El infierno ocupó una cabeza de playa en Venezuela
Si bien, quienes se pronuncian analíticamente por la resultante política de las “primaveras árabes”, no señalan, quizás por desconocimiento, que son el fruto venenoso de una idea del Servicio de Inteligencia Secretó del Reino Unido(MI6).
El MI6 cumple órdenes del Joint Inteligence Committe y trabaja junto con el Servicio de Seguridad, las jefaturas de comunicciones del gobierno y el personal de inteligencia del Ministerio de Defensa, por lo que sin duda, en conjunto siguieron el modelo de la revuelta árabe de 1916, que fue incorporado a la estrategia de Estados Unidos.
La aplicación de la teoría referida se está llevando adelante en Túnez, que al decir de los analistas, se ha convertido en un territorio muy difícil de gobernar; en Egipto donde su gobierno está recuperándose lentamente y en Libia, que sin duda, se ha convertido en un campo de batalla.
La Organización de las Naciones Unidas hace lo que puede en territorio libanés para proteger a la población luego de la victoria impuesta a sangre y fuego por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La excepción es Siria, donde a pesar de la caída del ISIS, la zona no logra recuperarse plenamente, ya que la destrucción provocada aún no ha sido superada.
Ahora Venezuela
Actualmente, empieza a generarse un proceso destructivo en Latinoamérica, más precisamente en Venezuela, donde las condiciones políticas y materiales de vida se desbarrancan hacia el colapso. Y lo que quien escribe no apunta lo dicho caprichosamente., sino que el fundamento está íntimamente relacionado con las amenazas de provocar una invasión para manipular los recursos económicos a partir de la protección de las fuerzas armadas ocupantes del territorio venezolano, las que no dudarán en aplicar la autoridad de las armas a pesar de que se produzcan “daños colaterales”.
La puesta en marcha del mecanismo antedicho, sólo se ve demorada por la discusión interna que la Casa Blanca mantiene con Inglaterra y, obviamente, por el enfrentamiento existente el campo de las ideas y en lo militar, por el decidido enfrentamiento con Rusia y China, preocupados por perder poder económico en la zona en litigio y por los daños colaterales que inevitablemente puedan crecer, ya que ya se han producido.
Es difícil que Rusia acepte someterse a las prerrogativas estadounidenses –teniendo en cuenta que fue excluido del G8-, al igual que China, que hace años vienen tomando posiciones económicas en la región, incluida Argentina.
Los rusos ya instalaron armamento misilístico en Venezuela para ayudar a contener una invasión aérea y China ya hizo una “cabeza de playa” en el país caribeño desde lo económico.
El conflicto que nos ocupa tiende a crecer y el decantamiento de los hechos puede derivar en una guerra interna de pobres contra pobres, pero armados, que convertirá a Venezuela en un infierno que conlleve la destrucción de las estructuras estatales ya devastadas.