Ciudad de Santa Fe: Asesinó a su mujer delante de sus hijos y luego se suicidó
Fue en la medianoche del lunes en el barrio La Loma de la capital provincial. Al menos uno de los menores presenció la escena y pidió auxilio.
«Papá mató a mamá». Pocas frases sintetizan tanta tristeza. Y en la boca de un niño de 9 años es devastadora. Pero al final del día en que las mujeres del país entero renovaron su grito de auxilio y rebeldía ante el machismo homicida conmemorando con una nueva marcha de Ni una Menos, es una paradoja atroz. Y eso pasó a la medianoche de este lunes 3 de junio en una vivienda del barrio La Loma de la ciudad de Santa Fe. Un hombre asesinó de un escopetazo a su pareja delante de sus pequeños hijos y luego se suicidó.
La víctima fatal fue Rocío Catalina Serrano de 29 años; el femicida era su pareja: Alberto Villella de 34. Las víctimas sobrevivientes son dos huérfanos de apenas 2 y 9 años que presenciaron la tragedia cuyo horror los habrá de acompañar el resto de sus días.
Vieron como su padre le descerrajó un tiro en la nuca a su mamá y luego se disparó en la cabeza. El mayor, presa de pánico salió corriendo del hogar gritando: «Papá mató a mamá».
No pocos vecinos y su tío, casa cercana hasta donde huyó el pequeño, temieron lo peor. Villella era un hombre violento a quien ya había denunciado por agredir a su pareja. Le habían impuesto una orden de restricción para impedir que se acercara a Rocío tras un incidente en el que la había amenazado con un arma.
Otra cruel paradoja de esta historia es que, según admitieron allegados a la investigación que conduce la fiscal, Ana Laura Gioria, Rocío Serrano tenía turno para retirar este martes un botón antipánico con el que buscaría prevenir algún ataque de su ex.
Pero la tragedia no le dio tiempo. Llego minutos antes a la casa modesta casa de Espora y Padre Viera con su estela de muerte que se llevó la vida de sus moradores mayores y marcó para siempre la de los menores.
«El se drogaba mucho y al final lo hacía delante de los chicos. Eso a ella le molestaba mucho. l no se podía acercar, pero con la excusa de los chicos venía seguido. Incluso el día que la amenazó dijo que venía a ver a los chicos. Además, sabíamos que él tenía una escopeta porque era pescador. Los últimos tiempos vivía drogado, creo que faso, nosotros sentíamos el olor porque vivíamos al lado», contó a los medios de prensa, Luis Serrano.
Devastado por haber perdido de modo tan cruento a su hermana a quien encontró tirada junto al cadáver de su pareja cuando corrió a su casa tras escuchar la infausta noticia de boca de su sobrino y haber visto el terror estampado en sus ojos. «Jamás olvidaré ese instante», dijo y se quebró ante el dolor.
El caso está resuelto para la Justicia. Si bien la investigación aún no concluyó se piensa que no hubo participación de terceros. Ello se desprende de los dichos del niño de 9 años que fue testigo del drama. Con ambos protagonistas muertos la causa se archivará rápido pero su carga simbólica perdurará como un recordatorio sobre la materia pendiente que aún posee la sociedad argentina sobre la coexistencia pacífica en el seno de la convivencia durante la existencia o luego de disuelto los vínculos que los unían. (La Capital)