La producción industrial en Santa Fe cayó en los últimos tres años
Cayeron las manufacturas de origen industrial y decreció fuertemente el empleo. El deterioro rubro por rubro, y tanto del mercado doméstico como de la posibilidad de generar valor agregado y bienes exportables, en datos de la Federación Industrial de la provincia.
La industria es, naturalmente, el segmento económico que más sufre una recesión. Más aún cuando se trata de una profunda y prolongada como la que atraviesa Argentina desde, por lo menos, el segundo trimestre de 2018.
A eso se suma que en los años anteriores, más allá del clásico “serrucho” (un año positivo uno negativo en términos de crecimiento del PBI, lo que impide hablar de recesiones), se puede hablar de un estancamiento que ya bordea la década (con una profundización claramente regresiva en los últimos años).
A la hora de esbozar balances, el más reciente informe de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), relativo a enero de 2020, permite ponderar lo brusco de la caída de 2019, sumada a la debacle de 2018, y al mismo tiempo trazar un mapa que permita comenzar una reconstrucción del tejido industrial, con especial foco en generar valor agregado y consolidar puestos de trabajo, algo en lo que se esperanzan desde la entidad, a la luz de “las primeras medidas” del gobierno nacional (el que marca la cancha en términos macroeconómicos).
La producción industrial en Santa Fe disminuyó en tres de los últimos cuatro años. De acuerdo al Instituto de Investigaciones Económicas de Fisfe, el nivel de actividad industrial en la provincia de Santa Fe enfrentó en el último mes de 2019, y por vigésimo mes consecutivo, una disminución de -0,6% interanual, acumulando en doce meses un retroceso de -6,5% en relación al año anterior.
En el último mes de 2019 algunas ramas fabriles mostraron mejores desempeños interanuales permitiendo moderar los resultados negativos observados durante gran parte del año. En 2018 la producción industrial santafesina ya había experimentado una contracción de similar magnitud. El actual nivel de actividad fabril se encuentra -13,5% por debajo del registrado en el año 2015.
Al finalizar 2019 un grupo mayoritario de 43 ramas industriales, sobre un total de 50 analizadas, presentó bajas de producción en relación al año anterior. El deterioro del nivel de actividad de 2019 se fundamentó en el magro desempeño de la industria automotriz (-32,7%), productos de metal (-9,6%), maquinaria y equipo (-21,7%), autopartes (-15,6%), lácteos (-7,9%), siderurgia (-15,5%), sustancias químicas (-4,6%), entre otras.
Contrariamente, resultaron actividades expansivas la molienda de oleaginosas (+5,9%) y carne vacuna (+3,7%). Un total de 33 ramas industriales exhibió retrocesos de producción en 2018 y 2019; mientras que los peores resultados se hallan en Productos químicos básicos, Calzado, Textiles, Productos farmacéuticos, Maquinaria de uso especial, Vehículos automotores, y Otro equipo de transporte, al presentar en 2019 el tercer año consecutivos de menor actividad.
Casos testigo
Tras dos años de menores niveles de actividad, el complejo industrial oleaginoso con actividad en la provincia de Santa Fe finalizó 2019 mostrando una clara recuperación interanual.
El procesamiento de 36,6 millones de toneladas de semillas de soja y la elaboración de 7,2 millones de toneladas de aceite representaron subas de 12,7% y 11,8% en relación al año anterior. La producción sectorial de 2019 fue la segunda mejor de los últimos diez años, sólo superada por los registros de 2016. En el plano coyuntural, en diciembre de 2019 la industrialización de materia prima cayó -1,1% interanual.
Las exportaciones argentinas de aceite de soja finalizaron 2019 mostrando un aumento interanual de 28,2% en volumen (5,3 millones de toneladas) y 19,2% en valor (3.447 millones de dólares). Las colocaciones externas de harina y pellets de la extracción de aceite de soja registraron durante 2019 un incremento interanual de 15,1% en términos de volumen (27,8 millones de toneladas), y una baja de -4,9% en valor (8.800 millones de dólares) debido a los menores precios de exportación.
Para la campaña 2019/20 la producción argentina de soja se estima en 53/54 millones de toneladas, un volumen levemente inferior al ciclo anterior.
Por su parte, la producción de biodiésel de soja en Santa Fe acumuló al mes de noviembre de 2019 una baja de -10,7% frente al mismo período del año anterior, como resultado de menores exportaciones.
En el extremo opuesto al complejo oleaginoso, la producción de vehículos automóviles en Santa Fe registró en 2019 una baja de -32,7% interanual. Este desempeño negativo de la industria automotriz en nuestra provincia estuvo en línea a lo observado a nivel nacional. Santa Fe generó en 2018 y 2019 prácticamente el 8% de la producción de automóviles en nuestro país.
Lo que urge revertir
Hay algunas de las cifras, más allá del análisis sectorial y desglosado que permite vislumbrar el impacto en cada rubro, hay dos cifras generales que, por su carácter sintomático permiten ver la gravedad de la crisis y la necesidad urgente (aunque sea precisamente algo que cuesta modificar rápidamente) de revertir la tendencia.
En primer lugar, el nivel de empleo. El total de asalariados registrados en el sector privado en la provincia de Santa Fe retrocede desde septiembre 2018 y hasta la actualidad. Desde comienzos de la etapa recesiva el total de asalariados declarados se redujo en -16,3 mil.
En noviembre de 2019, último dato oficial publicado, se verificó, por décimo quinto mes consecutivo, una nueva caída interanual, en este caso de -2,4%, equivalente a una pérdida de -12,4 mil trabajadores asalariados.
En los últimos cuatro meses la destrucción de empleo se intensificó, retrotrayendo el actual nivel de empleo (493,4 mil asalariados) al registro alcanzado en el año 2011. La presente fase contractiva en materia de empleo es la más duradera y profunda desde la crisis de 2001.
Además de los magros números de materia laboral, la generación de valor agregado y la consecuente capacidad exporable, aciaga por estas horas, es otro síntoma que el imperativo de la hora exige revertir prontamente.
En los primeros once meses de 2019 las exportaciones santafesinas de Manufacturas de Origen Industrial mostraron un descenso de 383 millones de dólares en relación al mismo período del año anterior.
Este negativo desempeño se fundamentó principalmente por las menores colocaciones externas de la industria química, automotriz y máquinas-equipos. Sólo los rubros Metales comunes y sus manufacturas, y excepcionalmente, Manufacturas de piedra y productos cerámicos, registraron una recuperación. Las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario crecieron +3,7% en valor y +19,3% en volumen.
Estos mejores resultados fueron generados por las mayores colocaciones de carne bovina, productos de molinería, y aceite de soja y girasol. Contrariamente, el complejo lácteo santafesino perdió ingresos por 51 millones de dólares.
El valor de las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario e industrial (11.400 millones de dólares) generaron el 90% del total de exportaciones con origen en Santa Fe.
Tenue ilusión por las primeras medidas
Desde la Fisfe, además, esgrimieron que a partir de las “importantes bajas en la tasa de interés de la política monetaria con impacto sobre otras de referencia en el sistema financiero” propiciadas por el Banco Central se plantea “estimular el financiamiento productivo a largo plazo y el derivado de las necesidades de capital de trabajo, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, en un contexto de tasas compatible con el crédito a la producción”.
No obstante, en diciembre de 2019, en términos reales y ajustados por estacionalidad, los préstamos totales en pesos al sector privado presentaron una contracción mensual de -2,1%, completando el año con una severa caída de -25,2% frente al año anterior, señalaron desde Fisfe.
En enero de 2020, y a valores nominales, los préstamos totales mostraron un virtual estancamiento frente al mes anterior, y un alza de solo +20,8% en la medición interanual. Los préstamos prendarios y documentarios mostraron incluso ciertas reducciones.
Por último, desde Fisfe valoraron que varias de las medidas dispuestas en las primeras semanas del Gobierno de Fernández (enumeraron: modificación del sistema de licencias no automáticas de importación; implementación de un plan de facilidad de pago de obligaciones tributarias y aduaneras por parte de Afip para las Mipymes; la firma del Compromiso Argentino por el Desarrollo y la Solidaridad, que prevé la creación de empleos de calidad, alentar la inversión productiva y las exportaciones de valor agregado, y facilitar el acceso al crédito bancario para la producción; el inicio de un sendero de reducción de tasas de interés de referencia impulsadas por el BCRA; la prórroga del programa Ahora 12, y otras medidas dirigidas a estimular el consumo doméstico”) son “importantes primeras acciones que permite vislumbrar mejores señales para la industria manufacturera.”