Con loas a Trump, Cristina presentó su libro y acusó a Macri de duplicar los planes sociales
La ex presidenta habló esta noche en la Rural para realizar la presentación de su libro «Sinceramente», que se convirtió en un fenómeno político.
Cristina Kirchner logró su objetivo de volver a ubicarse en el centro de la escena política. El acto de presentación de su libro «Sinceramente» en la Feria del Libro fue un hecho político relevante y, además, confirmó el poder de convocatoria de la ex presidenta. Miles de militantes se acercaron hasta el exterior del predio de La Rural, para seguir, en pantallas gigantes y bajo la lluvia, la palabra de su líder.
Pero el acto trascendió a la concentración de militantes: la alocución de Cristina pareció recrear la época de las cadenas televisadas a la que ella había sido afecta durante su gestión. Todos los canales de noticias interrumpieron las programaciones para transmitir en vivo el discurso, en su totalidad. El rating combinado de las televisoras fue de 36 puntos, algo que en estos tiempos sólo se logra cuando la selección de fútbol juega un partido importante.
Se vio a una Cristina tranquila, sin tono de barricada sino más en sintonía con lo que se espera de un evento literario. Fue evidente su esfuerzo por no sonar agresiva, y consciente de que debía persuadir a ese electorado del medio, que todavía no tiene su voto definido.
En varios pasajes pidió no silbar al Gobierno de Mauricio Macri, dijo que no pretendía ser ofensiva con nadie y, además, pidió a sus militantes no enojarse con quienes critican al kirchnerismo y cuestionan la política de asistencia social a los desempleados de sectores bajos, lo que ella misma definió como «planeros».
Si bien no llegó a formalizar el anuncio que esperaban sus seguidores -la formalización de su candidatura presidencial-, sí dejó la sensación de que fue el primer acto de la campaña electoral. Y que el tono y los contenidos de la alocución de Cristina marcarán la estrategia de comunicación que tendrá el kirchnerismo en los próximos meses: un mensaje medido, con llamamiento a un gran acuerdo nacional, y en el que el estímulo al consumo y el fortalecimiento del mercado interno serán los motores de la recuperación económica.
Se había generado también una expectativa por saber si respondería a la convocatoria de Macri a un acuerdo de todos los partidos políticos para firmar un listado de 10 puntos sobre temas que devolverían la confianza de los inversores externos.
Y la senadora nacional de Unidad Ciudadana tuvo una respuesta algo ambigua: aseguró que «nadie puede estar en desacuerdo», pero advirtió que el país necesita «un contrato social entre todos los argentinos».
«En épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores políticos, dirigentes sindicales… nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados, pero permítanme decir que va a ser necesario algo más, un contrato social de todos los argentinos y las argentinas, con metas verificables, cuantificables, exigibles», enfatizó la ex mandataria al presentar su libro «Sinceramente» en La Rural.
Y agregó: «Si tuviera que ponerle un título, le pondría ´Contrato social de ciudadanía responsable´, porque involucra a todos, desde el empresario ciudadano en su ámbito y su actividad, hasta aquellos que también hoy son cooperativistas porque no han podido encontrar un trabajo. Que el compromiso sea de todos. Primero del Estado».
Polémica por los planes sociales
Cristina confrontó con el actual Gobierno al asegurar que la gestión del mandatario Mauricio Macri tiene activos más planes sociales que su administración, la que recordó que muchos llamaron la de «los choriplaneros».
La senadora nacional de Unidad Ciudadana recordó que dejó el Poder Ejecutivo con 207.000 planes y hoy el gobierno de Macri «tiene 467.000».
«Muchos más que los que tenía el gobierno de los choriplaneros y planeros. Mucha gente recibe información que no es correcta», subrayó.
No obstante, Cristina advirtió que puede existir disgusto en distintos segmentos de la población por la extensión de la ayuda social: «No es solamente lo que nosotros pensamos, ‘ay, los que tienen plata'».
«Hay gente también humilde, trabajadora. Seguramente ustedes conocen alguna mujer que se levanta a las cinco de la mañana en el conurbano bonaerense para venir a trabajar a casas de familia en Capital y no está de acuerdo. Porque dice ‘por qué yo me tengo que levantar a trabajar mientras tantos otros cobran sin hacer nada'», ejemplificó.
«Creo que es una discusión que hay que darla y creo que es una cosa que tenemos que analizar: qué cosas operan para que en una sociedad pasen estas cosas, sin enojarnos los unos con los otros. Simplemente, tratar, primero, de comprender para después resolver», concluyó.
«Miren a Estados Unidos»
En un momento del discurso, la ex mandataria sorprendió al elogiar a la administración de Donald Trump en los Estados Unidos, al que postuló como un ejemplo de industrialización.
«Miren lo que está pasando en Estados Unidos. La economía vuela, tienen el índice de desempleo más bajo desde hace 50 años. Teóricamente la Reserva Federal debería subir la tasa de interés para que la economía baje», comentó.
Y continuó: «Algunos se dieron cuenta que tenían que volver a generar trabajo industrial adentro del país para volver a generar riqueza. Sería bueno que aquellos que viajan tanto para allá y escuchan tanto lo que les dicen allá, imiten lo que hacen allá».
Al comienzo de la presentación, la ex presidenta agradeció a Alberto Fernández -quien últimamente oficia de vocero- por «la idea» de escribir el libro.
Acerca del tono del texto, explicó: «Después de yo ser presidente, más todo lo que pasó y está pasando en el país, era muy mezquino escribir una cosa de uno nada más, y me pareció que tenía que escribir cosas que le sirvieron a otros y que nos sirvieran a todos para reconocernos en la historia de lo que vivimos como argentinos y argentinas durante tantas décadas».
Y agregó: «Desde las distintas posiciones que todos y todas tenemos, no creo en los neutrales, se habrán dado cuenta… para neutrales están los suizos, los argentinos no somos neutrales. Nunca lo fui ni lo quiero ser».
Por eso, el libro lejos de plantear enfrentamientos o peleas, es una interpelación a todos, una interpelación a las dirigencias no sólo políticas, sino sociales, culturales. Una interpelación a la sociedad.
Si bien se esperaba una multitud de simpatizantes, una intensa lluvia parece haber provocado una merma en la asistencia. No obstante, cientos de militantes se congregaron antes de la presentación frente al predio, a la espera del discurso que se pudo ver en las afueras mediante pantallas gigantes.
La ex presidenta fue la única oradora durante la presentación, que comenzó a las 20:00 en la Sala Jorge Luis Borges, el auditorio de mayor capacidad del centro de exposiciones ubicado en el barrio porteño de Palermo.
Las 1.000 localidades de la sala fueron repartidas en los últimos días a través de invitaciones exclusivas e intransferibles por parte de los organizadores (la editorial Sudamericana, el Instituto Patria y la Fundación El Libro).
En la nómina de invitados figuraron representantes de la cultura y el arte, intelectuales, referentes del movimiento de Derechos Humanos, dirigentes políticos, sociales y sindicales.
La presentación de la líder opositora para promocionar su best seller de reciente publicación, que se transformó en el hecho político de la semana, rompió el molde respecto a lo que sería una jornada normal de la Feria del Libro.
A raíz de ello, desde Unidad Ciudadana gestionaron un refuerzo del operativo deseguridad, que tuvo más efectivos policiales afectados a las tareas de prevención deeventuales desbordes, al tiempo que se programaron cortes de tránsito en la zonaque estuvo vallada durante las horas de la tarde.
Si bien faltan más de 40 días para la fecha tope que fija la Justicia electoral para la inscripción de candidaturas, algunos se ilusionaron con la posibilidad de que la ex jefa de Estado utilizase la Feria del Libro como plataforma para anunciar su intención de competir por un tercer mandato presidencial.
Sin embargo, se mantuvo fiel a su estilo histórico de demorar el anuncio de la decisión hasta el filo del plazo legal, como estrategia para alimentar el misterio y no anticipar pistas a sus adversarios.
«Sinceramente»
Agotadas las tres primeras ediciones de «Sinceramente» pasados muy pocos días desde su estreno comercial en librerías, con más de 200.000 ejemplares vendidos, esta publicación de 594 páginas, tendrá una cuarta tirada de no menos de 60.000 reimpresiones.
En el primer capítulo, la líder de Unidad Ciudadana aclaró que no se trata de un libro «autobiográfico ni tampoco una enumeración de logros personales o políticos» sino «una mirada y una reflexión retrospectiva para desentrañar algunos hechos y capítulos de la historia reciente y cómo han impactado en la vida de los argentinos y en la mía también».
La principal definición política que arroja el libro de cara al futuro electoral inmediato es la asociación del Gobierno de Macri con la situación de «caos», y contrapone esta idea con el «orden» que requiere el país para recuperar la «normalidad».
Según fuentes cercanas a la ex presidenta, es muy factible que toda la campaña de Unidad Ciudadana se base en ese eje conceptual que contrapone «el caos macrista» con el «orden» que propone la oposición.
Entre otros hechos, el libro de casi 600 páginas relata las razones por las cuales se le pidió la renuncia al ex ministro de Economía Roberto Lavagna y la trama secreta detrás del pacto con Eduardo Duhalde para acordar la candidatura presidencial de Néstor Kirchner del 2003.
También echa luz sobre el motivo por el que rechazó el convite en 2015 del entonces candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, para que ella encabezara la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, y así reforzar la boleta nacional que finalmente perdió contra Macri.
Otra anécdota que revela el libro tiene que ver con la narración de las circunstancias que derivaron en la coronación de Amado Boudou como su compañero de fórmula para las elecciones del 2011, y el papel que jugó su hija Florencia Kirchner en esa decisión. (IProfesional)