El Central cerró el 2019 con una emisión de $486.404 millones
Lo ocurrido en el último bimestre del año pasado explica semejante expansión de la base monetaria, cuyo destino fue asistir al Tesoro.
La inmaculada meta de “emisión cero” comprometida por el Banco Central de Cambiemos quedó sólo para los libros de historia. El año pasado la expansión de la base monetaria totalizó $486.404 millones. De esta manera la base monetaria cerró 2019 en $1.895.381 millones. Se trata de un incremento anual del 35%, lo que frente a una inflación estimada del 55% implica la caída en términos reales de la cantidad de dinero en circulación. Lo cual es el fiel reflejo del proceso de huida del dinero que vivió la economía a lo largo del año pasado con el correlato en la caída de las reservas del BCRA por la dolarización de los privados.
Sin duda, el “rally monetario” del BCRA se dio en el último bimestre del año. Lo comenzó con todo entusiasmo la gestión de Guido Sandleris y lo está manteniendo la nueva conducción de Miguel Pesce. Vale recordar que en noviembre el BCRA convalidó una expansión de la base de $284.378 millones producto de ventas de divisas al sector privado por $131.388 millones, $60.000 de Adelantos Transitorios (AT) al Tesoro y casi $115.000 millones vía Leliq e intereses. Mientras que en diciembre los datos del BCRA muestran que la emisión monetaria fue de $223.760 millones, de modo que el bimestre sumó nada menos que una inyección de pesos por $508.138 millones. La emisión de diciembre está explicada por la fuerte asistencia del BCRA al Tesoro, por $290.000 millones, de los cuales $120.000 millones corresponden a la administración Sandleris (el día 2 le dio un AT por $110.000 millones y luego otro por $20.000 millones el día 5) y el resto ya a la de Pesce quien le dio un AT por $100.000 millones el día 20 y otro de $60.000 millones el último día hábil del año. De modo que a lo largo de todo 2019 el Tesoro recibió asistencia financiera del BCRA por un monto total de $554.245 millones. Por un lado, sumó $350.000 millones como Adelantos Transitorios más otros $204.245 millones en concepto de Transferencia de Utilidades. Sin duda, un récord histórico.
Cabe señalar que el mes pasado la expansión vía el Tesoro ($290.000 millones) más la generada por la compra de divisas al sector privado ($67.035 millones) y por intereses ($52.130 millones) fue compensada por la venta de divisas al Tesoro (-$32.278 millones) y por la absorción vía Pases (-$114.323 millones) y Leliq (-$26.362 millones) si no el panorama hubiera sido más dramático.
El accionar del BCRA en 2019 no sólo dejó una expansión de la base de casi medio billón de pesos, sino que al analizar los factores explicativos surge claramente que la estrategia contractiva antiinflacionaria no fue gratis. El costo del stock de las Letras de Liquidez del BCRA (Leliq y Pases) significó el pago de nada menos que $692.713 millones en concepto de intereses. Basta con señalar que en 2018 los intereses fueron $131.957 millones. Al respecto cabe señalar que si bien existe la creencia generalizada de que el tema Leliq pasó a mejor vida, no hay nada más alejado de la realidad, porque el stock de Leliq es aún de $760.185 millones (que en la actualidad rinden 55%), pero además hay otro tanto, unos $431.248 millones en Pases pasivos (que rinden 48%). No debe soslayarse que las Leliq son a 7 días de plazo mientras que los Pases son a un día de plazo. O sea, se trata de un “relojito” que diariamente cuesta varios miles de millones de pesos. Sin duda, un tema delicado a resolver por la actual gestión. Porque entre las Leliq y los Pases hay $1.191.433 millones, algo así como el equivalente a un 63% de la base monetaria, pero que se remunera. El stock de deuda del BCRA (Leliq más Pases) es una fuente potencial de emisión monetaria al igual que los intereses que rinden.
Entre el stock de la base monetaria y la deuda remunerada del BCRA hay más de $3 billones, lo cual representa cerca de u$s49.000 millones al tipo de cambio oficial (las reservas del BCRA son de u$s45.000 millones). Son números a tener en cuenta porque se viene de un proceso de fuerte caída de la demanda de dinero y nada indica que se revierta significativamente en el corto plazo. Si bien en el Palacio de Hacienda están convencidos, y así se lo transmitieron al presidente Fernández, de que había margen para emitir unos $250.000 millones, hay cierto escepticismo en el mercado sobre cómo reaccionarán los agentes económicos con semejante inyección de pesos. Recién a partir de la segunda quincena de enero se verán las primeras señales cuando empiecen a retornar los pesos de los bolsillos a los bancos.
En tal sentido la tenencia de billetes y monedas en poder del público a fin de año superó el billón de pesos (creció $267.220 millones, un 36% anual), por motivos estacionales, mientras que la que está en manos de los bancos aumentó 22% anual ($26.649 millones) mientras los encajes bancarios crecieron 35% ($192.535 millones). Sólo en diciembre la tenencia de billetes de la gente aumentó en $166.700 millones. Veremos qué destino tendrán en las próximas semanas.