Central perdió en Tucumán y la chance de ascender es cada vez menor
En su excursión por tierras tucumanas, Central dio otro paso. No sólo porque futbolísticamente no encontró los argumentos como para no volverse con las manos vacías, sino también porque sigue perdiendo terreno con los de arriba y el objetivo del ascenso empieza a asomar como una quimera. Al final fue 2 a 1 ante San Martín, en un partido cambiante en el que la derrota fue un castigo excesivo para un equipo que fue el que más buscó y el que más mereció, pero que terminó cayendo por sus propios errores.
Fue así en el primer gol de los tucumanos, cuando Ballini le cometió un penal infantil a Ledesma, que Bustos cambió por gol, en el mejor momento de Central en el partido. Y se repitió en el segundo, con todo el equipo canalla buscando el segundo y reagalándole una contra al santo tucumano, que Fernández coronó con una notable definición.
En el medio llegó el empate transitorio de Medina, que apareció para enviar al gol un centro desde la derecha de Carrizo, en lo que significó un soplo de aire fresco para el canalla, que por entonces, lograba rescatar un punto muy exíguo de acuerdo a los méritos hechos por uno y otro a lo largo del partido.
Porque si bien el primer tiempo fue olvidable en líneas generales, donde lo ordinario, impreciso y desordenado del juego matizaron los minutos iniciales, el comienzo del complemento mostró la mejor cara del canalla.
Con un De León más movedizo, que rotaba por todo el frente de ataque y las apariciones por sorpresa y vacío de Vismara denotaban la intención de Central de quedarse con los tres puntos.
Así se sucedieron las situaciones para Central, que no encontró en el arco rival lo que generó en el juego, sin que este llegara a ser muy vistoso. Lo tuvo Vismara, a los 5′; dos minutos más tarde la chance fue para De León; y también en un remate de Carrizo desde fuera del área, que rebitó en un defensor.
Central era más, pero no lo plasmaba en el resultado. Y en la primera aporximación del santo tucumano se encontró con el regalo de Ballini, para que Bustos pusiera el primero.
Rivoira tiró toda la carne al asador, puso a Medina, primero, y a Toledo, después, y fue en busca del empate.
Lo tuvo Carrizo, pero se le fue cerca; Braghieri, a los 27, la tocó débil dentro del área y un defensor la sacó casi en la línea, y un minuto después, un cabezazo de Lucho Figueroa terminó arriba del travesaño por muy poco.
Hasta que encontró el empate, paradójicamente en una contra, que armó Carrizo y que definió Medina.
Pero como para demostrar que Central no liga ni cuando lo merece, en su afán por ganar dejó más espacios de los recomendables en el fondo y en una contra Fernández liquidó el partido con una soberbia definición para dejar a Central sufriendo, con las manos vacías otra vez y viendo como el objetivo del ascenso directo le empieza a quedar más lejos.