Efecto Coronavirus: Se eliminarán los descensos en la Superliga
Diego Maradona cumpliría con ayuda externa el objetivo que tenía: que Gimnasia se mantenga en la primera A.
La pandemia de coronavirus que azota al mundo puede conseguir algo que parecía utópico hace unos días en el fútbol argentino: que los dirigentes de la primera A se pongan de acuerdo en el número de descensos para esta temporada.
La incertidumbre provocada por la enfermedad hace que nadie sepa cuándo se retomará la actividad, pero los llamados y las comunicaciones entre directivos continúan. Más allá del formato del próximo torneo de la máxima categoría, aún en discusión, se parte de una premisa: la anulación de los descensos de este año por fuerza mayor (el virus) y una Liga Profesional de 26 equipos (los 24 actuales más los dos ascendidos de la Primera Nacional).
Diego Maradona cumpliría así su principal objetivo de la temporada: que su Gimnasia La Plata se mantuviera en la A. También se beneficiarían Patronato, de Paraná , y Central Córdoba, de Santiago del Estero , los otros dos equipos que por ahora son los condenados por los promedios.
Hasta que la entidad cerró sus puertas por la cuarentena obligatoria, en los pasillos de la AFA se hablaba de una «teoría del castigo» para justificar la decisión de anular la pérdida de la categoría durante esta temporada. «Al que baja no podés castigarlo, porque le faltaron 10 partidos para intentar salvarse. No tuvo chance. Para el que sube, en cambio, es un premio. Era el mejor hasta el momento en que se paró todo y hay que respetárselo», contó una alta fuente de la calle Viamonte. Así, nadie está en desacuerdo con cancelarlos, sobre todo cuando ni siquiera había unanimidad en la cantidad de equipos que bajarían: comenzaron siendo cuatro, luego eran tres, más tarde fueron dos con una hipotética promoción entre el tercer mejor equipo de la Primera Nacional y el tercero peor de la Superliga. Hasta que el presidente de la AFA, Claudio Tapia , zanjó el tema diciendo que los descensos eran tres , que estaban «escritos en el reglamento» . Ese documento, coronavirus mediante, será reescrito .
Los dirigentes ya tienen en sus teléfonos dos opciones para el futuro. Ambas contemplan 26 equipos, más allá de que la televisión haya pedido 24. La más probable, y en la que la AFA trabaja desde hace unos días, es la del regreso de los torneos Apertura y Clausura, de 25 fechas cada uno y formato de todos contra todos.
El Apertura se jugaría entre julio y marzo próximos y tendría un receso entre diciembre y enero. El Clausura tendría lugar entre abril y diciembre del año que viene, con una pausa entre julio y agosto por la Copa América, otro torneo postergado por la pandemia. En este escenario, a fines de 2021 bajarían a la Primera Nacional cuatro equipos y ascenderían dos, por lo que se cumpliría el anhelo de los dueños de los derechos televisivos de tener 24 clubes. Se mantendrían los promedios, que tomarían las temporadas 2018/19, 2019/20 y 2020/21.
La clasificación para disputar las copas internacionales sería bastante más complicada. Para los certámenes de 2021 se tendría en cuenta la tabla acumulada de la Superliga 2019/20 (la que ganó Boca hace 15 días) más las 17 primeras fechas del Apertura 20/21. Para los torneos internacionales de 2022 ni siquiera está definido: analizan emplear una tabla anual de 2021 (marzo-diciembre) o bien la acumulada de toda la temporada 2020-2021.
La otra opción que barajan quienes arman las competencias locales consiste en un torneo Transición en 2020 (comenzaría el viernes 3 de julio y terminaría el domingo 13 de diciembre), de 25 fechas y con todos cruzándose contra todos. Contempla, además, un descenso por promedio al final del campeonato, más un ascenso desde la Primera Nacional.
La temporada 2021 quedaría lista como para desarrollarse de enero a diciembre, como pretende Conmebol, por lo que la reestructuración tendría un efecto colateral: el alineamiento del calendario argentino con los del resto del subcontinente. También en ese caso, en 2021 habría Apertura y Clausura.
El primero de ellos abarcaría 25 jornadas de enero a agosto, también con todos los equipos enfrentados entre sí, y contemplando un receso por la Copa América. El Clausura sería distinto: como no dan los fines de semana como para realizar otra rueda de 25 fechas, los 26 clubes se dividirían en dos zonas de 13, al estilo de la -por ahora- fallida Copa Superliga 2020. Jugarían todos contra todos a una rueda y los dos primeros de cada grupo irían a las semifinales. La final sería a partido único en un estadio neutral. En diciembre descenderían los cuatro equipos de peores promedios.
En este segundo modelo, la clasificación para los torneos internacionales se decidiría de acuerdo con el siguiente esquema: para 2021 se tomaría en cuenta la tabla acumulada de la Superliga 19/20 y la del Transición 2020, y para 2022 contaría la tabla anual de 2021.
La fecha límite para presentar los cambios al estatuto de la AFA y la inclusión del reglamento de la Liga Profesional es el 20 de abril, casi tres semanas después del que por ahora será el último día de la cuarentena generalizada impuesta por el Gobierno. Hasta entonces, no habrá cafés ni reuniones de directivos. La «Mesa Directiva» o «mesa chica» de la Superliga tomará decisiones por videoconferencia. Estos días de pelota parada serán para resolver urgencias. El fútbol que no miramos se seguirá jugando.
El contexto actual
Gimnasia y Esgrima La Plata, con un promedio de 1,052 puntos por partido; Patronato, de Paraná, con 1,078, y Central Córdoba, de Santiago del Estero, con 1,083, eran, hasta la suspensión del fútbol, los que ocupaban los puestos de descenso.
En los últimos tiempos hubo cambios de entrenadores en clubes apremiados. Si bien había hecho una gran campaña en Central Córdoba, los recientes malos resultados terminaron con la renuncia de Gustavo Coleoni, que había conseguido el ascenso del Ferroviario en la última temporada. En tanto, Eduardo Domínguez asumió antes de la primera fecha de la Copa Superliga en Colón y el conjunto de Santa Fe volvió a ganar después de 9 partidos, y como visitante, luego de 25. Una inyección anímica para el equipo que peor está en la tabla de los promedios (1,118) después de los tres mencionados.