Sólo el 14% de los que viven en asentamientos irregulares en la ciudad tiene acceso a un trabajo formal
Según un relevamiento del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el 21 por ciento está desempleado, el 22 por ciento trabaja en el hogar, y un 19 por ciento está mal remunerado.
Por Guillermo Zysman/La Capital
Sólo el 14 por ciento de los habitantes de los cien asentamientos irregulares que hay en Rosario tiene un empleo formal. Un 21 por ciento está desempleado, el 22 por ciento realiza tareas en el hogar y un 19 por ciento tareas informales mal remuneradas. Además en seis de cada diez viviendas de barrios populares sin servicios, las mujeres son las responsables del hogar. Y pese al avance de las necesidades básicas insatisfechas, en el 40 por ciento de las casi 90 mil personas que viven en estas barriadas, no percibe la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Los datos surgen de un relevamiento efectuado en conjunto entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Cáritas Argentina, Techo y Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep).
La información complementa el adelanto brindado por el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), creado por el gobierno de Mauricio Macri el año pasado, que relevó 333 asentamientos irregulares en la provincia de Santa Fe.
En Rosario los barrios populares detectados fueron más de cien. Se incluyen barrios como Villa Banana, Tiro Suizo, Puente Gallego, Bella Vista, Villa Fanta, La Granada, Cristalería, Industrial, La Bombacha, La Lagunita, Tío Rolo, Barrio Quinta, Las Flores Sur, Vía Honda, Triángulo, Itatí, La Guardia, Triángulo, La Palmera, Nuevo Alberdi Oeste, Mangrullo, Empalme Graneros, San Francisquito, Villa Oculta y Ludueña, entre otros.
Del trabajo de campo también participó la Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe), organismo que será el encargado de llevar adelante la identificación de los inmuebles sujetos a expropiar para luego avanzar con la regularización dominial de las viviendas.
Los indicadores a los que tuvo acceso LaCapital permiten confeccionar una actualizada radiografía socioeconómica de los asentamientos irregulares de la ciudad de Rosario.
Un enfoque cualitativo respecto a la cantidad de personas que viven en zonas marginales donde el 93 por ciento no cuenta con acceso formal a la red de agua corriente, el 98 por ciento no cuenta con cloacas, el 70 por ciento no accede a la red de energía eléctrica de manera formal, y el 98 por ciento tampoco cuenta con red de gas natural.
De acuerdo a los datos desagregados, sólo el 14 por ciento de los habitantes de los asentamientos irregulares tiene un empleo registrado. Un 21 por ciento está desempleado, el 22 por ciento realiza tareas en el hogar y un 19 por ciento tareas informales del estilo changas.
Dentro de los oficios relevados se destacan quienes se dedican a la construcción (39 por ciento), seguido de lejos por los cartoneros (8 por ciento), y el comercio barrial (8 por ciento).
En los barrios populares de Rosario vive un promedio de 1,14 familia por vivienda, y unos 1,42 menores por núcleo habitacional. La media de habitantes por vivienda es de casi cuatro personas (3,84), echando por tierra la imagen instalada en el imaginario colectivo de que son familias, las carenciadas, muy numerosas.
Hombres y mujeres
Aunque hay idéntica cantidad de hombres y mujeres viviendo en estas barriadas, el 60 por ciento de las viviendas humildes de la ciudad están a cargo de jefas de hogar.
En estos barrios, los programas de documentación implementados en los últimos años han dado resultado y el 97 por ciento de la población de los asentamientos irregulares posee su propio DNI.
No obstante, el 40 por ciento de las personas en condiciones de recibir los beneficios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no lo hace, frente al 59 por ciento que lo recibe.
Este indicador también derriba otro mito muy instalado en la sociedad respecto a que en los hogares más postergados, la lógica de la reproducción busca el asistencialismo estatal.
precarios. De acuerdo al estudio, hay 100 asentamientos de este tipo en la ciudad de Rosario, con severos problemas de inserción laboral. (Por Guillermo Zysman/La Capital)