Marcos Peña duro contra el kirchnerismo: «Ustedes fomentaron la pobreza»
El jefe de Gabinete brindó un informe de 2 horas en Diputados y lo terminó a los gritos. Destacó las obras y los aportes a las provincias y tuvo su habitual pelea con los K. «No nos vamos en diciembre», garantizó.
Marcos Peña brindó por primera vez el informe de gestión en la Cámara de Diputados, pero no fue el mismo que otras veces: expuso durante dos horas e intercambió insultos y gritos con los diputados kirchneristas, con quienes se acusaron mutuamente de aumentar más o menos la pobreza.
No lo había logrado cuando visitó al Senado, porque Cristina Kirchner y sus compañeros dejaron sus bancas vacías para no regalarle sus videos preferidos, editados con sus respuestas selectivas y la música de los aplausos.
Sólo algunos diputados kirchneristas ocuparon sus bancas y no hubo menciones a la investigación de espionaje ilegal que investiga el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla y tiene implicados a los jefes de inteligencia.
Pero Peña ya los había intentado encender antes, al final de su extensísimo discurso dedicado a repasar, en detalle, las obras públicas iniciadas, la mejora fiscal en la mayoría de las provincias y el combate al narcotráfico.
«Las provincias están mejor que en 2015, cuando recibían el 40 por ciento de la recaudación que entraba a la AFIP. Este año será el 50 por ciento. 20 de los 24 distritos se encuentran en equilibrio económico y financiero», celebró.
De pronto abandonó su tono monocorde y levantó la voz todo lo que pudo. «Hubo un ministro de Néstor Kirchner que, con mucha valentía, dijo que la Argentina iba camino a transformarse en un narcoestado. Años después, la Argentina que recibimos nosotros, ya había profundizado ese camino».
«¿Por qué no escucharon las alarmas de su propio gobierno? ¿Por qué no se hicieron las cosas necesarias para impedir esta situación que mata y enferma a millones de argentinos?», disparó enfático.
«¡Para un poco! ¡No grites!», le pidió la chubutense Rosa Muñoz, de Argentina Federal, que ni siquiera era aludida en los comentarios del jefe de Gabinete. «Discúlpeme la vehemencia, diputada, acá hubieron muchos oradores vehementes que decían que eso reivindicaba la política. Y yo vengo a reivindicar la misma política! Entonces voy a hablar con todo el énfasis que quiero, y escucharé todo el énfasis de ustedes», sobreactuó aún más Peña, sentado pocos metros delante de ella.
La pelea más fuerte vendría después, cuando empezó a responder la ronda de preguntas y descreyó de la preocupación de Gabriela Cerruti por el aumento de pobres. «La conozco hace mucho y sabe bien que la pobreza no la trajimos nosotros», empezó a engranarse hasta perder la calma del todo cuando Cristina Àlvarez Rodríguez le gritó «cínico».
«Cínicos son ustedes, Ustedes dijeron que había menos pobres que en Alemania. Ustedes no midieron la pobreza. ¡Ustedes inventan que nosotros creamos la pobreza! ¡Ustedes fomentaron el clientelismo!», se descontroló. «Y para ustedes las obras son cemento, para nosotros son familias que no tenían cloacas y sus hijos tomaban agua podrida. ¡Nosotros se las hicimos!», reivindicó, golpeando la mesa con su dedo índice.
«No sé si es un pronóstico o un deseo suyo, pero yo creo que no nos vamos a ir en diciembre. Los argentinos no van a volver atrás. Van a respaldar el cambio», cerró sus minutos de furia.
Con una pancarta en sus bancas que tenía #bastadementir, los kirchneristas tampoco fueron demasiados agresivos pero, como acostumbra, Peña respondió las más cómodas.
El neuquino Darío Martínez leyó la definición de mentiroso en la real academia española, como aquel que «se cree su propia mentira», le reprochó la deuda externa («Es impagable en 2022 y los intereses representan 16.8 pesos de cada 100 recaudados), pero luego leyó la promesa de no controlar los precios que hizo en su reciente visita al Senado y varios pronósticos económicos que recitó hace un año y no se cumplieron , como el de no volver a los mercados de deuda. «No sé por qué a Higuaín le hacen esos memes si el argentino que más erra es usted», bromeó el diputado.
«Nunca anunciamos control de precios ni haremos control de precios porque no creemos en eso. Sí trabajaremos con todos los mecanismos que se pueda para acordar posibles precios con las empresas, pero no vamos a hacer control de precios»,intentó aclarar.
«Ya le explicamos que hubo una crisis financiera que afectó a los mercados emergentes y el FMI nos ayudó a pasar ese momento», respondió el jefe de Gabinete. Nunca habló de la deuda acumulada, de la falta de quórum en el recinto por la ausencia de sus diputados y minimizó una y otra vez los efectos de la crisis económica.
Insistió en que la inflación es un fenómeno existente desde 1800, cuando languidecía el virreinato del Río de la Plata, y que no subió tanto desde 2015 «porque había mucha inflación reprimida por las tarifas atrasadas». Sólo aceptó haber subestimado el problema cuando asumieron el Gobierno.
«Fallamos en las metas, que no estaban de acuerdo a los objetivos de metas fiscales que habíamos consensuado. Pero de ahí a decir que hemos inventado la inflación, es un error. La diferencia es que nosotros estamos atacando el fondo de la cuestión. No ocultamos el problema, vamos a la raíz. Hoy el Banco Central no emite como cuando estaban ustedes».
«Pero no voy a dejar de venir al Congreso. Los jefes de Gabinete que no vinieron fueron los de su gobierno, no del mio. Y no lo uso como un show. Informo, contesto, no traigo cartelitos. Hago mi trabajo», se enfadó.
«Conocía a tu padre»
El massista José Ignacio de Mendiguren sorprendió con un cotillón de refuerzo: un caja negra, que representaba el dispositivo aéreo que suele buscarse cuando se cae un avión, y dentro tenía productos comestibles importados de países vecinos. «Siendo un país que iba a llenar las góndolas del mundo, importábamos nuggets de pollo de Brasil, importábamos espirales para mosquitos de Indonesia, traíamos caldo de gallina de Brasil, dentífricos de Inglaterra ¡Y lo traíamos con deuda!», se alarmó el histórico dirigente de la Unión Industrial Argentina.
Confesó que se había ilusionado cuando Macri prometió crear «el supermercado del mundo», pero que estaba frustrado porque se repitió la historia. «Su discurso es igual al de (el ex ministro de Economía de la dictadura José) Martínez de Hoz», lo comparó y para acercar posiciones le recordó que trabajaba con el padre, Félix Peña, «quien seguramente piensa como yo».
«Jefe de Gabinete: a este paso vamos a necesitar tres pampas húmedas para pagar la deuda externa», lo increpó. Peña se molestó la comparación con el funcionario de la dictadura, enumeró las empresas que habían exportado en estos años y le pidió no volver con la pelea campo vs industria. «El campo no es sólo producción primaria como en otras épocas».
Los cierres de los jefes opositores no fueron benévolos. «La mayoría de los argentinos se está ahogando, no está llegando a ninguna orilla», se alarmó Pablo Kosiner, del peronismo federal.
«Todos los gobiernos tienen aciertos y errores. Lo importante es si los resultados finales dieron más aciertos que errores. Seguramente han tenido muchos aciertos, pero el problema es que los errores han dejado una situación económica muy compleja», aportó Marco Lavagna, del Frente Renovador.
Agustín Rossi repitió una frase de Mauricio Macri el 1 de marzo. «Los insultos te descalifican a vos, no a nosotros», le aclaró. «Nos entristece, porque cuando uno niega la realidad, está mucho más lejos de encontrar la solución». (La Política Online)