El paro nacional de la CGT se sintió con fuerza
El tercer paro general de la CGT en contra del Gobierno de Mauricio Macri alcanzó niveles de adhesión y contundencia verdaderamente significativos en todo el país, a diferencia de las dos huelgas anteriores, al tiempo que la central obrera exigió al Gobierno «sensibilidad» y en especial «respuestas» a sus demandas.
La medida de fuerza por 24 horas a la que convocó la Confederación General del Trabajo (CGT) en rechazo a las políticas de la Casa Rosada, y a recientes decisiones del presidente Mauricio Macri, como sellar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se sintió con fuerza desde el comienzo del día, en especial, en las grandes ciudades.
La adhesión del sector del transporte, superior al 90 por ciento de acuerdo con voceros sindicales, resultó determinante para que el paro resultara exitoso, pese a que la CGT decidió que no iba a movilizarse en esta jornada.
La izquierda, en cambio, sí llevó adelante manifestaciones y protestas callejeras: una de ellas culminó con un acto al pie del tradicional Obelisco porteño, donde el dirigente gremial ferroviario Rubén «Pollo» Sobrero generó polémica al arengar a los militantes a «seguir empujando» con el plan de lucha que llevan adelante «hasta que caiga el Gobierno».
Más moderadas fueron las apreciaciones de los integrantes del triunvirato que conduce la CGT, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, cuando evaluaron el resultado de la medida de fuerza en una conferencia de prensa que brindaron en la sede de la calle Azopardo al 800, en la Capital Federal, escoltados por otros miembros del Consejo Directivo de la entidad.
En ese contexto, destacaron que la huelga alcanzó un nivel de «contundencia fenomenal» y salieron al cruce de funcionarios nacionales que tildaron de «político» al paro de este lunes e incluso mencionaron que detrás de la iniciativa estaba el Partido Justicialista (PJ).
La cúpula de la CGT exigió, una vez más, a la Casa Rosada que atienda y se haga eco de sus demandas: «Claro que el paro no soluciona, lo que soluciona los problemas de la gente son las respuestas que debe dar el Gobierno y no las da», remarcó Acuña en la rueda de prensa.
«Ésta es una nueva oportunidad que tiene el Gobierno de reconocer, tener la humildad y sensibilidad de lo que está sucediendo en el país. El hambre no espera, al hambre lo tenemos ahí, en la mesa de muchos argentinos», agregó Acuña.
Sin servicio de trenes, subtes, colectivos, ni vuelos, la CGT consiguió una masiva adhesión a la huelga, que dejó a la ciudad de Buenos Aires prácticamente vacía durante gran parte del día, con escaso movimiento en las calles y la mayoría de los locales comerciales cerrados.
En una gélida jornada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), de igual modo que en gran parte del territorio nacional, la huelga se sintió, además, en escuelas y universidades públicas, de igual modo que en estaciones de servicio, en tanto los bancos permanecieron sin actividad y solo unos pocos taxistas salieron a trabajar en esta Capital.
Pasado el mediodía, la cúpula de la CGT afirmó que la medida de fuerza registró un «altísimo nivel de acatamiento en todo el país» y advirtió que «un paro general significa el fracaso del diálogo social y también el fracaso de la política».
Este lunes, Macri viajó a Tandil, su ciudad natal, donde participó de una serie de actividades junto con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y cuestionó la decisión tomada por la central obrera: «Los paros no contribuyen a nada, no suman, yo no veo que haya habido un Gobierno en décadas con tanta preocupación por el empleo y el trabajado y por generar nuevas oportunidades», dijo.
Aunque la convocatoria se limitó a un paro de actividades, sin concurrencia a los lugares de trabajo y sin movilizaciones, la izquierda junto con sectores más radicales sí realizaron protestas en las calles y cortes en algunos accesos a la Capital Federal, por ejemplo, en el Puente Pueyrredón, en Avellaneda.
Por su parte, el líder del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, redobló sus críticas contra el Gobierno y cargó también contra la cúpula de la CGT, al sostener que no existen posibilidades de diálogo entre las partes -como aboga la Casa Rosada- y advertir sobre la situación económica en el país.
«Las mentiras del Gobierno hacen enardecer aún más a la gente, que siente que se le ríen en la cara. Espero que este paro los haga ver la realidad, que se vive y se palma, y que se va a agravar más», enfatizó Moyano.
«Los comedores cada vez se llenan más de gente que no puede ni pagar los servicios. El Gobierno ya no se puede hacer el distraído, porque no se trata de que la gente no puede ir al cine, se trata de que mucha gente ya no puede comer», agregó el líder sindical, que no participó de la rueda de prensa en la CGT, en declaraciones a Radio 10.
De acuerdo con el ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, la huelga tendrá un costo de casi 29.000 millones de pesos para la Argentina, en tanto un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) señaló este lunes que el paro generó para el sector comercial pérdidas de facturación por unos $9.745 millones.
Entre otras demandas concreta, los sindicatos plantean que se reabran las negociaciones salariales de este año, en momentos en los que la inflación anual acumulada alcanza al 27%, después de que el Gobierno descartara definitivamente su pauta de aumento del costo de vida para 2018 del 15 por ciento. (Ámbito.com)