Nuevo Gobierno, nuevos desafíos
El camino al 27 de octubre se transita con más dudas que certezas. Los allegados al presidente Mauricio Macri dicen que, en caso de producirse el milagro, sin ninguna duda su nuevo gobierno iría hacia el modelo irlandés, es decir, una abrupta baja de impuestos para posibilitar así la instalación del capital productivo. ¿De qué manera abrazaría esta política si termina su mandato con tasas de interés del 72% , aprovechadas por el capital especulativo? Hasta ahora, el principal protagonista no se refirió al tema. En el caso de Alberto Fernández, y no dicho por él ni explicitado por su equipo, ha circulado un posible impuesto al patrimonio. Lo que sí se sabe es que hoy en Mendoza junto a diez gobernadores se expedirá sobre un proyecto de reducción drástica de impuestos para las pymes, que vienen declarándose en estado de emergencia. El candidato más votado ha prometido el fortalecimiento de las economías regionales y la federalización de la Argentina. No habló del traslado de la Capital como Raúl Alfonsín, pero sí de trasladar su futuro gabinete una vez al mes a las provincias: “Lo importante no es lo que te cuentan en Capital Federal, sino lo que vemos y oímos cuando vamos a las provincias”. Los más allegados al candidato Fernández creen que deberá llegar el momento de discutir una reforma tributaria, pero no será prioridad al inicio de su gobierno.
A propósito del tema tributario, me decía el Dr. César Litvin: “El sistema debe ser atractivo, simple. No con mero interés recaudatorio sino a disposición de generar producción y empleo”. En la Argentina existen 163 tributos, y con nueve de ellos se consigue el 85% de la recaudación: IVA, ganancias, ingresos brutos, los de la seguridad social, devolución de exportaciones, combustibles e impuestos internos. Queda claro entonces que en algún momento esto se debe abordar, analizar y reformar, teniendo en cuenta que la clave –siempre pensando en favorecer la producción, el empleo y el consumo- debe ser respetar la seguridad jurídica y apuntar a un sistema simple, dado que los impuestos muy altos espantan las inversiones.
El profesor Litvin da un ejemplo gráfico: “El sistema tributario es una herramienta, por ejemplo un martillo, con el cual podemos ayudar a la construcción o a la destrucción”. En el mundo suceden cosas que parecen de ciencia ficción para la Argentina: los bancos cobran por tener activos financieros por encima de los USD 500 mil y no pagan interés. Aplican una tasa negativa. A manera de ejemplo: un depósito de USD 100 dólares puede transformarse en USD 95 mil a la hora de retirarlo.Dado que el fin de semana el tema electoral viró hacia lo impositivo, no obstante no haberse expedido al respecto ni Mauricio Macri, ni Alberto Fernández, vale recordar que algunos países ya no gravan a las personas y otros como España aplican impuestos a partir de los 700 mil euros, Francia por sobre 1.200.000 euros.
A propósito, la Argentina tiene una particularidad: grava a partir de activos superiores a los USD 20.000, pero no descuenta los pasivos. Ejemplo: tributa igual el poseedor de $10 millones en activos, que quien tiene $10 millones en activos y $9 millones en pasivos. El próximo presidente contará en su haber con elementos claves para ayudar a desandar la desocupación, la pobreza y activar el consumo: Vaca Muerta; las economías regionales; el polo agroindustrial sojero-maicero (Rosario y 300 kms a la redonda es el núcleo sojero del mundo); la pesca y sus derivados; minería (tenemos 75% de nuestros yacimientos sin explotar); industria cárnica (el 77% de la carne que se exporta va a China, pero este país necesita 30/40 millones más de cabezas de ganado para abastecerse), industrial forestal.
El embajador argentino en China, Diego Guelar, pasó por la Bolsa de Comercio de Rosario, se reunió con el gobernador electo de Santa Fe Omar Perotti, como ya lo hizo con Gustavo Bordet de Entre Ríos y Juan Schiaretti de Córdoba y dejó agendado para marzo de 2020 una reunión de la Región Centro argentina con la Región Centro china, que representa 250 millones de habitantes. Enfatizó que, con nuestra eficiencia en la producción primaria, podríamos producir cinco veces más. Hay enormes potencialidades pero se necesitan reglas claras, dijo: “Si nos pregunta un inversor cuál será el precio del dólar o que inflación tendremos en tres meses: nadie lo puede contestar. Somos más ricos que Nueva Zelanda y Australia juntos, pero estamos estancados». Al consultarle un ejemplo, me contestó: “Le mostré al presidente Macri estos números: en el 2011 exportamos por USD 80 millones, en el 2018 por USD 60 millones. Bolivia, Paraguay y Chile administran mucho mejor que nosotros”.
Por su parte, José Octavio Bordón, presidente de Argentina Debate y hoy Embajador en Chile, me decía: “Argentina debe apostar a la bio-oceanidad. No somos tan grandes como Brasil ni tan dinámicos como Chile, pero somos un país clave”.Ambos dirigentes políticos y embajadores concluyeron en que “es imprescindible un cambio de actitud en Argentina más allá de quien ganare, y debe haber un gobierno de unidad nacional y acordar un puñado de políticas de Estado, sino, cada diez años o cada cuatro volvemos a empezar”.
Si bien el debate -como me decía Bordón- no define una elección, sería bueno que en un mundo cambiante estos temas se puedan abordar. Al igual que la corrupción, que si bien no figura hoy en las preocupaciones prioritarias de los argentinos, no deja ser central.