Tras 28 años de diferencias políticas, la CTA decidió reincorporarse a la CGT
Por unanimidad, las centrales obreras confluyeron en la unidad, en lo que Hugo Yasky consideró «un día histórico».
El dirigente sindical Hugo Yasky anunció que «por unanimidad» la CTA decidió volver a integrar la Confederación General del Trabajo (CGT), tras 28 años de diferencias políticas, en lo que consideró «un día histórico».
El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, el diputado nacional Máximo Kirchner y el líder de Camioneros, Hugo Moyano, participaron esta tarde del congreso nacional de la CTA de los Trabajadores, donde se votó el regreso de ese sector a la Confederación General del Trabajo (CGT).
El Congreso Anual Ordinario de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) aprobó esta tarde «el regreso al seno de la Confederación General del Trabajo (CGT)», luego de la ruptura y las divisiones producidas a partir de 1991, y respaldó la necesidad de refundar «el pacto social en la Argentina» sobre la base del «diálogo y el tripartismo».
El concurrido encuentro de la CTA, al que asistió el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, respaldó la fórmula peronista para el 27 de octubre próximo y manifestó que «se impone comenzar el camino de la unidad sindical».
El jefe de la CTA, Hugo Yasky, ratificó hoy en el microestadio del Club Atlético Lanús, en 9 de Julio al 1.600 de esa localidad del sur bonaerense, «la necesidad de regresar al seno de la CGT para fortalecer la unidad del movimiento obrero en una única central», aunque aclaró que esa política no implica «la inmediata desaparición de la entidad» gremial.
«Luego de años de políticas neoliberales que llevaron al desastre a los trabajadores, este Congreso definió con madurez y responsabilidad política el comienzo del sinuoso camino que conducirá a un diálogo difícil pero imprescindible para lograr la unidad», dijo el dirigente docente, flanqueado, entre otros, por Roberto Baradel (Suteba), Sonia Alesso (Ctera), Roberto Pianelli (subtes), Claudio Marín (telefónicos) y Pablo Micheli.
Con la participación de más de un millar de congresales de todo el país, la CTA aprobó «el comienzo de una reunificación histórica para el movimiento sindical», y respaldó un documento que sentó las bases de ese proceso y de «un pacto social».
La historia de la CTA -fundada entre otros por el fallecido Germán Abdala y el ex jefe de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y de la central, Víctor De Gennaro- comenzó en 1991 luego de que sus principales dirigentes se fueran de la CGT por «el respaldo de sus jefes a las políticas menemistas»; el llamado «Encuentro de Burzaco» del 17 de diciembre de 1991 sería el puntapié inicial de una central que fuera la contracara de la CGT.
Un centenar de referentes gremiales de varias organizaciones se reunieron entonces en un recreo y determinaron «la vuelta a fojas cero para transformar la bronca en esperanza» a partir de tres ejes: la recuperación de la identidad como clase trabajadora, la defensa de la autonomía frente a los partidos y el Estado y una política hacia todos los desocupados.
El 14 de noviembre de 1992 sesionó el «Congreso de los Trabajadores Argentinos» (así surgió la sigla CTA) en Parque Sarmiento (CABA), y se constituyó la central que, en sus orígenes, se conformó en especial con gremios del sector público alejados de la CGT, y que determinó la afiliación directa trabajadora y la votación directa de sus dirigentes.
Desde sus inicios y hasta 2006, el secretario general fue el estatal De Gennaro, a quien sucedió el docente Yasky (Ctera) y, en 2010 y tras el enfrentamiento electoral interno producido entre dos nóminas, triunfó el también estatal Pablo Micheli (ATE).
La CTA nació en 1992 y se pronunció -como lo hizo Yasky hoy- por la construcción de «un nuevo modelo sindical y la necesidad del recambio de sus protagonistas», aunque la central obrera, luego de 30 años, nunca pudo obtener la personería gremial.
Rencillas internas y diferentes metodologías y concepciones político-gremiales determinaron luego su partición, lo que dio origen a la actual central de Yasky y a la llamada CTA Autónoma de Pablo Micheli (CTAA) que, del mismo modo, se quebró en dos y dio origen una tercera versión de la CTA, dirigida por Hugo Godoy y Ricardo Peidro.
«Fuimos capaces de construir esa unidad porque hubo una mujer que vino a la mesa de acción política (del PJ), la compañera Cristina Kirchner», sostuvo Yasky, que al abrir el congreso pidió el respaldo de los presentes para la fórmula Fernández-Fernández.
Sentados en primera fila en el escenario lo escuchaban Fernández, Moyano, Máximo Kirchner, el diputado nacional Felipe Solá; el titular de La Bancaria, Sergio Palazzo; el líder del gremio de Canillitas, Omar Plaini; la candidata a vicegobernadora de Buenos Aires, Verónica Magario; la candidata a vicejefa de Gobierno porteña, Gisela Marziotta; y el postulante a intendente de Lanús, Edgardo Depetri, entre otros.
«Cristina nos dijo: hace falta unidad para poder ganar la elección que viene, pero hace falta mucha más unidad para gobernar un país que va a quedar destruido, empobrecido, con desempleo`», agregó el secretario general de la CTA Autónoma. (Conclusión)