Airoldi despidió a 16 empleados

La empresa no les permitió ayer entrar a trabajar, pese a que aún no les envió los telegramas. Loe empleados marcharan este miércoles.

Air Computers, firma más conocida por todos como Airoldi y que comercializa y ensambla en la ciudad la marca CX, impidió este viernes el ingreso de 16 trabajadores a desempeñar sus tareas. La empresa aún no envió los telegramas de despido, pero se descuenta que lo hará en las próximas horas. En ese marco, los empleados planean una movilización para el miércoles (tras el fin de semana largo) a las puertas de la sede local del Ministerio de Trabajo santafesino.

Según explicaron en off algunos empleados consultados, todo se precipitó el día jueves, cuando las propias autoridades de la compañía llamaron a 16 empleados para decirles que estaban despedidos y que no debían presentarse a trabajar el día siguiente.

En la misma conversación les comentaron que en las próximas horas serían citados para acordar la indemnización.

La compañía aún no ejecutó ninguna notificación formal. Por lo que este viernes los trabajadores cesanteados igual se presentaron a sus puestos. Pero las propias autoridades de Air Computers frenaron el ingreso. El hecho provocó que los empleados se agolparan en la puerta de la casa central -ubicada en San Nicolás 1450-, armando una virtual asamblea.

Catorce de los despedidos trabajan en esa sucursal. Mientras que los otros dos lo hacen en Corrientes 733, en el local comercial.

Los trabajadores planean ahora –junto al sindicato de Empleados de Comercio- una movilización para el miércoles próximo a la mañana. La idea es marchar a la sede local del Ministerio de Trabajo santafesino, en San Lorenzo y Ovidio Lagos.

Silencio

Más allá del malestar que generó la situación, los propios empleados prefirieron ayer mantener el bajo perfil y evitaron hacer declaraciones públicas a la espera de ver como continúa el conflicto. Así, poco y nada se pudo saber sobre el motivo que llevó a la firma a despedir.

Por lo pronto, todo se da luego de que el gobierno nacional pusiera en práctica el año pasado la medida que estableció la quita de aranceles para productos informáticos importados.

Por entonces, Sergio Airoldi, socio y gerente general de Air Computers, sostuvo que la medida reemplazaría automáticamente productos locales por cajas hechas “con mano de obra extranjera”.

Airoldi señaló también en enero del año pasado que era difícil proyectar un cifra de fuentes de trabajo afectadas, pero dijo no tener dudas que la medida “impactaría de lleno” en la industria local.

Además aventuró que –en su caso- la iniciativa del gobierno de Mauricio Macri lo iba a llevar a poner el foco en la distribución, relegando así la producción, que actualmente ocupa el 25% de su negocio. “Estamos haciendo malabares para reacomodar a la gente, pero no es fácil con este panorama”, señaló por entonces al portal rosarioplus.com.

El empresario estimó que la producción quedaría para “proyectos muy puntuales” y que se acabaría “el armado y ensamblado”.

“La escala de producción va a estar en China con este nuevo escenario”, explicó.

La resolución

El decreto publicado en el Boletín Oficial en febrero del año pasado alcanza tanto a la importación de componentes como a la de productos terminados, léase notebooks, tablets y computadoras. Así, ya no hay que pagar ni un solo peso para traer alguna de esta mercadería desde el exterior. La normativa tiene como fin bajar los actuales precios de góndola.

La resolución encendió las alarmas entre fabricantes, ensambladores y dirigentes gremiales, quienes venían reclamando una “gradualidad” en la reducción de los porcentajes para poder acomodarse a la nueva coyuntura. Pero las esperanzas se esfumaron con el decreto.

Quienes trabajan día a día en el sector de la informática estimaron desde un principio una pérdida de más de diez mil puestos de trabajo en todo el país.

En enero de 2017, por ejemplo, la empresa PC Arts Argentina, que controla la marca Banghó, anunció el cierre de su planta ubicada en Vicente López, Buenos Aires.

En tanto, las suspensiones alcanzaron a muchas firmas del sector. La mayoría de los empresarios paralizaron por entonces los pedidos de insumos a la espera del nuevo esquema comercial. Al 31 de enero del año pasado ya se contabilizaban tres mil despidos en todo el país.

En Santa Fe, el impacto alcanza a más de mil trabajadores, según los cálculos que hacen las cámaras que nuclean a las empresas del rubro. Hay ciento de pymes en toda la provincia que se dedican a este rubro tecnológico. (El Ciudadano)