Llega misión del FMI al país a «controlar» el estado del acuerdo contraído

Optimismo en el Gobierno para que los enviados de Washington avalen las cuentas y llegue en marzo un nuevo desembolso por u$s7.300 M.

La tercera misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) desde la firma de un acuerdo con el organismo en junio del año pasado y la segunda desde la revisión del stand by en septiembre, llegará hoy a Buenos Aires con dos capítulos especiales para el debate: la aplicación de la “zona de no intervención” y las consecuencias monetarias de las compras de dólares desde el Banco Central y las diferencias entre las proyecciones de crecimiento del Gobierno y del organismo y sus consecuencias sobre las metas fijadas por el país. Estos son los principales puntos de eventuales desencuentros entre el Ejecutivo y los enviados de Christine Lagarde, ya que, se supone desde el Gobierno nacional, que en el resto de los números a revisar no habría mayores dificultades para conseguir el sello de calidad de la misión. El grupo nuevamente estará comandado por el italiano Roberto Cardarelli, y se prevén reuniones con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, y varios de los colaboradores de ambos funcionarios. Además se estima que, siguiendo una tradición de todas las misiones que llegan a la Argentina, haya encuentros con economistas privados y empresarios y, eventualmente, con referentes de la oposición.

La que comenzará hoy será el tercer test que deberá enfrentar la Argentina. Hasta ahora lleva uno desaprobado en agosto del año pasado, y otro aprobado en noviembre. En el primero, la Argentina no pudo cumplir la meta de inflación pactada con el organismo, además de quedarse corto en cuanto a los tiempos y montos de los desembolsos el FMI fijados en el stand by. Esto derivó en una nueva negociación en septiembre del año pasado, que luego concluyó en el acuerdo 2.0 firmado ese mes y que luego implicó una segunda misión del año pasado comandada por Cardarelli. En este caso hubo fumata y la Argentina recibió el desembolso por u$s7.600 millones pactados para diciembre del año pasado. Ahora Dujovne y Sandleris se estarán jugando unos u$s7.300 millones, que deberían llegar a marzo y que se utilizarán para robustecer las reservas de dólares del BCRA y despejar las dudas de cumplimiento de los compromisos de deuda pactados por el país, al menos hasta agosto de este año. Para ir más allá deberá esperarse la llegada de la segunda misión del año, que debería circular por Buenos Aires en mayo próximo.

Pulseada

Para la visita que comienza hoy, los principales puntos de potenciales conflicto serían dos. El primero, y más importante, es la posible crítica que Cardarelli y su grupo hagan por la política de compra de dólares del BCRA inaugurada en enero de este año. Más concretamente, la cantidad de pesos que se estarían volcando al mercado interno a partir de estas operaciones y sus consecuencias ante la promesa al FMI de una restricción máxima en la base monetaria. El compromiso oficial que se había pactado con el Fondo Monetario, como contrapartida para la aceptación de la aplicación de la “zona” por parte del organismo, fue sostener la emisión de pesos al límite máximo acompañando el compromiso de déficit cero comprometido por el Gobierno. Desde Hacienda y el BCRA se insistirá en que la compra de dólares para sostener el precio de la divisa será, al menos hasta abril, inofensiva y neutra. O que al menos puede ser amortizada sin consecuencias por los instrumentos hoy en funcionamiento. Se sabe que el FMI fue en el momento de la negociación del acuerdo de septiembre pasado, crítico ante la aplicación del mecanismo de bandas ya que, históricamente, desde el organismo son amantes de los esquemas de tipo de cambio libres o con la menor cantidad de intervención de parte de las autoridades. El haber obtenido una luz verde para la aplicación del sistema de bandas superior e inferior fue una novedad fruto de la negociación que Sandleris, antes de ser titular del BCRA y el entonces vicepresidente de la entidad, Gustavo Cañonero. Fue además pensada siempre para tener una referencia en el límite máximo del dólar y no para sostener un piso.

El segundo capítulo polémico con el FMI, es la revisión del número final que tendrá el PBI este año. El Fondo pronostica una caída del 1,6% mientras desde el Gobierno aún se defiende la posibilidad de una baja de sólo 0,5%. La polémica no es en realidad por el porcentaje, sino por los resultados diferentes que reflejarían los números de la macroeconomía para este año (fundamentalmente, recaudación impositiva) en caso que no se llegue a las proyecciones que elaboró el Gobierno y que se aprobaron en el Presupuesto. Donde por ahora no habría discusiones es en el compromiso oficial para lograr el corazón el acuerdo con el FMI para este año: la meta de déficit cero comprometida por Nicolás Dujovne. En esta primera revisión de 2019 aún no hay cifras fiscales lo suficientemente sólidas como para que los visitantes sean críticos. La polémica quedará para la próxima misión. El Gobierno había acordado un programa de 36 meses con el FMI, por un auxilio financiero de u$s56.000 millones hasta 2020, de los cuales Argentina ya recibió u$s28.000 millones. (Ámbito)