El riesgo país argentino sube fuerte y duplica al de la región
El riesgo país se disparó más que el doble del promedio regional y alcanzó los niveles previos a la renuncia de Prat Gay.
La corrida cambiaria parece haberse atenuado. Con la tasa de interés de referencia en 40% anual, los anuncios de menor déficit fiscal y de acuerdo con el FMI y con ventas de dólar futuro del Banco Central, la moneda estadounidense desaceleró su suba. Pero los efectos de la crisis que se desató el pasado 23 de abril se siguen acumulando: hoy el riesgo país dio un salto del 3,82% y llegó a los 489 puntos básicos.
No es una excepción, desde el 23 del mes pasado, cuando la tasa de interés del bono a 10 años de Estados Unidos superó la barrera del 3% y comenzó la corrida cambiaria en todos los países de la región, el riesgo país argentino viene creciendo al doble que el promedio de la región. Así, mientras el EMBI Latino subió 44 puntos, el argentino subió 87.
La última vez que el riesgo país llegó a 489 puntos fue el pasado 21 de diciembre de 2016 en medio de las dudas sobre la continuidad de Alfonso Prat Gay al frente de la cartera de Hacienda y Finanzas, quien días más tarde renunció a su cargo.
«Todavía no está terminada la corrida cambiaria: el Banco Central siguió operando hoy con futuros de dólar y, con la tasa de referencia en 40%, el tipo de cambio no se aprecia tanto; pero todavía no está controlada la situación», evaluó Gabriel Zelpo, economista en jefe de la consultora Elypsis.
«Hoy la prioridad es calmar a los mercados y necesitamos recuperar confianza interna argentina de nuevo. En ese sentido, en el Gobierno ya hicieron todo lo lógico que se podía hacer: subieron la tasa, redujeron el déficit y van al FMI», consideró Zelpo para quien la discusión sobre los tarifazos no ayuda a la confianza, pero las causas de esta acelerada suba del riesgo país obedece a que «Argentina es de los países financieramente más frágiles en términos globales».
El riesgo país es un indicador de la confianza de los mercados en un país como emisor de deuda y se mide mediante el Emerging Markets Bond Index (EMBI) que calcula el banco de inversiones JP Morgan Chase. Su efecto práctico es cuantificar el excedente de tasa de interés que deben pagar los Estados para endeudarse por encima de la tasa de interés libre de riesgo, que en la práctica es la del bono cuyo rendimiento llegó a 3% y disparó esta oleada de volatilidad.
De hecho, esta fue la segunda disparada del riesgo país. La primera se registró a partir de fines de diciembre, cuando el equipo económico de Mauricio Macri anunció el cambio de las metas de inflación. Días antes, el 20 de diciembre, este indicador había llegado a su mínimo en una década (346 puntos) -valor que no se registraba desde el 6 de noviembre de 2007-. Y desde entonces la desconfianza en Argentina no dejó de crecer.
Hoy, mientras el EMBI de Uruguay, el de Perú y el de Brasil subían 2,27%, 2,11% y 2,76% respectivamente, el de Argentina se disparaba 3,82% en medio de las indefiniciones del Gobierno nacional y en la espera de los condicionamientos que el FMI le impondrá a la macroeconomía a cambio del financiamiento necesario para que Macri pueda seguir adelante con su programa de gradualismo fiscal.
Como reveló LPO, en los mercados no fue bien recibida la conferencia de prensa de Marcos Peña en la que no esbozó ninguna definición económica de relevancia. Lejos de traer calma, la percepción de inconducción golpeó al riesgo país y a las expectativas del mercado. El primer recálculo de las proyecciones para Argentina que llegan de Washington hablan de una baja en el crecimiento esperado para este año al 1% -el FMI ya lo había bajado al 2% contra el 3% que defiende el Gobierno tras la sequía- y ubican la inflación en un piso del 26% para diciembre.
«Resta esperar que el dólar se calme a nivel mundial, dejar correr el tipo de cambio hasta que los que se dedican a tareas productivas dejen de ver el tipo de cambio atractivo, dejen de especular y vuelvan a producir», acotó Zelpo. (La Política Online)