Tras 20 años de negociaciones, Argentina exportará harina de soja a China
El anuncio se formalizará mañana en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Lo festejó Macri.
Tras 20 años de negociaciones, el Gobierno anunció un acuerdo con la República Popular de China para la apertura del mercado de la harina de soja, el producto de mayor exportación de Argentina, como había adelantado Clarín hace dos semanas.
Fue firmado ayer en Beijing por Diego Guelar, embajador de Argentina en China y Zhan Jiweng, Viceministro de la administración general de aduanas del país asiático. Y será formalizado este miércoles al mediodía por el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Miguel Etchevehere, y el embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli.
Hasta el momento, Argentina exportaba poroto y aceite de soja al gigante asiático. En el acumulado de 2019, el país embarcó hacia China 4,3 millones de toneladas de porotos de soja (el 80% del total), y 163.954 toneladas de aceites de soja (el 4%).
Este acuerdo histórico para la Argentina representa una gran oportunidad de ingreso al mayor mercado consumidor mundial de proteína vegetal para alimentación del sector ganadero. China cuenta con más de 500 millones de cabezas entre porcinos y bovinos. Lo que puede significar a la Argentina ventas potenciales de más de US$1.500 millones con este nuevo mercado abierto.
De todas maneras, según informó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), a partir de este importante paso dado, quedan pendientes dos etapas más: la habilitación de las plantas, que podría anunciarse en octubre próximo, y el registro de producto, que va a demorar varios meses más por lo que no es de esperar embarques inmediatos por el momento.
Hasta el mismo presidente de la Nación, Mauricio Macri, festejó la noticia en su cuenta de Twitter. «Acuerdo histórico: vamos a exportar harina de soja a China. Después de 20 años de negociaciones llegamos a un acuerdo. China es el mayor consumidor del mundo de proteína vegetal para alimentación de ganado y ahora vamos a venderles un producto con mayor valor agregado», destacó el mandatario.
«Es una noticia clave para el sector agrícola. Nuestro país es el mayor exportador de harina de soja y ahora se abre uno de los mercados más grandes del mundo. Esto significa más mano de obra, más trabajo en la agroindustria y más oportunidades para los argentinos», agregó en su red social.
La apertura del mercado de China para la harina de soja local se debe fundamentalmente a la guerra comercial entre China y Estados Unidos. El país norteamericano era el principal abastecedor de poroto de soja que luego las fábricas chinas los convertían en harina.
Y ahora se ven con la necesidad de diversificar y cambiar sus políticas de autoabastecimiento de productos industriales para permitir el ingreso de productos industrializados agrícolas.
Cabe recordar que recientemente el Departamento de Cuarentena Animal y Vegetal de la Administración General de Aduanas de China (GACC) había arribado al país con el fin de inspeccionar siete plantas de molienda de harina de soja ubicadas en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
Además, los inspectores chinos recorrieron un laboratorio de la Red Nacional del Senasa para determinaciones de residuos de agroquímicos y contaminantes microbiológicos, y el laboratorio de biotecnología del INTA Castelar, ubicado en la provincia de Buenos Aires.
La harina de soja es el principal producto de exportación de la Argentina. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en 2018 el monto de los embarques alcanzó los U$S 9.197 millones, superando apenas el valor de lo que había sido en 2017, con U$S 9.085 millones.
Argentina tiene una capacidad instalada para 65 millones de toneladas por año pero utiliza 45 millones. Y exporta alrededor de 30 millones de toneladas por año.
Por su lado, China consume 70 millones de toneladas de harina de soja por año e importa muy poco. Desde el 2015 a la fecha compró solamente 100.000 toneladas por año. Y este año se estima que importará 20.00 toneladas.
Al respecto, el ministro Luis Etchevehere, quien no estuvo en la firma en China por pedido del Presidente para que continue con gestiones en el país, señaló que «estamos muy contentos con este nuevo anuncio que confirma que la Argentina volvió a insertarse en el mundo, porque el mundo confía en nuestras políticas de comercio exterior y en la provisión de alimentos de alta calidad».
Pero más allá de esta euforia, la semana pasada se planteó durante el Congreso Mercosoja desarrollado en Rosario la preocupación por la caída del nivel de proteína en la soja. Hace 15 años, en promedio, era del 39% y en la actualidad es del 36,4%.
Si la tendencia continúa va a generar muchas dificultades en las plantas de molienda y mayores desafíos para cumplir con los contratos de la harina de soja.
“El contenido de proteína es una condición clave de acceso a mercados y un factor determinante del precio. Si hay dificultades de calidad para exportar harina de soja no pierden solo 20 plantas, perdemos todos”, sostuvo Idígoras. (Clarín)