El “teatro” de operaciones en Venezuela y el Hezbollah
Recordarán, quienes siguen esta columna, la llegada, en diciembre pasado, de fuerzas militares rusas a bordo de bombarderos TU-160.
Son naves que poseen una autonomía de vuelo de 12.000 kilómetros sin escalas y con capacidad de carga de misiles nucleares – los que fueron seguidos de cerca, en territorio noruego, por cazas de ese país-, con más de100 efectivos militares soviéticos, especializados en ciberseguridad.
Por ese tiempo –estimaron analistas políticos-, fueron operaciones de distracción para beneficio del presidente Nicolás Maduro, ya que el objetivo era el de preparar la resistencia ante la posibilidad de un presunto ataque al territorio caribeño desde el exterior.
En la últimas horas pudo saberse que tres helicópteros MI-26T, que Hugo Chávez había comprado a Rusia en el 2005, no son más que chatarra tirada en la base aérea La Carlota.
Los helicópteros destinados a la Aviación Militar Venezolana estaban en condiciones de cargar hasta 20 mil kilos, equivalentes a 80 soldados con su equipo, a la vez que poseen una cabina sobrepresurizada para la tripulación, permitiendo ello que el aparato militar pueda combatir en enfrentamientos nucleares, enfrentando armas biológicas y químicas.
Hace apenas 60 días los rusos tenían previsto abrir en Venezuela un centro destinado a entrenar pilotos para esos helicópteros, según un portavoz de la empresa vendedora de helicópteros MI -17V-5, MI -35M y los citados MI-26T.
Pero esto no es todo, en agosto de 2018 se había anunciado en Venezuela la instalación de una fábrica de armas ligeras y un centro de mantenimiento de helicópteros “tapados por una capa de mugre por falta de uso”, según fuentes militares.
El 29 de marzo pasado, el ministro venezolano de Defensa Vladimir Padrino López no efectuó declaraciones sobre el estado de abandono de los helicópteros MI 26T, en el marco del acto de inauguración , en el estado de Yaracuy, de un centro de instrucción y entrenamiento simulado Conjunto para las naves de fabricación rusa.
Una crisis acelerada
Como si lo explicitado fuera poco, Rusia le aplicó un golpe al régimen de Maduro al retirar, progresivamente del territorio caribeño a sus asesores en el área de defensa.
Lo hizo debido a la falta de pago del armamento entregado por la empresa estatal Rostec, lo que conlleva una pérdida de poder para el gobierno, según lo publicara The Wall Street Journal.
Así se pasó de alrededor de 1000 asesores a pocas decenas, debido a que el presupuesto destinado a la provisión de armamento se fue diluyendo hasta terminar desapareciendo.
Los gobiernos de medio centenar de países estiman que antes de fin de año Maduro será una anécdota y Juan Guaidó, como líder opositor , se tendrá que hacer cargo del Estado.
Es muy probable que en breve lapso, cesen los contratos relacionados con la instalación de una planta de producción de Kalashnikov. Mientras esto ocurra el apoyo ruso se mantendrá atado con piolines. Luego Maduro se verá en figurillas para seguir adelante, teniendo en cuenta que el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguéi Lavrov se reunirá con su par colombiano Carlos Holmes el próximo lunes 10.
El objetivo es hacer una reunión evaluadora de la posibilidad de una confrontación militar en Venezuela.
La realidad del día a día ha dejado de lado la posibilidad de una crisis en cámara lenta por otra acelerada, debido a la precipitada caída económica que ha llevado al país caribeño a un colapso difícil de revertir.
Economistas del orbe ven la aceleración de una tragedia humana sólo consistente con la magnitud de lo que provocaría una guerra civil en ciernes y comparable a situaciones vividas en El Líbano en la década del 70.
Una democracia extremadamente debilitada, la inflación desenfrenada, el cierre definitivo de empresas de todo tipo y el éxodo de venezolanos que en el 2020 alcanzaría a 8 millones de personas, han generado en Latinoamérica una crisis de valores humanos en Venezuela difícilmente de comparar.
No hace falta ir Venezuela para ver como los habitantes ocupados y desocupados de ese país hurgan entre la basura mientras los comerciantes hacen lo indecible para vender sus alimentos antes que se descompongan por los repetidos cortes de energía.
La situación se hace a cada hora más insostenible por la aplicación de las sanciones económicas estadounidenses y la comercialización del petróleo de exportación merma cada día. Ni la importación es una vía de escape, ya que los bonos venezolanos ya no sirven para importar medicamentos.
Como si esto fuera poco, la caída de la producción de crudo cayó aceleradamente en el curso del corriente año según la Organización de Países Exportadores de Petróleo, a lo que debe sumarse que la hiperinflación puede llegar a 10 millones por ciento. Las consecuencias de ello serán imprevisibles, tanto en Caracas como en el interior de Venezuela. Agencias internacionales de noticias exponen con meridiana claridad que paraísos turísticos de otrora miles de habitantes estables, se hallan casi abandonados y los gobernantes se han dado a la fuga, dejando a los que quedan a la intemperie política, social y económica. Sino pregúntenles a los habitantes de la isla de Toas o a los de Maracibo o a los de Machiques, donde la inexistencia de energía desaparecieron las dos industrias más importantes.
El involucramiento de Hezbollah y la inteligencia cubana
A esto se suma, incluso actualmente, el involucramiento de Hezbollah con el régimen chavista y la inteligencia cubana que trabajan en consonancia con el SEBIN, esto es la agencia de espionaje de Venezuela.
Estudiosos de la política internacional como Héctor Schamis, tienen claro que la cúpula militar de Venezuela admitió ya hace mucho una virtual intervención en el área de inteligencia de parte de Cuba, que pretende el control de la misma.
No es estar a favor o en contra de Venezuela señalar que en ese país no hay suficiente luz, agua, comida ni medicina. Menos aún libertad en un país que soporta la crisis de refugiados más grave en la historia del hemisferio y problemas profundos de corrupción, junto al desarrollo incontrolado de bandas criminales, la inexistencia de servicios públicos y un poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos que hacen inviable cualquier gestión seria de gobierno.
Habría más de 20 mil oficiales militares cubanos en territorio venezolano que dan órdenes en los cuarteles y -nos dicen-, custodian a Maduro. La inteligencia cubana (G2) tendría en su poder el padrón electoral y la documentación de los venezolanos para controlar los aeropuertos.
La influencia iraní
Para colmo Irán, a través del jefe de las fuerzas revolucionarias islámicas están siguiendo de cerca la situación desde que los lazos entre Venezuela e Irán se fortalecieron, a tal punto que los especialistas en el análisis del tráfico de estupefacientes aseguran que la isla Margarita vendría sirviendo desde hace 19 años como un centro de tráfico de drogas para el Hezbollah y el grupo terrorista Hamas.
Como consecuencia de ello el paraíso turístico que era la isla pasó a ser una ciudad fantasma que opera como punto de llegada de iraníes por miles.
El almirante Kurt Tidd, en febrero de 2018, ante el Congreso refirió que “el Hezbollah libanés posee una célula operativa activa en la región para ejecutar actos terroristas de alto impacto con ayuda de las Guardias Revolucionarias de Irán”.
El abrazo de oso del Hezbollah en Venezuela
El Hezbollah o Hizbullá (en su forma menos castellana) o Partido de Dios es una organización islámica musulmana chií libanesa que cuenta con un brazo político y otro paramilitar. Fue fundado en el Líbano en 1982 como respuesta a la intervención israelí en ese momento y entrenado y organizado por un grupo de la Guardia Revolucionaria de Irán, de la que recibiría armas y apoyo financiero.
Funciona con la “bendición de lo que queda de Siria” desde el final de la guerra civil libanesa. La forma en que Irán mostró su apoyo militar al presidente sirio Bashar al Asad en contra de los rebeldes fue enviando milicianos de Hezbollah para combatir junto a los sirios.
Es, junto con el Movimiento Amal la principal expresión política y militar de la comunidad chií, siendo considerada como una organización terrorista por Australia, Canadá Reino Unido, Países Bajos, Francia, Israel, Baréin, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y Egipto, mientras que para el mundo árabe Hezbollah “es un movimiento de resistencia legítimo”.
La data de la inteligencia yanqui
Según la CIA se estima que los chiíes aglutinan el 41% de la población libanesa. El Líbano se independizó el 22 de noviembre de 1943. Francia retiró su fuerza militar en 1946 y Hezbollah no se desarmó tras los acuerdos de Taif (en 1989), que pusieron fin a 15 años de guerra civil. Después de 1990 se libanizó mediante un proceso multiconfesional en términos religiosos y estratégicos.
En 1992 El Partido de Dios participa de las elecciones libanesas y ganó en las 12 circunscripciones en la que compitió electroralmente y para finales de ese año dialogaba con los cristianos libaneses.
Un quinquenio más tarde comenzó a luchar contra la ocupación israelí conformando una resistencia. En el 2000 se retiró unilateralmente del sur del Líbano reinvindicando las Granjas de Shebaa que Israel había arrebatado a Siria en 1967, siendo su devolución negada e implicando que Hezbollah que aumentara su popularidad, ya que luego penetró en la zona desalojada por el Tsahal, provocando la caída de la milicia cristiano-falangista libanesa y del proisraelí Ejército del Sur del Líbano (SLA) que fustigó a Israel, provocando como resultante que las Naciones Unidas instara al desmantelamiento de todas las milicias armadas que operaban en El Líbano, lo que ha sido incumplido por el gobierno libanés argumentando que Hezbollah no es una milicia.
Lo que Hezbollah quiere:
Para dejar claro lo que los seguidores de Hezbollah pretenden lograr, lo podemos resumir en:
· La implantación de la República Islámica en el Líbano, a la vez que pretende una democracia secular.
Expulsar a Israel de el Líbano y luego eliminarlo.
Expulsar a los franceses, y estadounidenses para eliminar la influencia colonial.
Someter a los falangistas a juicio por los crímenes a musulmanes y cristianos.
Permitir la autodeterminación para elegir el sistema político.
La Carta Abierta del Hezbollah
El 30 de noviembre de 2009 Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá, anunció un nuevo manifiesto político que fue aprobado durante la conferencia general del partido.
El documento, de 32 páginas, aborda cuestiones que van desde el sistema político libanés, pasando por las armas de la organización, la cuestión de Palestina y las relaciones del Líbano a nivel internacional. Este nuevo manifiesto contiene lenguaje que resta importancia a la retórica islamista y se centra más en la integración en su comunidad.
Contrariamente al manifiesto fundacional de 1985, el nuevo documento omite toda referencia al establecimiento de una República Islámica en el Líbano, país con una considerable población cristiana.
Además, el nuevo manifiesto pide la sustitución del sistema de controles y equilibrios confesionales, por una democracia.
Los analistas políticos que siguen de cera el accionar de Hezbolá en Latinoamérica opinan que “el principal problema en el sistema político libanés, es que impide su reforma, desarrollo y constante puesta al día por su sectarismo político.
No son pocos los que afirman que el hecho de que el sistema político libanés fuera establecido sobre una base sectaria constituye en sí mismo una fuerte restricción a los logros de la auténtica democracia, en los que una mayoría electa pueda gobernar y una minoría pueda ejercer la oposición, abriendo la puerta a una auténtica alternancia en el poder entre la coalición pro-gubernamental y la oposición.
De este modo, la abolición del sectarismo es la condición básica para la implementación de la regla de la mayoría y la minoría.
Sin embargo y hasta que los libaneses puedan alcanzar a través de su diálogo nacional este sensible e histórico logro, que es la abolición del sectarismo político, y dado que el sistema político libanés descansa sobre unas bases de tipo sectario, la democracia consensual continuará siendo la base fundamental de gobierno en Líbano porque ella plasma el espíritu de la Constitución y la esencia de la convivencia recogida en la Carta.
De aquí, cualquier enfoque sobre los temas nacionales basado en la ecuación de la mayoría y la minoría habrá de esperar a que se den las condiciones históricas y sociales que permitan el ejercicio de una democracia efectiva en la que el ciudadano tenga valor en sí mismo. Entretanto, los libaneses vivirán juntos en dignidad y con iguales derechos y obligaciones, lo que requiere una cooperación constructiva con el fin de consolidar el principio de la auténtica asociación, que constituye la fórmula más apropiada para proteger la diversidad y estabilidad tras una era de inestabilidad causada por las diferentes políticas basadas en la tendencia hacia el monopolio del poder y la exclusión.
La democracia consensual constituye una fórmula apropiada para garantizar la auténtica asociación y contribuye a abrir las puertas para que todo el mundo participe en la fase de construcción del estado garante.
«Nuestra visión del Estado que queremos construir juntos en Líbano -dicen los libaneses-, está representado por un Estado que preserve las libertades públicas; que busque la unidad nacional; que proteja la tierra, al pueblo y la soberanía del país; que tenga un ejército nacional, fuerte y preparado; que esté estructurado sobre la base de instituciones modernas, efectivas y que promuevan la cooperación, que esté comprometido con la aplicación de las leyes a todos los ciudadanos sin distinción; que garantice una representación parlamentaria correcta y justa sobre la base de una moderna ley electoral que permita a los votantes escoger sus representantes sin verse afectados por presiones; así como que dependa de personas cualificadas con independencia de cuáles sean sus creencias religiosas y que establezca mecanismos para la lucha contra la corrupción en la Administración; que disponga de un Poder Judicial independiente y no politizado; un Estado, cuya economía promueva los sectores productivos y trabaje para fortalecerlos, en especial la agricultura y la industria; que aplique el principio de desarrollo equilibrado entre todas las regiones; que cuide a sus ciudadanos y les suministre los servicios adecuados; que se ocupe de la joven generación y ayude a los jóvenes a desarrollar sus energías y talentos; que trabaje para consolidar el papel de las mujeres en todos los niveles; que se ocupe de la educación y trabaje para mejorar las escuelas y universidades oficiales y aplique el principio de la escolaridad obligatoria; que adopte un sistema descentralizado; que trabaje duro para frenar la emigración y que cuide a sus ciudadanos en todo el mundo y les proteja y se beneficie de sus conocimientos y posiciones para servir a la causa nacional».
Los enemigos de Hezbolá
El nuevo manifiesto afirma que los Unidos e Israel continúan siendo los principales enemigos de Hezbolá. Además, se elimina la posibilidad de un debate abierto sobre su derecho a portar armas.
El papel de la Resistencia es una necesidad nacional mientras las amenazas y ambiciones israelíes continúen. Así pues y en ausencia de un equilibrio estratégico entre el Estado libanés y el enemigo, la amenaza israelí obliga a Líbano a adoptar una estrategia defensiva que depende de una resistencia popular que participe en la defensa del país y de un ejército que preserve la seguridad del mismo, en un esfuerzo complementario que ha demostrado tener éxito en la fase anterior.
Esta fórmula, desarrollada desde dentro de la estrategia defensiva, constituye un paraguas de protección para Líbano, especialmente después del fracaso de distintas opciones basadas en otros “paraguas”, ya sean internacionales o árabes, o en las negociaciones con el enemigo.