La cartelería de la unidad peronista
Lo visual es imprescindible para el sistema capitalista. Cientos de escritos de todo tipo a lo largo y ancho del mundo desde diferentes vertientes de pensameinto se han producido sobre este tema.
La política, a pesar que se luche contra ello (corrijo, algunos luchen contra ello, puestos que otros están más que conformes con la mercantilización de la misma), interviene dentro del consumo cotidiano como un objeto más que llega a los receptores a través de los ojos. Por ende, es vital para los aspirantes a lograr el apoyo ciudadano en las instancias de elección, promocionar su imagen debidamente. No está mal hacerlo, ya que sin ese recurso se torna en extremo difícil conseguir aceptación porque no se puede creer en lo que no se ve, al menos no en personajes terrenales. Si es, en extremo criticable, el exceso, a veces rayano a la obscenidad en el que han incurrido, incurren, y seguramente incurrirán algunos candidatos en época de campañas electorales. Esto pudo vislumbrarse en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del pasado 22 de mayo. No hace falta mencionar ejemplos para ilustrar este enunciado.
El justicialismo santafesino es una de las fuerzas que ha dado cauce en los últimos días a esta opción de marketing. Ha aparecido por doquier en diferentes puntos de la ciudad cartelería del Frente Santa Fe Para Todos, nombre legal del acuerdo logrado el 5 de enero en la sede del Sindicato de Luz y Fuerza de la ciudad de Santa Fe, sitio donde el peronismo provincial selló su unidad de cara a las elecciones regionales del presente año.
El slogan que acompaña la imagen solo reza «Tenemos el mismo sueño. Frente Santa Fe Para Todos», y no está presente el tradicional logo del partido fundado por Juan Domingo Perón. Esto seguramente obedece a una adecuada lectura del pensamiento promedio del habitante de las ciudades, enemigo acérrimo del más mínimo contenido justicialista; y a una estrategia premeditada de mostrar objetivos comunes por sobre las diferencias internas, que existieron y siguen existiendo, aunque se mantengan en sordina.
Un gran final a toda orquesta para esta alianza política, además de publicidad, demandará paciencia y un mayor compromiso con el después antes que con el ahora; porque para que exista un después, deberá aparecer simple y clara, la hoja de ruta a futuro que orientará su eventual administración. Un programa de gobierno facilmente accesible al entendimiento colectivo que contemple las necesidades sociales, económicas y políticas de la provincia. En ese orden de prioridades.
Reducir a una opción de «marketing» o propaganda el muy buen afiche que muestra a la Presidente Fernández junto a M. Eugenia Bielsa, Omar Perotti y Agustín Rossi, es de un reduccionismo tal que cuesta creer no imbuído de malicia, interés o rencor partidario.
En una interna los partidos, y las alianzas, dirimen diferencias internas.
Luego, compiten unidos contra otros partidos o alianzas.
Buscan ampliar sus adherentes más allá de los militantes, afiliados y votantes habituales y convencidos.
Eso vale para el objeto de análisis de la nota, para el frente cívico UCR-PS-PDP y para los partidos de las democracias occidentales.
Lo de enemigo acérrimo del más mínimo contenido justicialista es mucho afirmar.
Si así fuera, estaría bien dar más amplitud a la convocatoria.
De hecho, el socialsmo les habla a los no socialistas. Es más, hay allí una de las mayores habilidades de dicho partido, la de diluir su núcleo conceptual al presentarse hacia la sociead, la de sus -antes sobre todo- pulidas y desteñidas maneras. Tanto que a veces le ha valido la crítica injusta de amarillistas por parte de lógicas blindadas.
El que el programa de gobierno peronista sea críptico para el electorado es más que discutible. En todo caso no mucho más abstracto que las palabras mágicas nodos descentralizados autonoomizantes, único logro que exhibe la coalición de gobierno hoy oficialista en Santa Fe.
El marketing es algo propio de los tiempos modernos, no es ni bueno, ni malo. Como peronista considero muy buena y acertada la campaña, más que nada para sitios como Rosario, en donde hace más de dos décadas (preso de sus errores), el justicialismo no puede ganar. Rencor, la verdad que no tengo exceptuando ciertas críticas a la forma de construcción política de la dirigencia política del PJ santafesino, en especial lo actuado habitualmente por segundas y terceras líneas de militantes, si es que puede considerarse rencor. Malicia, menos; y mi único interés es que recupere la provincia el peronismo y si es posible la ciudad de Rosario también. Saludo la unidad, que promovimos yo y un grupo de personas desde este medio periodístico en reiteradas oportunidades http://www.cunadelanoticia.com/?p=12956,http://www.cunadelanoticia.com/?p=13077,http://www.cunadelanoticia.com/?p=9078,http://www.cunadelanoticia.com/?p=9921. Ahora siempre, creí y lo hice explicito, que esa unidad debía asentarse sobre un programa que contemplara las principales necesidades sociales, económicas y políticas de los santafesinos http://www.cunadelanoticia.com/?p=13379. Hoy, creo que ese programa existe, o por lo menos existe en oposición al del socialismo (hablando en términos antropológicos, la manera en como se construye la identidad,) pero no ha sido debidamente comunicado a la sociedad para que se cerciore de la propuesta justicalista y la apoye en las elecciones del 24 de julio.
Por otra parte, los términos marketing y propaganda si bien se utilizan generalmente para los países europeos, también son adecuados para los latinoamericanos, en donde los candidatos de cualquier índole necesitan de los servicios de estas técnicas para posicionarse en la consideración de los electorados. Yo, cuando hablaba en la nota de gasto obsceno, hacía referencia casi pura y exclusivamente a la propaganda y marketing del socialismo y el migueldelseísmo, o como se llame esa nueva corriente política que pregona la antipolítica pero hace política. Agustín Rossi, justamente fue uno de los candidatos que menos dinero destinó a la campaña hasta donde tengo entendido. Y respecto al programa, sí lo considero importante, porque genera en la sociedad, y especialmente en los sectores medios que es donde debe apostar el Frente Santa Fe Para Todos para alzarse con la victoria, sensación de solidez, de robustez de la propuesta política, si se me permite el término. De lo contrario, seguramente, sucederá lo que tuvo lugar en la última elección general de concejales en la ciudad de Rosario donde el justicialismo, en todas sus variantes, dio una pobre imagen sacando muy pocos votos. La gente no come vidrio y cuando ve «bolsas de gatos» (como en la citada elección, en la que hasta un día antes hablaban peste unos de otros los candidatos),- o sea un rejunte sin criterio-, castiga esa opción, negándole su sufragio. La interna peronista del 22 de mayo pasado, al contrario, se manifestó coherente y civilizada. Esa diferencia, creo que le da otro handicap al justiciallismo para el 24 de julio próximo.
Este reciente lanzamiento de cara a las generales en la provincia y las nacionales fue un gran acierto. Más allá de lo político, desde lo gráfico y lo comunicacional, lo bueno de esta campaña fue que se aprovechó una fotografía como registro de un hecho, de la reunión entre candidatos de distintos sectores. Una fotografía inmejorable con los cuatro sonrientes, y eso no es poco. Un instante capturado por la cámara en el ámbito de trabajo de la presidencia, algo de lo más natural. Sin escenarios montados. Sin manipulación. No hubo que visitar a un estudio fotográfico. No hubo necesidad de recortar y pegar siluetas en el Photoshop (como varias veces nos quieren engañar usando la imagen de algún otro político, deportista o artista sin su autorización). No hubo mucho que hacer, sólo algunos ajustes, recortar un poco y agregar la frase para reforzar una de varias significaciones que le podemos otorgar: vamos juntos pateando para el mismo lado. Una imagen que se diferencia ¡por fin! de las típicas fotos de campaña. Acá no hay primer plano del rostro, tampoco color ni cielo de fondo. No perdieron tiempo con el slogan ni con el diseño. Sin nombres ni cargos total ya los conocemos, eso hubiera sido una sobrecarga de información. Me parece que los realizadores la hicieron simple, pensaron «usamos esta foto, largamos campaña, imprimimos afiches y dale que va, que tenemos el mismo sueño y para eso estamos trabajando, no hay tiempo que perder». Sencillamente genial.