La CGT define protesta contra el Gobierno por la crisis y los despidos
En una discusión teñida por el clima electoral, la central sindical ultimará hoy los detalles de la acción que realizará. Negociaciones con el Gobierno.
En un intento por canalizar el malestar social sin cortar los puentes con el Gobierno, la CGT definirá hoy los últimos detalles de la quinta protesta en la era Macri prevista para el 4 de abril, a solo tres meses de las PASO. La decisión final terminará de adoptarse esta tarde en la primera reunión del año del consejo directivo a las 14, cuya convocatoria se demoró hasta esta fecha por la falta de consenso en torno a la estrategia a seguir y el temor a eventuales desbordes. Esas diferencias, cruzadas por la interna en el peronismo, fueron zanjadas parcialmente ayer durante una reunión de los dos cosecretarios de la central Héctor Daer y Carlos Acuña con los líderes de los gremios industriales, los principales impulsores de la movilización de la que participarán además los sectores duros encabezados por Hugo Moyano.
La propuesta delineada ayer fue la manera de evitar un paro, como reclamaba el camionero y el bancario Sergio Palazzo, más cercanos a Cristina Kirchner. En lugar de paralizar la actividad económica, se acordó una manifestación «en defensa del empleo y la producción» que partirá a las 13 desde la terminal de once con destino al Congreso o Plaza de Mayo, donde esta vez los dirigentes no se subirán a un palco sino que se leerá un documento o, en su defecto, se publicará una solicitada. La acción «relámpago» fue diseñada con el objetivo de prevenir los incidentes registrados en marzo del 2017 durante una protesta de la central obrera, cuando una muchedumbre le exigió a la cúpula que fijara la fecha de un paro y se robó el atril de la CGT en medio de destrozos y corridas. Con algunos retoques, esa será la propuesta que se aprobará hoy en Azopardo.
«Vamos a hacer la protesta el 4 de abril, estuvimos hablando con los gremios industriales y lo vamos a terminar de definir este jueves», confirmó a iProfesional Héctor Daer, quien esta semana hizo equilibrio entre diversos sectores de la central para no forzar un quiebre. Por un lado, recibió ayer junto a Acuña (Estacioneros), un hombre del gastrónomico Luis Barrionuevo, a la comitiva de gremios industriales encabezada por su hermano Rodolfo (Alimentación) que intengran Horacio Jerez (Calzado) y Hugo Benítez (Textiles), además de un representante de los metalúrgicos (UOM). Por otro, el representante de los grandes gremios de servicios denominados «gordos» se mostró el lunes junto a Palazzo, hoy por fuera del consejo directivo, en un encuentro de la central sindical internacional Uni Global, tal como reveló este medio.
Con todo, en la reunión de hoy también se esperan deserciones de aquellos sectores que no coinciden en elevar el nivel de confrontación con el Gobierno en plena campaña, con una movilización que podría ser vinculada al peronismo más afín a Cristina y complicar eventuales negociaciones. «A mi juicio va a estar muy politizada la protesta y me parece que en esta epoca de elecciones hay que ser inteligentes y preservar los reclamos», aseguró a este medio Sergio Romero (Docentes), secretario de Educación de la CGT. La otra incógnita gira en torno a Omar Maturano (La Fraternidad) y José Rodríguez (Colectiveros), dos gremios con poder de fuego que anoche no habían confirmado su postura. Tampoco lo hizo el mercantil Armando Cavalieri y no se descartaba la baja a último minuto de Barrionuevo. El gastronómico envió anoche a uno de sus hombres a la presentación de la mesa político sindical que impulsa la candidatura de Ricardo Lavagna, en la sede de Boedo de la Federación de Químicos (Festiqypra) encabezada por Rubén Salas.
El temario de Azopardo previsto para hoy incluirá un repaso de la situación social agravada por el impacto de la crisis, las suspensiones y los despidos. Con una industria en el 56% de su capacidad, ayer se sumó el caso de la terminal Fiat que decidió dejar de fabricar cajas de cambio en Córdoba y se eliminará 300 puestos de trabajo, mientras que Volkswagen suspendió a 300 operarios. Será un motivo más por el que la cúpula sindical buscará que la protesta de abril refleje una de las principales preocupaciones de la población. Hoy, por otra parte, se conocerán los datos de desempleo del INDEC del último trimestre de 2018 que según lo previsto arrojará un nuevo incremento, superior a los dos digitos, algo que no ocurría desde 2012.
Como parte del orden del día, también se abordarán las paritarias y la pérdida de poder adquisitivo. Los sindicalistas en su mayoría coinciden en sellar acuerdos salariales cortos con cláusulas de revisión. Los bancarios confirmaron a iProfesional el miércoles que incluso prevén reinstalar la cláusula gatillo de manera que los aumentos se produzcan en forma automática en función de la inflación, con pagos retroactivos. Los metalúrgicos liderados por Antonio Caló, por otra parte, oficializaron ayer su intención de negociar por tres meses, mientras que el gremio de la Alimentación evalúa revisiones bimestrales para alcanzar una suba del 40% en 2019. Son variantes que en todos los casos chocan con los planes de Sica, que ayer reiteró ante empresarios del Rotary Club su idea de negociaciones anuales con revisión semestral, ya que no ve «una inestabilidad tan alta» que justifique paritarias más breves.
En ese marco, el Gobierno negocia con la CGT por los fondos de las obras sociales, el proyecto oficial de blanqueo laboral y el de la Agencia Técnica de Salud (Agnet), que según los funcionarios está «a punto de salir». El Fondo Solidario de Redistribución por tratamientos complejos y discapacidad lleva retenidos desde 2015 más de $6.000 millones, pero las autoridades afirman que los $40.000 millones en manos de la Superintendencia de Servicios de Salud, encabezada por Sebastián Neuspiller, son insuficientes para cubrir todos los reintegros y advierten que muchas veces los importes reclamados son superiores a lo que supuestamente corresponde. Todo ese combo que incluye la interna política y la fragil situación económica -reconocían ayer en el sector de los gordos- está en juego en la reunión de mañana.