Científicos argentinos reconocidos por su trabajo en nanopartes
La tecnología avanza todo el tiempo y uno de los desarrollos más destacados tiene que ver con el tamaño, hacer que los objetos sean cada más reducidos es el trabajo de la Nanotecnología. En ese sentido, dos invetigadores argentinos lograron reconocimiento internacional con su trabajo sobre el material ferroeléctrico, que permite una mejor división de las dimensiones, consiguiendo fragmentar un milímetro por un millón. Esto tiene implicancia en múltiples actividades de la vida cotidiana.
Marcelo Stachiotti y Marcelo Sepliarsky son doctores en física y forman parte del Instituto de Física Rosario (IFIR), son profesores en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y también trabajan en el Consejo de Investigaciones de la UNR (Ciur) y en el Consejo Nacional de Investigaciónes Científics y Tecnicas (Conicet). Gracias a su labor fueron seleccionados como charla invitada en la próxima conferencia internacional sobre el tema que se desarrollará a fines de junio en Bordeaux, Francia.
La investigación nació de la intención de averiguar si era posible que determinados materiales, llamados ferroeléctricos, que actúan en forma análoga a un imán, seguían conservando esa propiedad cuando se trabajaba con partículas extremadamente pequeñas, lo que se llama nanoescala.
Después de un año, Stachiotti y Sepliarsky descubrieron que no hay límite que impida el estudio. Los científicos encontraron que a nivel de las nano-partes, la propiedad del material se genera de una manera novedosa, ya que sus partículas se ordenan geométricamente en una especie de rosquilla, que bautizaron como Ferroelectricidad Toroidal.
La importancia de su investigación, no solo radica en la posibilidad de fragmentación sino en el ordenamiento novedoso. Ambas situaciones tienen aplicación en la reducción del tamaño de los dispositivos tecnológicos, dando un paso trascendental hacia el desarrollo de nano sensores y fuentes útiles de energía para dispositivos a nanoescala.
El proyecto se desarrolló en Rosario utilizando un equipo computacional de alta performance ubicado en el Conicet. Los materiales ferroeléctros se comportan en forma análoga a un imán que se polariza ante un estímulo externo.
Fuente: canal-ar