Las cerealeras se oponen a pagar más impuestos para subsidiar el transporte
La cámara aceitera y la Bolsa de Comercio de Rosario cuestionaron la medida y alertaron que pone en peligro «miles de puestos de trabajo».
Por Guillermo Zysman/La Capital
El aumento de impuestos provinciales a las cerealeras que aprobó la Cámara de Diputados para sumar subsidios al transporte generó un fortísimo rechazo del complejo agroexportador que opera en el Gran Rosario. «Esto pone al sector en una situación dramática y deja en peligro miles de empleos», advirtió la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara). «Parece que la única forma que encuentran los legisladores de equilibrar las caídas de recursos es mediante mayores cargas sobre los contribuyentes que producen, lo que podría provocar una reducción de las cosechas», alertó la Bolsa de Comercio local.
El jueves, la Cámara de Diputados de Santa Fe dio media sanción a un paquete de medidas que permitirá duplicar las partidas provinciales al transporte urbano e interurbano de pasajeros.
El texto aprobado establece que en adelante las cerealeras pagarán el uno por ciento de su facturación de impuesto a los ingresos brutos. Al mismo sector y a los bancos se les triplicará el impuesto inmobiliario. Y se destinará el 10 por ciento de la recaudación del impuesto a los sellos al fondo compensador del sistema.
Los cambios impositivos cayeron como un baldazo en el sector agroexportador, que concentra en la región cerca del 80 por ciento de las exportaciones de granos y productos derivados.
«Tomamos esta medida que adoptó la Legislatura de Santa Fe con mucha sorpresa», resaltó el gerente de Relaciones Corporativas de la Ciara, Andrés Alcaraz en diálogo con La Ocho.
Para Alcaraz, los diputados que lo avalaron lo hicieron «con falta de información. Se basaron en una irrealidad del sector al tomar como si estuviera en el mejor de los mundos y se ignora la situación actual que, como consecuencia del aumento de las retenciones que dispuso el gobierno nacional, ha reducido notablemente los márgenes de la industria».
Según Alcaraz, «la presión tributaria del área ya es elevada. Estas medidas están poniendo al sector en una situación dramática y deja en peligro miles de empleos».
Luego aludió al «falso mito de que el complejo agroexportador es el gran beneficiario de la devaluación. Entre el 80 y el 90 por ciento de la economía de las agroexportadoras está dolarizado, por lo tanto una devaluación del peso le es completamente indiferente».
«Quienes se pueden llegar a ver beneficiados con la devaluación —continuó— son los productores, pero no las agroexportadoras que están en el mercado mundial con precios y costos en dólares».
«Golpe al campo santafesino»
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario emitió un comunicado para expresar su rechazo a las medidas titulado: «Nuevo golpe al campos santafesino».
Allí expresa su «disgusto y malestar por el tratamiento relámpago» que tuvo en Diputados el paquete impositivo «que fue presentado por un grupo de legisladores el 11 de octubre y que fue aprobado en el día de ayer (por el jueves)».
La Bolsa advirtió que «esta nueva carga tributaria recaerá sin dudas sobre las espaldas de los productores agropecuarios, quienes sufrirán una disminución de los precios que reciben por su producción, un incremento en el precio de compra de los insumos necesarios para la implantación de los cultivos y un aumento de los costos de acondicionamiento de los granos que comercializa a través de acopios».
La entidad bursátil expresó su «disconformidad» porque existiendo una Mesa de Análisis Tributario en la que participan todos los sectores de la economía santafesina y funcionarios del área financiera y de la Administración de Impuestos, se dio media sanción a esta reforma sin evaluar el impacto que provocará en la actividad productiva».
Luego remató señalando: «Parece que la única forma que encuentran nuestros legisladores de equilibrar las caídas de recursos es mediante mayores cargas sobre los contribuyentes que producen, lo que podría terminar provocando una reducción de las cosechas». (Guillermo Zysman/La Capital)