la carne del grupo. El personalismo exacerbado pudo más en ocasiones que la decisión conjunta, induciendo a la reyerta, que redundaba a la postre en mayor división, amenazando con la extinción. Primó la cordura, sin embargo, valorando el mañana por sobre el presente; costosa paz temporal anclada en el silencio. Es complicado aprender a pensar en primera persona del plural, pero tarde o temprano se logra.
Dejamos muchas cosas de lado por este sueño. Proyectos personales, relaciones afectivas, sentimentales, laborales, martirizan nuestra conciencia desde el ayer preguntándonos porqué los abandonamos. Es que a veces toca escoger, y antes que lamentarnos impotentes algún día por lo que podría sido pero no fue, optamos por seguir lo que soñábamos despiertos en reuniones trasnochadas. Algunos de los que hacían más fuerza para que se cumplan esos anhelos, hoy no nos acompañan, pero el recuerdo de los gratos instantes vividos los mantiene cerca.
365 días no caben en una hoja. Son muchas sensaciones juntas difíciles de contar en palabras, demasiado intensas para perderse en la calma de la tinta o en la comodidad del teclado de una computadora. Sí, podemos decir, que todo se trató de un juego ¿Por qué? Porque entendemos el periodismo como un ejercicio lúdico-cultural que nos hace cada día mas felices. Nos hace sentir vivos, nos hace sentir libres, nos remonta a las horas de la infancia cuando abríamos el diario y jugábamos a ser los personajes que aparecían en las noticias. Nos hace pensar, nos hace preguntarnos qué pasará mañana, temiendo por el futuro, porque de chicos nos contaron que una vez, a los niños que jugaban con tinta y papel se los llevaron personas malas que no los querían. Sigamos jugando para que en este país todos podamos estar presentes. Sigamos siendo niños.