Hipotético gobierno de A. Fernández: El billete verde superaría los $87 a fines del 2020

Una de las consultoras económicas más importantes de la Argentina trazó dos simulaciones. Cuál es el alarmante pronóstico de la «pesimista».

Si bien Alberto Fernández aún no ganó las elecciones, las principales consultoras económicas ya empiezan a trazar distintos escenarios de lo que podría ser el primer año de mandato del Frente de Todos.

Es sabido de las dificultades que habrá para enderezar «el barco», y la dinámica de la crisis puede cambiar las proyecciones rápidamente. ¿Qué pasará con el dólar, la economía y la inflación en el 2020?

EcoGo, la consultora que dirige Marina Dal Poggetto, planteó dos escenarios para la Argentina del año próximo. Uno, el mejor de ellos, el cual llaman «Sale bien: ¿Escenario Madrake?»; y otro denominado «Falla el primer intento» que sería catastrófico.

Si bien ninguno de los dos escenarios es positivo en términos de un repunte de la economía, que volvería caer casi 4% el año que viene en el mejor de los casos según EcoGo, la salida de la recesión sería un poco menos dolorosa si se cumplen ciertos supuestos.

El mejor posible:


-El gobierno logra negociar las paritarias en la zona del 40%, esto es alrededor de 20 puntos por debajo de la inflación con que cerraría 2019, convalidando al final de 2020 una mejora en torno a 1 punto en la capacidad de compra de los salarios. La negociación salarial se enmarca en el acuerdo de precios y salarios.

-El dólar funciona como semi ancla, subiendo 25% nominal (dólar de $87,5 a fines de 2020) partiendo de un tipo de cambio real multilateral equivalente al doble del de fines de la Convertibilidad.

-Las tarifas (incluyendo las naftas) suben en promedio 40% en el marco del acuerdo de precios y salarios, 13% en dólares, bien por debajo de los marcos regulatorios definidos al principio del gobierno de Cambiemos, apuntando a un equilibrio difícil entre acotar el impacto fiscal de los subsidios y mantener las señales a la inversión.

-El acuerdo de precios y salarios, incluyendo un régimen cambiario que limite la flotación y fundamentalmente la consistencia fiscal y monetaria, son fundamentales para calibrar el esquema.

-Desde el punto de vista fiscal, la nominalidad mencionada (dólar, tarifas, salarios) incluye un cambio en la indexación previsional (que reduzca del 56% el aumento promedio de las jubilaciones en 2020 consistente con la movilidad implícita en la ley al 40% acordado para los salarios en el marco del acuerdo de precios).

En este escenario, para EcoGo, la economía hace piso en el segundo semestre y podría crecer algo en la segunda mitad del año. En promedio, la caída del PBI (teniendo en cuenta el arrastre de 3 puntos que dejaría 2019) ascendería a 3,8% en 2020, aunque con un arrastre estadístico positivo en torno a 1% para 2021.

La inflación con esta composición de precios relativos bajaría del 61% al 40% con un tipo de cambio real atrasándose levemente en el margen, tarifas pivoteando entre el equilibrio fiscal y las señales a la inversión y una recomposición de 3% en el salario real y en las
jubilaciones respecto al cierre de 2019.

En este escenario, imaginan, la negociación de la deuda se da en el arranque con un esquema amigable sólo sobre la deuda en dólares con legislación local, permitiendo una baja del riesgo país y en la tasa de interés de pesos que permita refinanciar parte de los vencimientos de dólares y pesos remanentes.

Además se permite un aumento en la monetización de la economía que sea absorbido por la demanda de pesos. Volver a los niveles de monetización en términos de base monetaria y M3 de enero de 2018, permitiría expandir la base $700.000 millones y el M3 $1.100.000 millones.

El pesimista:


-La posibilidad de que el escenario se desvíe no es baja. Es que la coordinación que requiere el esquema de estabilización es muy alta, además de requerir un apoyo político que en Argentina sólo aparece cuando «las papas queman» y si bien vamos a estar cerca puede fallar.

-Básicamente falla el intento de frenar la nominalidad, ya sea porque no se logra el acuerdo de precios y salarios, o porque la demora en darle una solución a la deuda y encarrilar un acuerdo con el FMI obliga a una monetización en el arranque que desestabiliza el esquema.

-Vale volver a recordar que en diciembre 2019 faltan $245.000 millones (18% de la base monetaria) que seguramente serán monetizados, y que aun recuperando el equilibrio fiscal antes de intereses hasta mayo 2020 faltan $650.000 millones adicionales para cubrir los vencimientos de capital e intereses remanentes (50% de la base monetaria).

-En este escenario, la monetización de parte de los vencimientos vis a vis el uso de reservas para cancelar la deuda de dólares, suponiendo que el gobierno intenta evitar un evento de crédito, genera una agudización de los controles de capitales que impactan sobre la brecha y en menor medida sobre el dólar oficial.

-En este escenario, la nominalidad escala. La paritaria acompaña la inflación pasada (62%), el dólar oficial sube 54% (a $108), pero la brecha escala a 70% ($183 el dólar contado con liquidación), las tarifas se rezagan en dólares aumentando la presión sobre los subsidios y la inflación escala al 72%.

-En este escenario cae el salario real y las jubilaciones (que siguen ajustando al pasado), el déficit fiscal escala a 2% del PBI. El sector externo ajusta más rápido de la mano del desplome en las importaciones, aunque con la brecha cambiaria y las retenciones, las exportaciones no traccionan.

-En este escenario la caída en la actividad se profundiza, y la economía cae en promedio 6,5% durante 2020. (IProfesional)