Imputaron a “Cable” Solís por el crimen de la hermana de una testigo clave
El juez penal Mariano Aliau dictó prisión preventiva contra Enrique “Cable” Solís, acusado de haber integrado el grupo de personas que asesinó por error a Lorena Ojeda el 16 de diciembre de 2016, cuando fue confundida por los delincuentes con su hermana Brisa, quien era testigo del asesinato de su pareja (un barrabrava de Newell’s) y la habían amenazado de muerte.
Aunque la Fiscalía no encontró pruebas que señalen a «Cable» Solís como el que haya disparado, varias escuchas telefónicas lo ubicaron en el lugar del hecho la noche en que Lorena Ojeda fue asesinada en la puerta de su casa, en Rueda y Vera Mujica. Los audios muestran momentos anteriores y posteriores al homicidio, y los principales interlocutores son Cristian González, “Cable” Solís y “Tubi” Segovia, el joven asesinado en Coronda en su propia celda.
En las llamadas anteriores al homicidio se los puede escuchar decir “baja ya”, “llevo pistola” y “vamos a ir Cable, yo (habla Cristian González), mi cuñado, el Andy (por Fernando Andrés Caminos) y un amigo”. Para el juez, estos audios “indicarían que ciertas personas se dirigían a un lugar con cierta prisa”.
El asesinato fue cometido cerca de las 23 de aquella noche de verano, y en llamadas posteriores le confirman a «Tubi» Segovia que “el loco Cable” había estado presente y él mismo dice haber visto cómo le disparaban y remataban a la víctima con un tiro en la cara.
Por ese crimen también está condenado a tres años de prisión el abogado penalista Marcos Cella, por haber brindado «colaboración determinante» a los asesinos para consumarlo. Cella era el defensor de Segovia, detenido por el crimen de Jonathan Rosales, el novio de Brisa Ojeda. Cella, a pedido de su cliente, pidió la postergación por un par de días de una rueda de reconocimiento en la que Brisa debía señalar al asesino de su novio. Segovia estaría en esa rueda. Y gracias a ese aplazamiento, dos días después ocurrió el asesinato de Lorena Ojeda, en lugar de Brisa, su hermana.
Además, el juez consideró el apodo de Solís como un elemento vinculante, quien admitió que en la infancia le decían así, aunque ahora los únicos que lo llaman de esa manera son sus familiares. Para reforzar su teoría del caso, el fiscal Schiappa Pietra hizo saber que en uno de los celulares secuestrados hay numerosas fotos de Solís y audios en los que refieren a él como “Cable”.
Cuando fue el turno de la defensa, Solís tomó la palabra y dijo que esa no era su voz, que nunca había hablado con esas personas y pidió que las llamadas sean peritadas. También denunció ante el juez que se le permita presentar prueba que demuestre su inocencia porque, a su entender, la única que se tiene en cuenta es la de la fiscalía.
Su abogada hizo hincapié en que no está probada que la que se escucha sea la voz de su defendido, en que no hay testigos presenciales y en que Andrés Caminos, quien reconoció haber participado del hecho, dijo que Solís no estuvo aquella noche.
Sin embargo, el juez hizo lugar a la pretensión fiscal y ordenó que quede en prisión preventiva por el plazo de ley.