El gobierno dará a conocer los datos de abril y se espera una inflación del 3,5%
Aunque la cifra es alta, apuestan a quebrar la barrera psicológica del 4%. Estiman que hubo menor suba en alimentos, además del freno en los aumentos de algunos servicios públicos y un incremento más controlado en los precios de las naftas.
Por Carlos Burgueño/Ámbito.com
“Preocupados, pero un poco menos”. Un integrante del equipo económico describía con esta frase el dato que se manejaba ayer en el Palacio de Hacienda sobre la inflación de abril que hoy anunciará el INDEC que conduce Jorge Todesca. El alza de los precios se acercaría al 3,5%, un porcentaje muy alto, pero sensiblemente menor al lapidario 4,7% que se registró en marzo pasado. Estarían más en sintonía (pero en un nivel inferior) al 3,8% de febrero y por arriba del 2,9% de enero. El panorama en marzo siguió siendo complicado, pero a los ojos optimistas del oficialismo representaría un cambio de tendencia importante, luego de cuatro meses consecutivos de alza en los precios. Si se confirma la esperanza oficial, vendrían ahora tres meses de baja segura, ya que se espera un 3% de incremento en mayo y cerca del 2% en junio. Sabe el macrismo en el poder que será muy difícil perforar ese nivel, pero confía en que el alza de los precios se sostenga en torno del 2% al menos hasta las elecciones presidenciales de octubre.
Si la inflación de abril de 2019 se ubicara cerca del 3,5%, el acumulado en los últimos 12 meses se ubicaría en un 55,9%; y si se lograra la tendencia esperada por el Gobierno, en diciembre la comparación interanual llegaría cerca del 38% y en el año el incremento total de 2019 rondaría el 47%/49%. Sería un IPC muy similar al 47,67% registrado en 2019; y por encima del 24,8% de 2017 y del promedio del 42% de 2016.
Tres factores habrían jugado a favor para que la inflación de abril de 2019 no supere el 4%. En primer lugar, el incremento en el rubro alimentos habría sido menor que el 62% interanual de marzo, en especial por una mayor calma en el alza en la carne. Obviamente también comenzó a operar a favor la medición de algunos precios de productos que componen la canasta de “Precios Esenciales”. También ayudó a desacelerar el índice las suspensiones en los incrementos de los precios de tarifas de servicios públicos y el transporte, como el subte en la Capital Federal y las tarifas de los celulares. El tercer factor que jugó a favor de una suba más leve de los precios en marzo fue el incremento más controlado de las naftas para abril. Las tres petroleras decidieron aplicar un ajuste en los combustibles menor al 5% en lugar del 8% pensado originalmente a comienzo de mes, con lo que el traslado final sobre los precios fue de menos de un punto porcentual, diluido además parte en abril y parte en mayo donde el alza también fue inferior al 5%. El cuarto efecto a favor de cierta tranquilidad en los precios en abril fue la estabilidad del tipo de cambio, que pese a haber transcurrido un mes turbulento, en la última semana logró alcanzar cierto control a partir de las intervenciones oficiales. Lo mismo debería ocurrir en mayo donde, al menos hasta ahora, el precio del dólar no mostró alteraciones alcistas que puedan presionar sobre el IPC.
Si continuara la tendencia, hacia delante (desde junio) la preocupación de los mercados es que la temporada de paritarias no afecte la estabilidad en la demanda y así, luego, en los precios. Se sabe que el Gobierno piensa en avalar subas de los salarios que al menos igualen la inflación de este año, pensando seriamente en el humor laboral ante las elecciones presidenciales. La única propuesta aliviadora sería que el incremento salarial sea escalonado, con la promesa de un ajuste final para fin de año, luego de las elecciones presidenciales. La intención es que al momento de votar los trabajadores en relación de dependencia no tengan una sensación de pérdida de poder adquisitivo similar a lo que sucedió en 2018; donde, en promedio, los sueldos perdieron entre 15% y 20% de su poder de compra. (Ámbito.com)