Murió «Popeye», exjefe de sicarios de Pablo Escobar
Se encontraba cumpliendo condena cuando le descubrieron un cárcel de estómago. En los últimos años se había convertido en youtuber: desde prisón contaba sus crímenes y era seguido por miles de personas.
El ex jefe de sicarios de Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, murió en un hospital de Bogotá. El asesino había reconocido que mató directamente a por lo menos 300 personas y que participó en unos 3.000 homicidios. Luego de varias entradas y salidas a la cárcel fue recapturado en 2018. Se encontraba cumpliendo condena cuando le descubrieron un cárcel de estómago. En los últimos años se había convertido en youtuber: allí contó varios de sus crímenes y era seguido por miles de personas.
Popeye se jactaba de hacer sido el jefe de sicarios de Escobar: cuando mataba a una persona ni siquiera transpiraba, explicó en una entrevista. «Lo mataba, me iba para la casa, me bañaba, me ponía a ver televisión y vivía normal porque soy un asesino profesional», había dicho a la agencia AFP. Fue uno de los más temibles asesinos del cartel de Medellín. Estuvo ligado a eventos mafiosos que en Colombia causaron gran conmoción. Entre sus confesiones está la de haber suministrado el arma con la que mataron al candidato liberal a la presidencia Luis Carlos Galán en 1989. También reconoció haberle disparado al procurador Carlos Hoyos, asesinado en 1988, y su participación en el secuestro del conservador Andrés Pastrana, quien luego fue elegido presidente (1998-2002).
En su rol de youtuber se hizo llamar «Popeye arrepentido». Ante varios medios de todo el mundo que lo entrevistaron mostraba una supuesta nueva actitud y contaba su historia al lado de Escobar. Velásquez había cumplido condenas por terrorismo, narcotráfico y asesinato desde los años 90 hasta 2014 cuando quedó libre. En 2018 volvió a prisión.
Una vida a la sombra de Pablo Escobar
Locuaz, fabulador, criminal confeso, Popeye decía sentirse fascinado por el olor a sangre. Creó un personaje que vendió libros e inspiró a Netflix. Pero sobre todo, sembró dolor en la época más oscura del narcotráfico en Colombia. Ficción y realidad se mezclaron en su vida tras sobrevivir al gran capo colombiano de las drogas, muerto por la policía en diciembre de 1993.
Velásquez Vásquez nació Colombia en 1962. De padre comerciante, aseguraba haber crecido en un entorno violento. El mundo del crimen lo dio a conocer como Popeye por un sobresaliente mentón que luego se operó. Según contó en sus memorias, hizo cursos en la Marina y la Policía antes de convertirse en uno de los cercanos a Escobar. La imagen en la que se lo ve con un ramo de flores y de rodillas frente a la tumba de su ex jefe recorrió el mundo. Desde ese momento se vendió como un criminal arrepentido. Devino en una suerte de publicista del mal: el hombre que mató y narraba a sangre fría los crímenes de su patrón.
Con 30 años se sometió a la justicia, donde le dieron una peña de 23 años. Desde allí ofreció testimonios que lo mostraran como el jefe de sicarios de Escobar. Llegó a sostener que Raúl Castro era el contacto del líder narco en Cuba; y que su jefe financió la toma del palacio de justicia por la extinta guerrilla del M-19, en 1985. Allí murieron casi un centenar de rebeldes, jueces y civiles.
Pero testimonios de policías que lo persiguieron, de familiares de Escobar y de sus víctimas cuentan otra historia: la de un «gatillero» que infló su relatos para alcanzar la celebridad. “Él hizo apología del delito, el crimen y la barbarie que aún vivimos en nuestras calles», dijo Carlos Zuluaga, hijo de un magistrado que fue asesinado por ordenar la captura de Escobar. La escritora Maritza Wills, quien relató su vida, dijo que la mentira fue la base de su personalidad. «Gran parte de los manuscritos que me enviaba a través de terceros reflejan una historia un día y al siguiente una versión complemente diferente», expresó Wills.
El exvicepresidente y general retirado Óscar Naranjo, quien persiguió al cartel de Medellín, coincide con que Popeye era un fabulador, más allá de su registro criminal. Según Naranjo sus relatos eran los de una persona que quería engrandecerse y justificar su actividad criminal. «Estoy seguro de que lo que él conoce, buena parte es por información de segunda mano, de oídas y solamente en unos pocos casos fue el protagonista principal», dijo el exvicepresidente. Incluso Roberto Escobar, hermano del jefe del cartel de Medellín, aseguró en su momento que Popeye nunca fue su mano derecha.
Cuando cumplió su condena, Velásquez se propuso llevar una vida austera enfocada en cambiar sus antivalores por valores. Se hizo youtuber y algunos de sus videos tuvieron cientos de miles de visitas. Militó activamente contra el acuerdo de paz con la ya disuelta guerrilla de las FARC. También atacó a líderes de izquierda, a los que llegó a amenazar en público.
Pese a sus intentos por reconvertirse, en 2017 fue descubierto en la fiesta de un mafioso con pedido de extradición por Estados Unidos. Al año siguiente regresó a prisión acusado de «extorsión y concierto para delinquir». A los 57 años la muerte lo encontró alejado de los reflectores.
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