El trasfondo político que permitió el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea
El reconocimiento de líderes europeos y el multilateralismo hicieron lo suyo. El rol de Horacio Reyser. En el Gobierno buscan equiparar la firma, salvando las distancias, a la organización del G-20 en Buenos Aires.
Cada vez que el presidente Mauricio Macri viaja al exterior, recibe de los principales mandatarios del mundo frases de apoyo, de reconocimiento que en muchos casos no se limitan a una cortesía, sino que se traducen en hechos. El más notable: Argentina no hubiera podido recibir más de 50.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional sin la intervención de Estados Unidos y encima con una flexibilidad en la aplicación de la ayuda que hasta contradice los estatutos del organismo. Y este inédito respaldo fue avalado por las grandes potencias como China o Francia, entre otros.
Macri siempre se pronunció a favor de una apertura de la economía argentina. Sus allegados dicen que está convencido de que el país no tiene destino si no se integra a las grandes corrientes del comercio y la inversión internacional.
Por esta razón incorporó desde el comienzo de su gestión al equipo de Gobierno y bajo su ala, a Horacio Reyser, un hombre con amplia experiencia en los negocios internacionales que fuera socio del mayor fondo de inversiones en Latinoamérica, Southern Cross. De bajo perfil, tuvo despacho en la Casa Rosada. Es quien acompaña a Macri cada vez que se acerca al país un potencial inversor extranjero de importancia.
No del todo conforme con el desempeño de Susana Malcorra, la anterior canciller, en la captación de inversiones extranjeras, Macri dispuso el traslado de Reyser al Ministerio de Relaciones Exteriores según se comentó en la Casa Rosada. Al frente de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Reyser comanda la negociación por la Argentina para el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea.
Macri cree que la Argentina necesita proyectarse al mundo para crecer, afirman en su entorno. Por esta razón es que una de las actividades que más lo entusiasma son las mesas de competitividad a las que asiste y personalmente puntea en un cuaderno los grados de avance. No es casual que el primer mandatario señale como uno de sus mayores logros, el acuerdo logrado en el sector energético para el desarrollo del yacimiento de Vaca Muerta, entre trabajadores, empresarios y el Gobierno nacional y provincial.
La firma del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur constituye para el gobierno de Macri un hito equiparable, salvando las distancias, a la organización de la reunión del G-20 en Buenos Aires.
“Sin Mauricio Macri no había acuerdo” señaló el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, a Ámbito Financiero, destacando el rol del primer mandatario argentino en el logro del entendimiento.
El acuerdo reviste importancia en momentos en que el mundo se encuentra envuelto en una profunda discusión sobre el comercio internacional. En tal sentido, Ámbito Financiero tuvo acceso a una carta que enviaron mandatarios del viejo continente a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, en reconocimiento por sus esfuerzos para avanzar en el acuerdo con el Mercosur, en un contexto en el que “la creciente amenaza del proteccionismo” tiende a “debilitar el sistema de intercambio basado en las reglas del multilateralismo y socava el sistema de cooperación internacional que necesitamos preservar”.
La carta, fechada el 20 de junio pasado fue firmada por primeros mandatarios de naciones europeas: Angela Merkel (Alemania), Pedro Sánchez (España), Andrej Babiš (república Checa), Krišjānis Kariņš (Letonia), Mark Rutte (Países Bajos), Antonio Costa (Portugal) y Stefan Löfven (Suecia). Allí se señala que “tenemos una oportunidad histórica y estratégica de cerrar el acuerdo más importante de la Unión Europea y el Mercosur mandando un fuerte mensaje de que el comercio internacional es de beneficio mutuo basado en el diálogo, la cooperación y reglas justas”.
Más aún, en otro párrafo se señala que “Nos encontramos en una encrucijada. “La Unión Europea no puede darse el lujo de dar paso a argumentos populistas y proteccionistas sobre la política comercial”.
Por su parte, Reyser, en declaraciones a Ámbito Financiero, destacó que Macri, en su condición de presidente pro tempore del Mercosur, “habló con los líderes europeos sobre el final (de las negociaciones) y esto fue clave para que se lograra el acuerdo”.
En este contexto, en la Casa Rosada no sorprendieron las declaraciones del precandidato Alberto Fernández y de otros opositores en contra del acuerdo, al tiempo que advertían las dificultades que tendría kirchnerismo para obtener apoyo internacional, si volviera al poder. Así, la firma del tratado constituirá otro argumento de campaña a los efectos de mostrar que el macrismo es un modelo abierto y que priorizará la inserción al mundo, en contraste con lo que denominan “posturas mezquinas” de la oposición.
En este sentido, Sica calificó de “chicana política” a las declaraciones de Alberto Fernández en contra del acuerdo. “El gobierno al que él perteneció quiso llevar adelante este acuerdo, negoció en su momento en el gobierno de Kirchner, Cristina quiso cerrarlo”, enfatizó el ministro. Al tiempo que destacó que se pudo lograr por el trabajo de personal profesional que logró un acuerdo muy equilibrado, que respeta las sensibilidades.
Volviendo a la críticas de Fernández, el ministro de la Producción aseveró: “Me parece chicana política propia de la ignorancia de no saber qué tiene que ver y qué se estaba hablando en el acuerdo, o de aprovechar un oportunismo político; ellos fueron incapaces de llevarlo adelante en 12 años y ahora critican al gobierno y al presidente que se puso a la cabeza y lo logró”.
“Este acuerdo hay que mirarlo como una política de Estado, es converger a altos estándares institucionales. Es parte de los 10 puntos de consenso que planteó el presidente Macri”, señaló a este medio el embajador Reyser. El funcionario sostuvo que los argentinos tenemos que decidir “si queremos estar integrados al mundo para que nuestra economía se pueda desarrollar recibiendo inversiones, exportar y generar más empleo o si volvemos al pasado, a la vieja política alineándonos con Chávez, Maduro y cerrándonos a las oportunidades que nos brinda un mundo que se transforma velozmente”
Cómo sigue
Sica señaló que “todo tema de la letra chica se va a terminar de afinar en los próximos quince días”. Puntualizó que “el equipo de negociadores comandado por Horacio Reyser y Marisa Bircher quedan ahora encargados junto con los equipos técnicos, de terminar de cerrar el documento que está bastante consolidado y sólo quedan los temas puntuales que se discutieron en los últimos tres días”. Explicó que este documento primero se traduce, después lo protocolizarán y rubricarán los presidentes o los cancilleres y luego empieza el trabajo de aprobación en los parlamentos.
Por su parte, Reyser agregó que “lo que sigue es una revisión de todos los textos, es lo que se llama legal scrubbing, es decir depuración legal. Los textos ya están todos pero deben revisarse y traducirse a distintos idiomas. Es un proceso que puede tomar entre 6 y 12 meses hasta la firma”.
“La única certeza es que el acuerdo Mercosur-UE, una vez que entre en vigencia, no va a ser neutral para la Argentina. Y sus efectos sobre el país dependerán de nuestras propias acciones”, sostuvo en declaraciones a Ámbito Financiero, Leila Nazer, exsubsecretaria de Comercio Exterior.
“En el plano agroindustrial, va a ser crucial por ejemplo la distribución que se negocie entre los países del Mercosur de las cuotas ofrecidas por la UE. Y en el plano industrial, el Mercosur tiene hasta 15 años de plazo para completar la desgravación arancelaria de sus sectores”, afirma Nazer.
La economista se interroga si ¿es mucho o poco? Y considera que “la respuesta es incierta; dependerá de nuestra capacidad de fortalecer nuestras industrias, reduciendo el elevado “costo argentino”, aplicando políticas sectoriales eficaces para desarrollar mayores capacidades productivas, promover la innovación e incorporación de tecnología y lograr mayores niveles de competitividad internacional. Este es el gran desafío que ya tenía la economía argentina y que el acuerdo con la UE simplemente hace más evidente”.
Por el momento en el Gobierno celebraran el haber cerrado un capítulo que llevó 20 años y la oposición intentará instalar temores arraigados respecto a que “se inunde a la Argentina de productos europeos”.
Lo cierto es que ahora comienza otro camino (aunque mucho más corto) para lograr que este acuerdo comience a ser efectivo. (Ámbito)