Asumió Javkin: “Alfonsín fue mi gran maestro, y me enseñó que la honestidad no se debate»
El intendente cerró la ceremonia de asunción con un acto público en el Monumento a la Bandera, donde presentó oficialmente a su gabinete.
«Vengo a pedirles el compromiso de que nos respetemos más”, dijo el flamante intendente, Pablo Javkin, en el acto público de cierre de su asunción en el Propileo Triunfal de la Patria del Monumento Nacional a la Bandera.
Luego de la jura en el Concejo Municipal, Javkin se dirigió al Monumento (donde ya había estado por la mañana en el traspaso de mando) junto a su familia y a su gabinete, cuyos funcionarios fueron presentados uno por uno. También lo acompañaron concejales, referentes políticos y sociales y buena presencia de público que se agolpó en la explanada.
“De chico me preguntaron qué quería ser de grande, y a la maestra le contesté que quería ser intendente. Ojalá este adulto esté a la altura de aquel pibe”, comenzó diciendo el líder de Creo, en un discurso en el que hizo especial hincapié en el respeto como prioridad de gestión.
“Alfonsín fue mi gran maestro, y me enseñó que la honestidad no se debate, que hay que respetar las ideas del otro, y valorar el consenso. Todo eso está ligado y quiero que forme parte de un pacto con todos”, manifestó.
Javkin reconoció las divisiones y enfrentamientos que se están dando en todo el mundo, y admitió que en Rosario “también hay ideologías enfrentadas, broncas o rivalidades”, pero rescató el espíritu compartido por los rosarinos. “Somos distintos, porque vemos al otro tenemos la sensación de que lo conocemos de algún lado, entonces el otro es alguien, y entonces es importante y lo cuidamos”, dijo.
El intendente destacó que su objetivo es “recuperar la vecindad, mirarnos a los ojos, darnos la mano y comprometernos a respetarnos y a respetar”. Remarcó que en la ciudad “debe ser lo lógico que los autos paren y dejen pasar al peatón por la senda, que no se obstruya el tránsito, que no se tiren papeles al suelo”, enumeró.
“Puede parecer un poco e ingenuo, pero así se empiezan a cambiar las cosas. Rosario debe ser sinónimo de respeto, y los pibes y los abuelos deben ser nuestros maestros”, señaló y agregó que esto le permitirá al rosarino ganar tiempo, porque ya no tendrá que hacer tantos reclamos, y “ese tiempo debe aprovecharse en más amor, juegos y salidas”.
Para eso pidió el compromiso de los rosarinos con su propio accionar y también en la fiscalización. “El control social es fundamental, y también habrá multas, pero no para recaudar, sino que esa plata se destinará al transporte y a los chicos”, sostuvo y cerró prometiendo que no se encerrará en su despacho. “Toda mi vida política caminé la ciudad y lo voy a seguir haciendo para escuchar al vecino”, finalizó.