Venezuela: Maduro detuvo y luego liberó al líder opositor que la OEA reconoce como Presidente

El viernes, el político opositor se declaró presidente interino y pidió el apoyo de los ciudadanos, las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional para convocar a elecciones libres. El régimen había amenazado con su arresto.

Juan Guaidó, presidente de la opositora Asamblea Nacional, fue detenido el domingo por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), y liberado minutos más tarde. Su detención ocurrió 48 horas después de que Guaidó declarara «usurpador» a Nicolás Maduro y asumiera él mismo como «presidente interino» de Venezuela.

En un video publicado en las redes sociales se observa el momento exacto de la detención, en el que un grupo de agentes del Sebin arrancan de forma violenta a Guaidó de su automóvil para subirlo a otro vehículo. El diputado opositor fue detenido en frente de su esposa y de su hija.

Guaidó fue detenido en la autopista Caracas-La Guaira cuando éste se dirigía al cabildo abierto convocado en Caraballeda, en el estado Vargas, y la primera en confirmarlo fue su esposa, Fabiana Rosales, a través de Twitter.

«Íbamos bajando al Cabildo Abierto en La Guaira y en la autopista dos camionetas del Sebin con funcionarios totalmente armados y encapuchados, abrieron la camioneta y lo obligaron a bajarse. Nos dijeron que debían llevárselo detenido inmediatamente, forcejearon conmigo y me quitaron su teléfono celular, nos dijeron que teníamos que arrancar, después subieron hacia Caracas», difundió más tarde a través de un audio de WhatsApp Rosales.

Minutos después, aclamado por cientos de seguidores, Guaidó llegó al sitio donde se realizó un cabildo abierto en Caraballeda, estado Vargas. «¡Hermanos aquí estoy!», dijo al subir a una tarima vestido con camisa blanca y pantalón vaquero.

«Un mensaje a Miraflores (Palacio Presidencial): el juego cambió, el pueblo está en la calle, aquí están los símbolos de la presión, de la resistencia, de la fuerza. Si querían enviar un mensaje para que nos escondiéramos, aquí está la respuesta del pueblo. Aquí estamos», aseguró.

«Trataron de ponerme las esposas, no lo permití porque soy el presidente legítimo de la Asamblea Nacional», agregó el diputado, quien reiteró el llamado a una movilización el próximo 23 de enero.

Dentro la comunidad internacional rápidamente se multiplicaron los mensajes que repudiaban la detención y exigían su liberación, entre ellos el del secretario general de la OEA, Luis Almagro.

«Condena y rechazo absolutos al secuestro del presidente interino de Venezuela Juan Guaidó. La comunidad internacional debe detener los crímenes de Maduro y sus esbirro», escribió Almagro, quien el viernes había reconocido y apoyado su decisión de asumir las riendas del poder ejecutivo.

El presidente argentino Maurico Macri supo de la noticia de la detención de Guaidó durante el mediodía del domingo, y se mantuvo informado sobre el episodio a través de su canciller Jorge Faurie y del secretario de asuntos estratégicos, Fulbio Pompeo, quienes más tarde lo informaron sobre su liberación. En un comunicado, la cancillería expresó que el episodio «atenta contra las libertadas civiles y políticas de los venezolanos», y ratificó «la imperiosa necesidad de restablecer en Venezuela el orden democrático y el respeto de los derechos humanos».

Además, organizaciones de Derechos Humanos denunciaron que las periodistas Osmary Hernández, de la CNN, y Beatriz Adrián de Noticias Caracol, también fueron detenidas por el Sebin cuando se encontraban informando sobre la captura del Presidente de la Asamblea Nacional, y más tarde liberaron.

El viernes, Guaidó fue el orador principal de un «un cabildo abierto» en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Caracas. Allí, declaró que la Cámara -de mayoría opositora desde 2015- se apegará a la constitución venezolana y, en este sentido, asumirá «las competencias de la encargaduría de una Presidencia de la República», no sin advertir que el mero decreto no será suficiente para sacar del poder a Maduro, que juró el jueves como jefe de Estado hasta 2025.

Como respuesta, la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, había amenazado con encarcelarlo, mientras Maduro atribuyó sus declaraciones a un «juego de muchachitos» que tomaron el control del Congreso para desestabilizarlo.

(Infobae)