La Justicia dejó firme la condena para los asesinos de Zulatto
La causa por el asesinato del joven Fabricio Zulatto, cuyo cuerpo fue encontrado dos días después de su desaparición en agosto de 2016, tuvo este jueves la confirmación de cadena perpetua para sus asesinos.
Los jueces de Cámara de segunda instancia Gustavo Salvador, Carina Lurati y Gabriela Sanso confirmaron la resolución de la sentencia de primera instancia que condenó en agosto pasado a los dos hombres a la pena de perpetua.
El joven de 21 años fue golpeado duramente y rematado de tres disparos en la cabeza, y su cadáver fue hallado en la letrina de un precario quiosco de drogas, junto a la vía en Génova al 2100. Andrés Soza Bernard luego hizo desaparecer el vehículo del joven y dejó a Omar Darío Mortier y a un tercero con el trabajo de enterrar el cuerpo.
Los jueces Martín Becerra, Ismael Manfrin y Juan Carlos Curto habían condenado a prisión perpetua a Soza Bernard (33 años) y a Mortier (34), por el delito de homicidio calificado por haber sido cometido por precio o promesa remunerativa agravado por el uso de arma de fuego, en calidad de coautores. Esta segunda instancia fue tras la apelación de la defensa de los condenados.
Según la fiscal que llevó la causa, Georgina Pairola, Zulatto fue víctima de un plan previamente concebido entre ambos imputados: Soza Bernard le vendía droga a Zulatto y, cuando no le alcanzaba el dinero, se la entregaba a cambio de que lo trasladara en su auto. Fue entonces que Soza Bernard le ofreció 20 mil pesos a Mortier para que lo ayudara a matar al joven, con quien se había peleado luego de un “comentario desafortunado». El tercer implicado fue quien indicó dónde, cómo y por quién había sido asesinado Zulatto. Esa persona actualmente se encuentra prófuga de la Justicia.
Soza Bernard había sido condenado, pero luego liberado, por el homicidio de una joven en 2008, cometido en San Juan y Sucre. El motivo del crimen estribó en que la víctima le había contado a la novia de su homicida que ambos mantenían un romance clandestino. Por esa razón, Soza Bernard la esperó una noche a la salida de una clase de inglés y la estranguló hasta la muerte.