Condorito Ramos: «Aún puedo serle útil a Newell’s»

Costará sacarle a Víctor Rogelio Ramos el status de máximo goleador de la historia de Newell’s Old Boys (104). Y lejos de lo que pueda pensarse, hoy Condorito vive una historia diferente que lo alejó de la fama, la popularidad y el dinero. «Después que dejé mi vida como futbolista hice varios negocios que me salieron mal, me equivoqué y perdí mucha plata», le cuenta a Ovación tras la producción fotográfica en el Coloso Marcelo Bielsa. Hoy recibe una renta de un campo en Coronel Suárez: «No creas que es mucho, me ayuda a vivir solamente», afirma- y viaja a El Trébol a dar charlas con chicos futbolistas y jugar algún partido por el que recibe 200 pesos. Sin embargo, como casi todo mortal, tiene sueños y esperanzas. Aunque hay uno que lo desvela: trabajar en Newell’s enseñándoles a los delanteros. «Sé que todavía puedo serle útil al club», dice.

 -¿Qué pasó el día después de decirle basta a la vida de futbolista?

 Yo me voy de Newell’s en 1991, me dan el pase libre y me voy a jugar un año a Nueva Chicago. En el 92 me fui a Unión por un llamado de Mario Zanabria. Salí goleador allí, también en Chicago y una vez que largué el fútbol, en el 93, me puse a trabajar como representante de futbolistas. Allí empecé con Ricardo Schlieper teniendo a algunos jugadores de Unión, como Darío Cabrol. Después trajimos al Beto Márcico de Francia para jugar en Boca, llevamos a Rolando Cristante a México. Un tiempo más tarde, por algunas diferencias, me abrí y ya no tuve más nada que ver con esa actividad. Allí me dediqué a hacer unos negocios en los que no me fue bien. Tenía algunos campos en Coronel Suárez (provincia de Buenos Aires), porque mi ex esposa era de allá. Pero luego nos divorciamos y allí hubo división de bienes. Eso fue un golpe muy duro para mí. Con eso puse una empresa mayorista de artículos descartables en la que tampoco tuve éxito. Después arrendé el campo, que no creas me significa un gran ingreso, y ahora hago cosas temporarias como jugar en el fútbol senior o dar clínicas de fútbol a chicos en El Trébol o hacer algunos partidos. Por cada uno de pagan 200 pesos y por mes junto unos mil. No es mucho, pero todo suma.

 -¿Por qué no elegiste seguir vinculado al fútbol, por ejemplo, como técnico?

 -Nunca me gustó ser director técnico. No me sentía capacitado para eso. El hecho de haber sido un ex jugador de fútbol no necesariamente después te va a convertir en un buen entrenador. Lo que sí yo siempre busqué es trabajar con los delanteros, como se hace en Europa o ahora en muchos equipos de la Argentina. No tuve suerte hasta ahora a pesar de que he llevado mi proyecto a varios clubes. Ese es mi sueño, enseñarles a los chicos de divisiones inferiores cómo se define, cuáles son los movimientos de un delantero.

 -¿Ese proyecto te gustaría llevarlo adelante en Newell’s?

 -Es que yo creo que todavía le puedo ser útil a Newell’s. Por eso te digo que es mi sueño y mi gran deseo, esta es mi casa, uno se crió acá. El club me dio muchísimas cosas a mí pero yo también aporté lo mío y creo que merezco una oportunidad. Estoy en la historia del club por ser el máximo goleador, soy de Rosario, por eso creo que puedo aportarle muchas cosas. Esta dirigencia se ha portado muy bien con los ex jugadores. Pero me falta esa parte de poder trabajar en el club donde hice mi vida. Sigo esperando una chance.

 -¿Fue muy dura esa etapa donde se terminó el compromiso con el fútbol y los negocios no funcionaron?

 -Fue muy dura. Traté de hacer algunas transferencias con chicos al exterior y me fue muy mal. Incluso invertí plata mía en épocas en que los jugadores no ganaban como ahora. Es decir yo tenía mi dinero pero no como lo podría tener un futbolista de la actualidad. Perdí muchas propiedades por culpa mía y de esos malos negocios. Y además pasó una cosa que es común: mucha gente se fue de mi alrededor. Porque cuando estás en las buenas todo brilla. Ahora cuando caes en la mala…. Pero eso es el pasado, me siento joven y quiero volcar mis conocimientos en el club que sea. Por supuesto que si es en Newell’s, mejor. Pero hubo mucha gente que me ayudó, como mi actual pareja, Monserrat, mis dos hijas, mi madre, mis tíos y un compañero del senior de Provincial, Miguel Saidt, como también el Negro Almirón.

 -De ser ídolo y máximo goleador de la historia de Newell’s a pasarla mal en la vida, ¿qué autocrítica hacés sobre eso?

 -Yo me equivoqué en muchas cosas. Yo no tenía experiencia ni conocimiento cuando me metí con el tema de las transferencias y eso lo asumo como un error. Creí que por el nombre me iban a respetar un poquito más. Entonces terminé fallándole a mucha gente. Otro error es haber confiado en algunas personas. Tengo dolor por gente a la que en su momento yo ayudé y luego me dio la espalda.

Récord y fractura

 «El día que le ganamos a Deportivo Armenio yo hice dos goles. Con el segundo superé el récord de (Santiago) Santamaría, que tenía 89. En el festejo, me trepé a lo más alto del alambrado y supuestamente abajo estaba el Tata Martino para esperarme. Cuando me doy vuelta no había nadie. Entonces me tiré y me fracturé la costilla. Todos se me cagaron de risa». Víctor Ramos dixit.

 «Al equipo le falta poder ofensivo»

 Víctor Ramos se toma unos minutos y brinda su opinión sobre el presente del equipo de Roberto Sensini: “A mí me pareció que en el primer año de Roberto (Sensini) como DT, el campeonato no se le escapaba. Newell’s pecó de confianza en el partido con Arsenal. Allí y no con San Lorenzo (cuando perdió 2 a 0) se perdió. El entorno y la confianza los mató. Y después a los casi tres años de gestión de Sensini no se le puede decir nada, se tuvo que acomodar con lo que tenía. Y no lo digo porque haya sido compañero mío. Lo que se le puede reprochar a Newell’s es la falta de poder ofensivo. Quizás no se hizo el esfuerzo necesario para traer un delantero de peso como en su momento fue (Joaquín) Boghossian y se apostó a otros jugadores con los que no le fue bien. Por eso me parece que este es un momento de transición en Newell’s. Hay que darle mucha cabida a la juventud, como a Tonso, Faravelli, Cobelli. Hay que volver a las fuentes porque se está trabajando bien en inferiores. Además hay material. Entonces, con esa base y dos refuerzos de jerarquía, el equipo está para pelear el campeonato”. (l.c)