La CGT posterga la elección de nuevas autoridades
Agotados los plazos estatutarios para convocar el 22 de agosto al Congreso Central Confederal que preveía elegir a la nueva conducción de la CGT, el triunvirato de mando definirá pasado mañana los pasos a seguir en una reunión de consejo directivo que se anticipa tensa y dividida
Confrontarán dos posturas. La primera, y que hasta ahora cuenta con una leve mayoría, es la de “los Gordos” (grandes gremios de servicios e “independientes” (Uocra, Aysa y UPCN), que quieren extender el liderazgo del triunvirato hasta 2019 ante los cortocircuitos internos y la falta de un candidato que surja del consenso. Esgrimen la contundencia del paro general del 25 de junio pasado como uno de los argumentos a favor.
El otro bastión, en el que conviven el barrionuevismo, el moyanismo residual y el transporte, sugiere activar conversaciones con los sectores que están hoy fuera de la CGT (la Corriente Federal, la UOM, el Smata y el MASA de Omar Viviani) y definir antes de fin de año una salida a través de un plenario de secretarios generales.
Ninguna de las dos alternativas contempla por ahora una resolución democrática, con dos listas en disputa y una elección con el voto directo de los congresales, como fantasean el camionero Pablo Moyano y el bancario Sergio Palazzo, el binomio que se candidateó para desafiar a “los Gordos” con un discurso combativo y muy duro con el Gobierno.
Por eso, Moyano comenzó su peregrinaje en busca de apoyo para forzar el recambio. La semana pasada visitó junto con su padre a Ricardo Pignanelli, jefe del Smata. A Pignanelli, que supo anudar acuerdos de productividad con la Casa Rosada, el encuentro con los Moyano le sirvió para exhibir la guardia en alto en un escenario de posible reducción de empleo en el sector automotor.
Al triunvirato de mando que integran Héctor Daer (Sanidad), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio) la situación ya lo excedió. Daer y Schmid mantienen sus aspiraciones de llegar a la secretaría general en soledad, mientras que Acuña juega en las sombras con Luis Barrionuevo, su mentor. Pero ¿qué pasaría si una mayoría se impusiera en el consejo directivo o en un plenario y se decidiera la continuidad de los tres? “Si sucede de esa manera, nos quedamos. Pero tiene que haber una mayoría que nos lo pida“, dijo uno de los tres jefes. Los otros dos comparten esa lógica.
En tiempos en los que domina el Mundial de fútbol, Schmid se animó a un paralelismo en la reunión de mesa chica que hubo la semana pasada en la sede de UPCN: “No pensemos que somos como el seleccionado, que le ganó a Nigeria y se creyeron los mejores. En la CGT tenemos un montón de quilombos por resolver. Hicimos un paro, salió bien, ¿pero ahora qué?”.
Atentos a este ajedrez y a la decisión de postergar el recambio, los sectores externos o denominados no alineados ya manifestaron su disgusto porque perciben que sus pretensiones de regresar activamente a la CGT se dificultan. Para algunos dirigentes, como el metalúrgico Antonio Caló, ser parte de la central obrera es clave en un año electoral, para ubicar a sindicalistas en las listas de candidatos. Caló apuesta a que Abel Furlán, que integra la cúpula de la UOM, renueve el año que viene en la Cámara de Diputados. Furlán ocupa un rol clave en la Comisión de Legislación Laboral desde la muerte del petrolero Alberto Roberti.
En caso de confirmarse pasado mañana la continuidad del triunvirato de mando, que hasta antes del paro lucía desdibujado y con poca autoridad, los sectores que más se resisten a este desenlace tienen previsto erosionar a la conducción con protestas y desmarcándose de un probable acercamiento que puedan tener con la Casa Rosada. Hasta se cruzan números y se proyectan apoyos para construir una central paralela, como surgió tantas otras veces.
Entre “los Gordos” y los “independientes” dan por hecho que se impondrán y que se mantendrá el statu quo, con el triunvirato al frente. “No hay otro opción mejor”, argumentaron dos jerárquicos de cada sector.
En el Gobierno, en tanto, aspiran a que el triunvirato continúe porque creen que sería una manera de aislar a Moyano y mantener un canal abierto de negociación con los sindicatos “dialoguistas”.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ya mostró gestos de armonía con “los Gordos”: habilitó un 10% adicional en la paritaria de Comercio y evitó definiciones sobre las irregularidades denunciadas en la previa de la elección del gremio mercantil, donde Armando Cavalieri buscará, a partir de mañana, su noveno mandato en cadena
Dos posturas en pugna
Héctor Daer, sanidad: Representa al sector de “los Gordos” y quiere extender el triunvirato de mando, del que es parte, hasta 2019.
Juan Carlos Schmid, dragado y balizamiento: Representa al transporte y al moyanismo. Quiere llamar a un plenario con otros sectores para buscar consenso. (La Nación)