El Banco Central pudo renovar las Lebac
La pulseada obligó a la entidad a liquidar otros US$791 millones de las reservas para defender el techo de $25; el billete al público bajó a $24,67; los inversores suscribieron Letras por $5000 millones adicionales a los que vencían
Por Javier Blanco/La Nación
El peso se fortaleció ayer 3,7% frente al dólar, pese a un contexto global adverso marcado por la depreciación generalizada del resto de las monedas contra esa divisa y por el salto al 3,09% en la tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, que llegó así a su mayor nivel en siete años. Esa tasa sirve de piso para medir el riesgo país y es punto de referencia para los flujos de los mercados de capitales. Esto hace que los analistas tiendan a creer, como intuían desde anteayer, que la corrida (aunque podría tener más coletazos) comienza a quedar superada.
«Con acción coordinada lograron cambiar las expectativas», dijo Andrés Vilella Weisz, portfolio manager de Balanz Capital. «La dupla Finanzas/BCRA ganó claramente la batalla del 15M y eso ayuda», evaluó por su parte Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IED). «El partido no terminó, pero cambió claramente de rumbo. Ahora deben noquearlo al dólar en la semana para mostrarles a los que lo compraron a $25 que pueden perder», sostuvo Fernando Camusso, director de Rafaela Capital. «Tal vez sea temprano para declarar terminada la corrida, pero sin dudas la jornada ha sido positiva porque se redujo la presión al dólar y se mostró a la vez que Argentina sigue teniendo acceso al financiamiento», juzgó Juan Manuel Pazos, de Puente.
La vuelta de campana que ensayó el mercado se produjo al mediodía y se profundizó con el paso de las horas. Fue cuando los que apostaban por una mayor devaluación del peso llevaban ya dos horas chocando contra el dique que había levantado desde anteayer el Banco Central para fijarle techo al dólar en $25 , cotización que en esos momentos defendió vendiendo otros US$791 millones de las reservas.
Los futuros de esa divisa en la plaza local se negociaban a $25,60 para fin de mes, a $26,49 para fin de junio y a $30,78 para fin de año (cerrarían el día a $24,60, $25,50 y $30, respectivamente), y la tasa que rendía la Lebac más corta, a vencer a mediados de junio (que se colocó al finalmente al 40%) estaba al 47,86% anual.
En ese momento comenzó a trascender que las posturas para renovar o comprar Lebac ya permitían vislumbrar que el BCRA superaría sin traumas ese vencimiento, algo a lo que aportaron el elevado nivel de tasas por validar y los reaseguros y facilidades que dio el Gobierno a grandes inversores para que mantuvieran su exposición al peso.
En simultáneo se instaló el rumor que señalaba que dos grandes fondos de inversión del exterior (se mencionó a BlackRock y Templeton) se habían ofrecido a ingresar unos US$3000 millones al país comprando deuda de corto y mediano plazo, lo que ganó credibilidad minutos después, cuando el Ministerio de Finanzas lanzó una convocatoria inmediata a interesados en comprar la reapertura de los Bonos del Tesoro (Botes) 2023 y 2026 en pesos a tasa fija, a vencer en cinco y ocho años.
La novedad constituyó un revulsivo para el mercado, que se desenganchó de la tendencia mundial y, tras largas semanas de huir del peso para correr al dólar, empezó a hacer lo contrario: vender dólares para lograr pesos y poder suscribir Lebac o Botes. El clic se produjo porque se descuenta que si esos fondos se lanzaron a recomponer su exposición al riesgo argentino es porque cuentan con alguna información (a la que no tiene acceso el resto del mercado) sobre los términos y alcances de la negociación que inició el Gobierno con el FMI y, por lo mismo, se anticiparon a una estabilización del mercado.
El test de las Lebac
El resultado fue una realineación de los precios de la divisa, que hizo caer de $25,51 a $24,67 el precio del dólar minorista, volteó de $24,99 a $24,05 el mayorista (que tocó un mínimo de $23,75) y hundió de $25,15 a $24,40 el precio del «contado con liqui» o dólar bursátil. Esto derramó sobre el resto de los activos.
A eso hay que sumar las mejoras de precio que registraron los bonos de la deuda argentina en dólares, lo que ayudó a comprimir entre «25 y 50 puntos básicos sus tasas de rendimiento, pese al contexto de mercado adverso», observó en su informe diario SBS Group, lo que permitió que el riesgo país cayera de 500 a 482 puntos (-3,6%), pese a que el riesgo emergente subió 1,4% en el día.
A eso se sumó la confirmación de que el BCRA no solo logró renovar los $615.877 millones en Lebac que vencían, sino que además emitió nuevas Letras por unos $ 5000 millones ($620.930 millones, tras haber recibido ofertas de compra por $630.408 millones). Más allá de esta mayor absorción de pesos teórica, el resultado final fue una expansión monetaria de $76.063 millones, debido al pago de intereses.
El éxito tuvo un costo muy elevado: pagó tasas del 40% para las nuevas letras a 35 y 63 días, y del 38% para las que se extienden a cuatro o cinco meses. Pero las dos primeras representan casi 80% del total de la deuda emitida. Esto implica que si en 35 días no logra dejar atrás la tensión financiera habrá otro «supermartes de Lebac», con los riesgos y costos que eso implica. (Javier Blanco/La Nación)