Lifschitz tiene una obsesión: Derrotar al peronismo
Después que el peronismo santafesino en su más unificada expresión, con la presencia de kirchneristas, no kirchneristas, anti kirchneristas, Federales, Renovadores y Pro Vida se juntaran para bendecir la candidatura de Omar Perotti y ungirlo como el provisorio “macho alfa” de la manada, (al menos hasta el 16 de junio) tumbándole la consulta popular por la reforma de la Constitución a Miguel Lifchitz, el Gobernador cayó en la cuenta que todas las advertencias recibidas a lo largo de estos años eran verídicas: “el peronismo jamás te va a dar la reforma y mucho menos la reelección”, le prevenían sus allegados.
Pasaron unos días hasta que el FPCyS tomó conciencia que seguir adelante con el plebiscito hubiese sido letal para la candidatura de Antonio Bonfatti. Miguel Lifschitz no tuvo más remedio que tragar bilis, y anunciar con todo el dolor del alma que desistía de llevar adelante la consulta popular; su joya más preciada desde que perdiera la posibilidad de impulsar la reforma constitucional en Diputados en agosto del año pasado.
El Gobernador estaba dolido y enojado; acusó al peronismo de sembrar sospechas de fraude sobre la elección del 16 de junio, usando la consulta popular “si el resultado no los favoreciera”, chicaneó.
Ya nada lo unirá con el peronismo; solo el inconmensurable deseo de ganarle a Perotti. Atrás quedaron los asados y las choripaneadas de camaradería con “los muchachos”. Su objetivo será terminar de inaugurar las obras públicas en marcha, como los hospitales diseñados por Hermes Binner, o los acueductos de Antonio Bonfatti, y las decenas de su gestión.
Hay otra vida más allá de las campañas electorales. Alicia Ciciliani y Verónica Geese, dos de las mujeres ministras puntales de esta gestión dan sobradas muestras.
Ciciliani desde el Ministerio de la Producción apuesta a “integrar al campo al Siglo XXI”; mientras Geese en la Secretaría de Estado de la Energía batalla por insertar a Santa Fe en el “pos mundo” de las energías renovables.
Alicia Ciciliani se ganó el respeto dentro del difícil ámbito agropecuario e industrial, culturalmente dominado por los hombres, a fuerza de diálogo e integración: sumó a todos los actores del sector (colegios profesionales, entidades gremiales, ámbitos académicos y científicos, ONGs) a formar parte de sus políticas y batalló cada programa de trabajo y reclamos nacionales codo a codo junto a ellos. La industria aún no termina de digerirla en términos institucionales; pese al acompañamiento y políticas activas junto al Ministerio de Economía de Gonzalo Saglione. Lo advertimos hace una semana: votaron mayoritariamente a Omar Perotti.
Verónica Geese puso su impronta para que Santa Fe forme parte activa del futuro, y el presente, del mundo: las energías renovables, “limpias” y sustentables. Hace unos días junto al Gobernador peleó en Buenos Aires por las discriminaciones y perjuicios económicos que sufren los fabricantes de biodiesel; mientras expande el programa Prosumidores entre la población.
Inseguridad: la espada de Damócles de Lifschitz y Bonfatti
El candidato peronista Omar Perotti propone encarar la inseguridad volviendo al esquema de los jefes de policía, visibilizando las 19 unidades departamentales. Además de otras políticas para la fuerza que lo avaló con el voto.
Perotti cree que semejante profusión de áreas políticas en Seguridad mella la autoridad policial. «yo me voy a hacer cargo de la seguridad, yo voy a conducir a la policía, es lo que la constitución le establece al gobernador, es el compromiso que se asume para estar cerca de la fuerza. La gente no conoce quien es el Jefe de Policía” afirma, y les promete a los uniformados que les reestablecerá la carrera y las jerarquías, junto a una “mejor remuneración”. Una digresión: Perotti afirmó que los delincuentes no lo iban a votar; los detenidos procesados votaron de la siguiente manera: Gobernador: Omar Perotti: 57; Antonio Bonfatti:50: José Corral:18 y María E. Bielsa: 6.
La fuga de presos de un furgón celular que los trasladaba de regreso a la cárcel de Coronda luego de visitar a sus familiares en Rosario, más allá de las sospechas de complicidad de miembros del Servicio Penitenciario (se removieron las cúpulas de las cárceles de Coronda y Piñero), puso en el lente popular la fragilidad del área. Y avivaron las teorías conspirativas.
De manera paralela, el propio Jefe de la Policía Federal Argentina Néstor Roncaglia se hacía presente en esta capital para anunciar el arresto del Jefe de la Delegación Santa Fe junto a otros seis oficiales, por “complicidad con el narcotráfico”. Reflexionaba interrogativamente un agudo analista político: “¿cuál es el relato entonces sobre la droga en Santa Fe?; ¿cuando se van a terminar de dar cuenta que el problema no es si gobierna el socialismo o el peronismo o Cambiemos, porque la droga es un producto For Export con márgenes de ganancias que se mide en miles por ciento?. Así como trae sus beneficios tener puertos interoceánicos te expone a ser foco”.
Según datos del INDEC más de 30.000 narices en la Provincia demandan sustancias ilegales al menos una vez al mes, atravesando todos los estratos sociales y similitudes en todas las provincias.
A la pesca de los nuevos votos
Ya se sabe que de los 2.669.708 santafesinos en condiciones de votar, lo hicieron 1.857.846, el 69,59 %. Vale decir que si en la general del 16 de junio votase el 76,33% como en el año 2015, restarían ir a las urnas unos 640 mil santafesinos.
A esos votos nuevos cuyos dueños ya vieron las cartas en las PASO, hay que sumarle un porcentaje de los 120 mil votos en blanco, y tal vez de los casi 93 mil anulados. Sin contar los 80 mil de los candidatos a Gobernador que quedaron por el camino y, especialmente los 239 mil de María Eugenia Bielsa.
En un universo de por lo menos un millón de votos imprevisibles para el 16 de junio, reiteramos lo que señalábamos hace una semana: ¿quién podría, seriamente a cinco semanas de las elecciones, aventurar un resultado?.
Bonfatti, Perotti y Corral ya preparan sus anzuelos. Uno para pescar con la carnada del slogan oficialista “Somos lo que hacemos”; el otro candidato apelando al cansancio de la sociedad del oficialismo. Y José Corral atento a la cercanía del cierre de listas nacionales y el “fantasma de Cristina”, que podría arrimar a los electores independientes otra vez a la marca amarilla.
Granata sigue. Eggimann y Giustiniani la pelean
La revelación – no para esta columna tal como dijimos – Amalia Granata seguirá en carrera rumbo a las generales del 16 de junio con sus 151 mil votos a cuestas, merced a una contundente resolución del Tribunal Electoral que señala que no se pueden desconocer elementales principios de buena fe, cumplimiento de la palabra y proscripción del fraude.
En definitiva, el Tribunal descalifica de manera rotunda la presentación del apoderado de la Alianza Unite por la Familia y la Vida José Bonacci al señalar que “no se puede aceptar -dice citando jurisprudencia de la Corte norteamericana- que los acuerdos electorales sean un juguete político en manos de aborrecibles “jefes de partidos” o “party bosses”. O sea que el apoderado no puede, luego de oficializada la lista y de haber superado el piso electoral, disponer unilateralmente bajar la lista de precandidatos a diputados.
Mientras tanto, los precandidatos Julio Eggimann del peronismo y Sergio Cáceres de Igualdad y Participación, le solicitaron al Tribunal Electoral que revise la interpretación del 1,5 % de los votos emitidos para acceder al reparto D´Hont. Tanto Eggimann como Cáceres, quienes quedaron afuera, consideran que deben tenerse en cuenta para el reparto D´Hont, los votos emitidos para el Frente y no los emitidos para la categoría (en este caso diputados).
Si el Tribunal resolviere a favor de Eggimann y Cáceres, habría que revisar todos los repartos de cargos colegiados.