La tarjeta Sube no llegará a los colectivos hasta después de julio
Así lo definieron el gobierno nacional y la Intendencia tras varios años de gestiones. Se estima que beneficiará a unos 380 mil rosarinos.
La implementación de la tarjeta Sube en Rosario llegará recién durante el segundo semestre del 2019. Después de varios años de gestiones, autoridades del Ministerio de Transporte de la Nación y de la Intendencia acordaron esa fecha para que la tarjeta federal pueda utilizarse en los colectivos locales. La Sube contempla tarifas sociales para beneficiarios de programas como Jefes de Hogar, Progresar o personal de trabajo doméstico, entre otros, que beneficiarían a unos 380 mil usuarios.
El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, se refirió a la implementación de la tarjeta federal hace unos 10 días, cuando disertó en la cena de fin de año de la Fundación Libertad. El funcionario sostuvo que «hemos acordado dilatar la implementación de la tarjeta para el segundo semestre de 2019» y explicó que el nuevo plazo se relaciona con «los cambios que está viviendo Rosario con el nuevo sistema de transporte, la política de subsidios que va a llevar la provincia y el acompañamiento que está haciendo el gobierno nacional».
Desde la Intendencia confirmaron ayer que existieron contactos por este tema y que, en principio, se acordó el segundo semestre del año próximo como fecha para la implementación de esta nueva forma de pago en los colectivos urbanos.
La tarjeta Sube se utiliza desde el 1º de febrero pasado en todos los ómnibus del área metropolitana de la ciudad, en aquellas líneas que cubren la ruta entre Rosario y las ciudades aledañas. Sin embargo, pese a varias gestiones, su implementación en las líneas urbanas aún no se concretó.
Beneficios
Para los colectivos locales el único medio de pago sigue siendo la tarjeta Movi, además del boleto ocasional mediante monedas, ya casi en desuso. El debate sobre cómo compatibilizar los sistemas de la Movi y la Sube lleva, como mínimo, un par de años. Las gestiones comenzaron con la idea de homologar ambos plásticos, después se comenzó a hablar de un reemplazo progresivo.
«Para nosotros el objetivo es que venga la Sube, con los beneficios que tiene en otras localidades del país», sostuvo la secretaria de Movilidad del municipio, Mónica Alvarado.
La funcionaria recordó que con este objetivo «ya se firmaron dos convenios, uno general y otro particular, y se trabajó con la idea de que los beneficios de la Sube puedan llegar a los rosarinos», sostuvo.
La implementación de la Sube significa cambiar las más de un millón de tarjetas Movi que actualmente se encuentran en uso, las máquinas canceladoras que están en los colectivos y la tecnología de los puntos de recarga. Una inversión que, entienden en la Intendencia, carece de sentido si no se garantiza a los usuarios del transporte público local los subsidios vigentes en la provincia de Buenos Aires y otras ciudades del país.
Actualmente, el sistema contempla una tarifa social federal que incluye beneficios para ciertos grupos _jubilados, pensionados, ex combatientes de Malvinas, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, del programa de Jefes de Hogar, de la asignación por embarazo, del plan Progresar, personal de trabajo doméstico, monotributistas sociales, del Argentina Trabaja y Ellas Hacen_ que abonan un 45 por ciento del valor del boleto, ya que el 55 por ciento restante está subsidiado por la Nación.
Esto ya ocurre en Buenos Aires y otras ciudades que implementaron la Sube, como Santa Fe, adonde el sistema funciona desde septiembre de 2016.
Se estima que una vez que llegue el plástico federal, hasta 380 mil rosarinos podrían verse beneficiados, quienes sólo pagarían el 45 por ciento de la tarifa básica de los colectivos urbanos. La cantidad se nutre de unos 200 mil jubilados, otros 157 mil beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), 10 mil jóvenes del programa Progresar y unas 11 mil pensiones no contributivas. (La Capital)