El FMI flexibilizó el uso de reservas del Banco Central y el mercado frenó la corrida
La vuelta de las ventas al contado en el mercado de dinero mostró que Caputo tiene poder de fuego para reequilibrar la cotización.
El dólar marcó una empinada baja en los últimos tres días, con la novedad de que hoy no hicieron falta intervenciones del Banco Central para que reapareciera la oferta de divisas en el mercado mayorista. El cambio de estrategia de Luis Caputo de dejar las subastas de divisas para pasar a responder con ventas al contado fue leído por el mercado como la flexibilización del Fondo Monetario de su postura de dejar correr el dólar todo lo que hiciera falta.
Cuánto más alto cotizaba el dólar, más se incrementaba el peso de la deuda externa -fuertemente nominada en moneda extranjera- sobre el PBI al punto tal de llegar a la zona del 70%, como advirtió esta semana Daniel Marx, lo que lejos de mejorar la solvencia del Estado, abriría un nuevo frente de batalla.
En lo más álgido de la crisis cambiaria, los economistas distinguían dos fenómenos superpuestos que jugaban en contra del peso: en primera instancia, las dudas sobre la capacidad del Gobierno de cerrar el programa fiscal de 2019, que aun con los desembolsos del FMI acordados en junio dependían de que el mercado renovara el 100% de sus tenencias en Letes, Repos y otros instrumentos, supuestos leídos como excesivamente optimistas para el nuevo contexto internacional. Y en segundo lugar, la cuestión de la liquidez.
Es que aunque el Gobierno pudiera en teoría estar en condiciones intertemporales de hacer frente a sus obligaciones, un escenario de «sudden stop» en la terminología de Guillermo Calvo (o de cierre de la canilla de dólares para Argentina), haría caer al país en un default muy rápidamente. Y esto generó una fuerte suba del riesgo país hasta los 800 puntos básicos.
«Si hay que poner dólares sobre la mesa, los vamos a poner», dijo ayer el presidente del Banco Central en una conferencia del Instituto Argentino de Ejecutivos en Finanzas, en la que reconoció la escasa utilidad de las subastas para defender al peso.
La falta de contundencia del Banco Central con sus subastas para disciplinar el mercado cambiario era leída en el mercado como una debilidad. A esto se sumó una medida precautoria de Rofex y la CNV de la semana pasada de acotar a 5 millones de contratos la cantidad máxima de posiciones abiertas que puede tener el Banco Central, lo que también restringe su poder de fuego en ese mercado en el que también venía interviniendo para descomprimir el mercado de contado.
El FMI en sí no se pronunció acerca de la flexibilización de su postura contraria a la venta de divisas, pero el mercado se rige mediante «A buen entendedor, pocas palabras». Es que luego de dos días de negociaciones entre Lagarde y Dujovne, el FMI aseguró su «total apoyo» a la Argentina y el ministro de Economía sostuvo que la parte central del nuevo acuerdo ya estaba cerrada cuando la autorización para el uso de reservas para defender al peso estaba en el núcleo de las diferencias entre los funcionarios nacionales y el staff del Fondo Monetario.
Horas más tarde, Caputo confirmó que volvería a vender dólares de contado de ser necesario y por primera vez en más de un mes, el resultado de la cotización no dependió de su participación en el mercado de divisas.
«El dato más importante de la semana en materia cambiaria es que el BCRA intervino en el mercado con ventas puntuales y no con esas subastas que no venían funcionando. Esa señal muestra que FMI habría relajado los límites a la intervención y que hay poder de fuego», resumió en su cuenta de twitter el economista Martín Alfie.
Un informe de hoy del departamento de investigaciones económicas de Morgan Stanley apoyó la postura del BCRA frente al FMI: «En relación al Acuerdo Stand-By, creemos que es clave ver si el FMI acepta adelantar algunos o todos los desembolsos de 2020 y 2021 en 2019 y los potenciales condicionamientos asociados. También creemos que los hacedores de política argentinos podrían buscar el apoyo del FMI en las intervenciones en los mercados para reducir la volatilidad, condición necesaria, en nuestra opinión, para ayudar a acotar la profundidad y la duración de la recesión actual ya que muchos sectores quedaron paralizados hasta que se reduzca esta volatilidad».
Morgan Stanley apoyó la postura del BCRA frente al FMI: ‘Creemos que los argentinos podrían buscar el apoyo del FMI en las intervenciones en los mercados para reducir la volatilidad, condición necesaria para ayudar a acotar la recesión actual’.
Este informe, que evalúa cómo se ubica hoy por hoy la economía argentina de cara a los desafíos que la acelerada crisis de balance de pagos le impuso, destacó que «Las preocupaciones por la liquidez son mitigadas por la consolidación presupuestaria (ajuste fiscal) más veloz y el fondeo del FMI, con la brecha de financiamiento prácticamente cubierta por los desembolsos adelantados del FMI incluso sin acceso al mercado de capitales. Y las preocupaciones por la solvencia van a incrementarse como resultado de que la deuda pública sobre PBI se está acercando al 70% del PBI, incluso si buena parte es deuda intra-sector público y las erogaciones por intereses manejables también mitigan algunas de estas preocupaciones».
En síntesis, para Morgan Stanley, el acuerdo con el FMI evacúa las dudas sobre la liquidez, pero no de la solvencia. Para esto, el informe destaca que es necesario que el ajuste se concrete, algo que por el momento le parece factible. Por ende, para la banca de inversión, «los objetivos de consolidación fiscal deben seguir siendo la métrica de performance más importante detrás del apoyo del FMI». (La Política Online)