El aborto, una grieta que el Presidente no podrá cerrar
El discurso del presidente Alberto Fernández iniciando las sesiones ordinarias del Congreso estuvo bien articulado. De tono moderado y conciliador, se lo podría definir como el de un peronista progresista. Moderación que mantuvo incluso cuando anunció el envío de un proyecto de ley de aborto legal. Sucede que aquí los equilibrios no alcanzan porque no hay términos medios entre la vida y la muerte. El Presidente lo intentó a la hora de enviar el proyecto de los 1.000 días, de importancia no menor para las mujeres que están desprotegidas y desean seguir adelante con su embarazo. Queda claro que uno de los propósitos de la gestión del presidente Fernández es cerrar la grieta; con este tema las orillas se alejan y es muy difícil que logre suturarla. Que un penalista entienda que es un derecho matar una vida suena raro; más aún para quien está dispuesto, con políticas que ya aplica, a defender a los más débiles. Una cosa es despenalizar, otra es transformarlo en un derecho. Fernández en su defensa a los más débiles con sus políticas ha permitido que un millón de familias ya sean titulares de la tarjeta AlimentAR, logrando el acceso a una canasta alimentaria de calidad. El Plan Argentina contra el Hambre inyecta más de 70 mil millones de pesos anuales (más de 1.000 millones de dólares) y acerca a consumidores y productores en comercios de proximidad.
El Presidente abrazó, entendió y rápidamente reaccionó ante un gran problema nacional cuya punta de iceberg emerge en Santa Fe: el narcotráfico, lavado y demás delitos. Lo anunciado el domingo sería producto de reuniones previas entre el gobernador Omar Perotti, el ministro de Seguridad Marcelo Sain, el jefe de gabinete Santiago Cafiero y el propio Presidente. Luego de un gran intercambio de información, de un “peinado fino” sobre quién es quién en la justicia Federal de Santa Fe y Rosario, continuaron en la usina de ideas para diseñar las respuestas políticas el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz y el ministro Sain. El efecto real será una mayor atribución a los fiscales en la investigación e incluso en la detención de personas; por la incorporación del sistema Acusatorio Federal del Proceso Penal, que ya se aplica en las provincias de Salta y Jujuy y ahora se hará en la provincia de Santa Fe. Trascendió que, además, vendrían de la mano del Sistema Acusatorio otras áreas especializadas, básicamente el Procunar. Lo anunciado implica un reordenamiento de las estructuras administrativas. Se necesita una capacitación previa para los operadores del sistema y se destierra la cultura del expediente escrito. En definitiva es un cambio en la política de persecución del delito, del narcotráfico y delitos conexos. Su implementación llevaría entre uno y dos años. Refuerza la Justicia Federal con más fiscalías, salas, crea el juzgado federal en San Lorenzo, y la Secretaría de Cámara de Narcocriminalidad en Rosario. El gobernador Perotti me dijo: “Esto es poner a la Justicia Federal en línea con lo que se necesita. Argentina no puede permitir este despliegue del delito organizado. No es Santa Fe y Rosario: es Argentina. Negarlo y silenciarlo beneficia sólo al delito”.
Trascendió que la ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic estaría elaborando medidas urgentes para atender esta coyuntura.
En cuanto a la reforma judicial, claramente el efecto institucional busca la licuación del poder de los 12 juzgados de Comodoro Py más el de San Isidro; es una idea que acompaña a Gustavo Béliz hace muchos años. Lo anunciado implica la redistribución de las causas de voltaje político ahora en manos de 50 jueces.
La claridad con que en algunos temas se expresó el Presidente respaldándolo con el próximo envío de proyectos de ley, no fue tal en el tema económico: seguramente el plan se conocerá post acuerdo con el FMI. Alberto Fernández mostró en su haber la disminución de las tasas de interés del 63% al 40%. También la implementación de líneas de crédito destinadas a las pymes vía Banco Nación, anuncio positivo dependiendo de la tasa. Si bien el Presidente hizo hincapié en el proyecto que envió al Congreso para duplicar las capitales alternativas, en Argentina a la hora del federalismo, resulta más positivo lo anunciado sobre fomentar la generación de cadenas productivas regionales. El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, no sólo quedó muy conforme con lo realizado por el Gobierno en estos 83 días en cuanto a incentivar el consumo doméstico, las exportaciones y la baja de las tasas de interés, sino además me dijo: “Claramente el Presidente tiene una mirada productivista e industrial, en su discurso de apertura nombró a la industria más veces que el ex presidente Macri en todos los discursos de su gobierno”.
Si bien el caso Vaca Muerta no figuró explícitamente, se supone que estará contemplado dentro de la ley de Promoción para la Inversión Hidrocarburífera y Minera. Alberto Fernández habló de la buena relación que su gobierno tiene con el FMI. No hubo mención concreta sobre la relación con Brasil y Estados Unidos. En el caso del campo, fue claro en cuanto a que su gobierno tiene como objetivo que este crezca y que aspira a tener una buena relación a través del diálogo. Mencionó que hubo acuerdo con la Mesa de Enlace en 25 cultivos, menos en uno. Si bien no lo dijo, se supone que la realidad sinfónica probablemente desafine, cuando hoy se conozca el aumento de la retención en la soja. El titular de CRA, Jorge Chemes, me decía con respecto a esto último que se acordó no diferenciar y aplicar la misma alícuota tanto al poroto como al producto con valor agregado industrial.
La creación, previo paso por el Congreso, del Consejo Económico y Social a la hora de promover el trabajo del futuro, fue el único momento en donde el Presidente se permitió dejar atrás la coyuntura para pensar el futuro.