Reforma y deuda: Lifschitz ya no tiene incertidumbres
A horas de embarcar rumbo al sudeste asiático por una semana en una misión comercial de la Región Centro, el Gobernador Miguel Lifschitz ya no tiene incertidumbres sobre dos grandes temas de su agenda contemporánea: la reforma de la Constitución y la deuda nacional.
La reforma constitucional no verá la luz, ya no porque el peronismo – y Cambiemos- se opongan en Diputados, sino porque, tal como insinuáramos hace una semana, el propio radicalismo aliado NEO la dio por finiquitada. «Nuestro apoyo era exclusivamente por la reelección de Miguel (Lifschitz), y a cambio estábamos dispuestos a canjear la actual mayoría automática de 28 diputados para la fuerza ganadora por el sistema D´Hont; ahora todo seguirá como siempre, y se reformará por ley lo que haya que cambiar en el sistema electoral», afirmaba un alto exponente del radicalismo NEO con el pragmatismo político de quien exhibe las huellas de incontables batallas en su haber.
Ahora este sub sector radical cavila sobre el compañero de fórmula de su sector para el candidato natural del FPCyS: Antonio Bonfatti. El Ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, quien asombrosamente por la candente cartera que le toca conducir, tiene alto nivel de imagen positiva en las encuestas, está en la mira de NEO para varias alternativas: ir a unas PASO con Bonfatti, ocupar la banca de Diputados que resignó para ser Ministro de Seguridad, pelear la senaduría por su Departamento (Gral López) si Lisandro Enrico decidiese ir por la Municipalidad de Venado Tuerto, ser el compañero de fórmula de Bonfatti; «o irme a mi casa», bromea el propio Pullaro a sabiendas que nadie en política cuelga los botines con un futuro promisorio ante sus ojos.
Cambiemos local aguarda novedades nacionales en materia económica antes de arriesgar cualquier pronóstico electoral. Los radicales santafesinos en el sector relativizan el peso territorial de NEO esgrimido por esta columna. Arguyen que de acuerdo a las últimas elecciones locales (las de octubre del año pasado), los radicales más votados en esta ciudad capital, Rafaela y Reconquista fueron como Cambiemos, y que en Rosario ningún radical – NEO- entró como concejal.
Ellos – los radicales en Cambiemos liderados por José Corral – creen que la prédica del presidente del Partido Alfredo Cornejo para que todo el radicalismo santafesino se alinee en Cambiemos finalmente se cumplirá, porque «los intendentes radicales, no importa el sector, saben que va a haber lista de Cambiemos en su ciudad; ó la encabezan, o dividen el electorado afín arriesgando perder contra el peronismo», especulan.
Deuda: sólo el 60 % de lo calculado
Finalmente fue el propio Gobernador Miguel Lifschitz quien en un reportaje concedido a Radio Universidad Nacional del Litoral de esta capital, admitió lo que veníamos sugiriendo desde hace tiempo: la Nación no convalidaría el cálculo realizado por Santa Fe por la coparticipación detraída ilegalmente (53 mil millones de pesos, según las cuentas del Ministro Saglione), sino que además pondría trabas para su pago.
La Nación reconocerá sólo el 60% de la deuda (cuyo monto original a diciembre del 2015 era de 23 mil millones de pesos), y la Casa Rosada está dispuesta a pagar –con bonos– alrededor de 31 mil millones. A manera de compensación por los otros 20 mil millones de pesos, promesas de obras en el corto plazo.
Las obras públicas de envergadura en territorio santafesino que según el Gobernador se comprometería a realizar serían, entre otras, las autovías de las rutas 33 y 34 y el puente Santa Fe-Paraná (que sería licitado en agosto próximo). Obras nacionales que le corresponden en el mejor de los casos, ejecutar a la propia Nación, y no facturárselas a Santa Fe.
Lifschitz le pidió a Dujovne la semana pasada que los bonos – a 12 años – se actualicen por inflación (la Provincia percibirá intereses por los mismos) y además que puedan ser utilizados como garantía para eventual financiamiento de obra pública.
Financiera mata producción
La Ministra de la Producción Alicia Ciciliani optó por no acompañar al Gobernador en la gira por Tailandia y Vietnam debido al sonoro pedido de las empresas pymes, escandalizadas por las tasas de interés financiero que superan el 60 % para cambiar cheques de pago diferido a los fines de pagar los sueldos de Mayo.
«El propio Banco Nación tiene tasas del 38% para cambio de cheques de 90 días (un descubierto roza el 4 % mensual) y en otros sectores financieros ascienden hasta el 80 %», vociferaba la Ministra Ciciliani, quien estuvo en Buenos Aires para regresar con poco y nada. Se supo que el Banco de Inversión y Comercio Exterior – BICE – tendría un fondeo de 300 millones de pesos para asistir a las pymes; ¡»eso es un vuelto»!, bramó la Ministra santafesina, quien agregó que su cartera dispone de 10 millones de pesos para subsidiar tasas llegado el caso, a través del Fondo de Inversión y Desarrollo creado por Ley el año pasado y cuyo postulado precisamente es asistir a “productores agrícolas, ganaderos, lecheros y otras actividades primarias y de servicios en situaciones de emergencia climática o económica”.
El propio Diputado nacional Luis Contigiani (quien con su ex- par y actual Ministro de Economía Gonzalo Saglione fueron los artífices del Fondo de Inversión y Desarrollo) le preguntó al Jefe de Gabinete de Ministros Marcos Peña la semana pasada ¿Quién va a invertir en un país con las tasas al 40 por ciento?. ¿Sabe ministro, que hay empresas grandes que le están pagando a las Pymes con cheques a 90 días, porque las grandes están en la timba financiera? ¿Y las Pymes van al canje de cheque con tasas del 60 al 80 por ciento?».
El economista cordobés Carlos Seggiaro, quien sostiene que el famoso «recorte del gasto público» para achicar el déficit fiscal se deberá dar en el sistema previsional, que se lleva el 50 % del mismo, (piensa que el gobierno propenderá volver a las AFJP), cree además que el gobierno debería volver a las regulaciones en el sistema financiero y el mercado de cambios para poder parar esta sangría; «pero no lo va a hacer, sencillamente porque no está en su ADN», remata.
Lo que anida en los espíritus ciudadanos es el virus de la incertidumbre; que a su vez genera desconfianza, y se transforma en el principal enemigo – mortal en muchos casos- de los gobernantes.