Guzmán blanqueó que la quita de la deuda será más alta y ya hay preocupación entre los acreedores
El discurso del ministro de Economía cayó muy mal entre los fondos de inversión de Nueva York. Esperan que presente la oferta pero ya vaticinan litigios.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, dejó algunas señales para los acreedores de la deuda. Durante su discurso en Diputados marcó una división entre los «malos que ahora son algo menos malos», como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y los «malos que siguen siendo malos», como los fondos de inversión del extranjero.
La novedad, quizás la única, fue el sendero fiscal que planteó el ministro: vuelve el gradualismo, otrora concepto vapuleado del macrismo. Equilibrio fiscal recién para el 2023; o sea, para el final del mandato de Alberto Fernández. Traducido para los acreedores: deberán soportar una quita superior a lo que pensaban porque la Argentina no buscará gastar menos de lo que recauda para pagarles la deuda.
Guzmán apuntó directamente contra las bonistas, quizás sobreactuando para la tribuna política o sincerando que serán estos acreedores el «pato de la boda».
«No vamos permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica. Hay bonistas que juegan en forma cooperativa, pero hay otros que juegan otro juego», disparó el ministro. Fueron frases que despertaron aplausos entre los diputados presentes.
Los grandes tenedores de la deuda escucharon online las palabras de Guzmán. Todos coincidieron casi en forma de catarsis que el mensaje fue «muy malo» y que habrá castigo en los precios. En Manhattan se hablaba de bajas de al menos 5% para la deuda argentina a partir de este jueves cuando reabra el mercado.
Así las cosas, y según la información que pudo recopilar iProfesional, la idea principal de Guzmán es que el FMI «bendiga» la oferta que lanzará el Gobierno, la cual contempla una reducción de la deuda «más importante de lo que se pensaba».
Es más, quieren que durante esta semana la misión del organismo que está en Buenos Aires defina el guiño (a puertas cerradas) con el país, algo que se traduciría en un «paper» público del organismo avalando el «análisis de sostenibilidad de la deuda» antes de que el Gobierno presente la oferta. ¿Llegarán a tiempo?
Lo concreto es que la estrategia de Guzmán es, a la vez, osada y sincera. La Argentina no tiene muchas chances de producir un ajuste fiscal y necesita, para que una oferta tenga sentido, que los precios de los bonos se desplomen. ¿Hasta dónde? Equilibrio fino para que aún sea «competitivo» para los fondos de «real money» (o sea los institucionales) y no atraiga a los fondos buitre.
«Lanzarán un cupón irrisorio y varios años de gracia. O un poco de los dos. Y no va a ser amistoso ni negociado. La visión es: o son ‘razonables’ y los aceptan, o lo hacemos igual y la culpa es de ustedes», señaló a iProfesional, Diego Ferro, presidente de M2M Capital desde Nueva York.
«Guzmán está siendo realista en el sentido que la situación es compleja. Son cautos. Yo pensaría en un recorte de la deuda más serio porque la economía no crece hace mucho. Que el mercado haya pensado que la reestructuración iba a ser leve dado el estado de la economía argentina es otro tema», resaltó este economista argentino, uno de los más experimentados en Wall Street.
Ferro dice que «haciendo una reestructuación a las apuradas» la quita iba a ser razonablemente grande. «Y va a haber conflicto», advirtió en relación con la litigiosidad de los acreedores que se espera.
Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital desde Nueva York y en diálogo con iProfesional, afirmó que los comentarios de Guzmán son dirigidos a un Congreso del cual necesita apoyo y para consumo local.
«No necesariamente debemos tomarlos en forma literal para hacer el análisis de la renegociación de la deuda. Pero la mención de estar del lado de la gente y poner responsabilidad en el Fondo son para consumo interno. Puso límites con el ajuste fiscal y los números que menciona sugieren una quita importante», afirmó.
«Mi impresión es que los comentarios no van a ser del agrado de los bonistas, lo cual no está mal. En algún momento Guzmán deberá hacer su jugada y finalmente decirnos que sigue creyendo en´too little, too late’, el titulo de su libro (muy poco, demasiado tarde, refiriéndose las quitas en reestructuraciones)», sostuvo Piedrahita.
Es obvio que la reacción de los mercados será negativa. Claramente este jueves se prevé que el precio de los bonos vayan hacia abajo. Después de todo, el titular de Economía prometió mantener el déficit y apuntar sus cañones a la «falta de buena fe» de los inversores.
No fue música para los oídos del mercado, precisamente. Lo que importa ahora es qué tipo de oferta lanzará el ministro. «El mercado local ya no le cree nada a Guzmán. Y si la poca credibilidad que le queda en el mercado internacional la llega a perder, van a tener que cambiar de interlocutor para negociar la deuda. Ya no tiene que ver con la quita de capital, no se van a sentar a escucharlo, directamente. Me parece que tiene un problema», dice un gestor de fondos local.
«Acá el argentino ya te olfatea, lo que hicieron ayer (por el martes, en el sentido del bono Dual) fue grave. Hay $31.000 millones en cauciones a 1 día. Hay liquidez, pero no le prestan, como lo que pasó en la licitación del miércoles de Lebad que entraron sólo fondos públicos. El mercado local a Guzmán ya le picó el boleto», disparó la fuente.
«El mercado internacional le va a dar una chance a Guzmán. Se quieren sentar cara a cara. Pero si sale mal, los fondos se van a poner de punta contra el Gobierno», dice.
Lo concreto es que el ministro puede estar jugando con fuego. Mostrar dureza para luego regular o, como algunos creen, ir con los «tapones de punta». Se verá en poco tiempo: después de todo, en marzo se conocerá la oferta a los bonistas. La quita, al parecer, ya no será «market friendly».
Los grandes fondos de inversión del exterior, aquellos que Guzmán apuntó como enemigos, avisan que darán «pelea».
«A nadie le conviene un default de la deuda pero la verdad que ellos están dispuestos a no dejarse pisotear. Dependerá de lo que presente el Gobierno. Por lo pronto, no cierra mucho si no hacen un ajuste fiscal. Además, el superávit lo ven recién cuando la economía crezca. O sea, no ofrecen nada», afirmó ante este medio el estratega de un banco de inversión extranjero.