Marcos Peña se reunió en Londres con el canciller británico Boris Johnson
El jefe de Gabinete y Boris Johnson hablaron sobre Malvinas y en una hoja de ruta para mejorar los términos de intercambio comercial, los flujos de capital y la investigación científica
Por Román Lejtman/Infobaeo
Marcos Peña y Boris Johnson ofrecieron una clase de realpolitk durante los 45 minutos que se reunieron en el Foreign Office, un edificio de estilo neogótico ubicado a pocos metros de St James Park. El jefe de Gabinete y el canciller británico dialogaron sobre la agenda común de ambos países y la posibilidad de avanzar en un acuerdo bilateral entre el Mercosur y Gran Bretaña.
Sin olvidar el reclamo histórico de soberanía nacional en las Islas Malvinas, Peña propuso una agenda de cooperación global vinculada al comercio, las inversiones y los intereses mutuos en el Atlántico Sur. Johnson escuchó con respeto la defensa de la soberanía argentina en Malvinas y se concentró en formalizar una hoja de ruta que implique mejorar los términos de intercambio comercial, los flujos de capital y la investigación científica.
Si la relación diplomática fluye como hasta ahora, no hay que descartar que Macri visite el Reino Unido durante 2019, antes de que comience la campaña presidencial.
A las 15:30 (hora de Londres), Peña, acompañado por Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos, y el embajador argentino, Carlos Sersale de Cerisano, ingresaron al Foreign Office para mantener su reunión de trabajo con Johnson. El canciller británico pidió una ronda de café y a continuación recordó su visita a Buenos Aires. Johnson mencionó su encuentro con Macri e insistió en diseñar una agenda común basada en los intereses compartidos entre Argentina e Inglaterra.
Peña avaló esa propuesta bilateral, pero no dejó de mencionar la posición histórica de la Argentina respecto a la soberanía nacional en las Islas Malvinas. El jefe de Gabinete fue claro y preciso: las buenas relaciones entre ambos países no implica ceder un centímetro en una reivindicación que tiene antecedentes históricos, jurídicos y políticos. Johnson escuchó con respeto la posición explícita de Peña y luego propuso avanzar en los temas básicos que sostienen la relación bilateral entre los dos estados.
El canciller británico reiteró que su país apoya el ingreso de la Argentina en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un ente multilateral que fija normas de ética institucional y de transparencia comercial para los estados que son miembros. Argentina ingresando en la OCDE podría obtener créditos internacionales con tasas más blandas y acceder a inversiones extranjeras directas con mayor facilidad.
El comentario de Johnson confirmando que Gran Bretaña avala la entrada del país en la OCDE exhibe la profundidad de las relaciones bilaterales entre Buenos Aires y Londres. Se trata de un giro pragmático respecto a cómo se ejecutan las relaciones exteriores en el siglo XXI.
Con la caída del Muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética, los estados modernos buscan profundizar la cooperación en asuntos comunes y encontrar un punto de inflexión en los temas que causan diferencias. El caso Malvinas es un ejemplo básico para entender el denominado giro pragmático de la diplomacia mundial: Argentina no cederá en su reclamo, y tampoco Inglaterra entregará la soberanía de las islas en el Atlántico Sur.
Pero ambos países pueden acordar una agenda común que no olvide sus diferencias históricas y sus mandatos políticos irrevocables.
Además de las Islas Malvinas y la participación de la Argentina en la OCDE, Peña y Johnson conversaron sobre la cooperación científica en la Antártida y el Atlántico Sur, la posibilidad de incrementar los niveles de turismo entre los dos países y el negocio de la pesca.
Antes de abandonar el Foreign Office rumbo al Parlamento inglés, Peña conversó con Johnson sobre la posibilidad de un acuerdo bilateral entre el Mercosur y Gran Bretaña. La crisis del Brexit abrió para los socios del Mercosur una posibilidad inédita y no es una utopía aprovechar esa oportunidad mientras se cierra con exasperante lentitud el tratado con la Unión Europea. Inglaterra lo quiere y el Mercosur también. Se necesitan dos para bailar un tango.
En un comunicado, Presidencia difundió declaraciones del jefe de ministros: «Somos muy entusiastas respecto de las cosas que podemos hacer juntos y una oportunidad inmensa para trabajar como socios comerciales desde la Argentina y desde el Mercosur. Hay una gran complementariedad en inmensas áreas, no sólo en comercio sino también en inversiones».
Peña puso de relieve que a pesar de que existe «una disputa y una diferencia» con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas «aún podemos trabajar juntos en todo el resto de la agenda positiva que tenemos».
«Mantenemos nuestros reclamos de diálogo y negociación, pero nuestros Ministerios de Relaciones Exteriores están intentando encontrar en forma conjunta un espacio en que trabajar sobre estas diferencias. Y esa es la parte importante», sostuvo. (Román Lejtman/Infobaeo)