Lo asesinaron de un disparo en el pecho frente a su casa
En la zona atribuyen el crimen de Martín Mendoza a un conflicto de la víctima con un grupo narco. Detienen a un chico de 17 años
En barrio Godoy no llamó la atención el destino final de Martín Miguel Mendoza, el chico de 19 años hallado muerto con un tiro en el pecho el lunes a la madrugada frente a su casa de calle 1735 al 7800, en el extremo oeste de Rosario. Es que según los vecinos, así se selló un conflicto con trasfondo de consumo y venta de droga que mantenía la víctima y sus hermanos con una banda que tiene base a pocas cuadras del lugar y donde horas más tarde fue detenido un pibe de 17 años como principal sospechoso del homicidio.
A las gavillas que intentan acaparar terreno para la venta de droga ya no los amedrenta ni la presencia de un móvil de Gendarmería en Colombres y calle 1735, que custodia la casa de una vecina que se cansó de denunciar la venta de estupefacientes en esa zona (ver aparte).
Así quedó demostrado a las 0.20 del lunes, cuando Mendoza se desvaneció justo frente a su casa de Crisólogo Larralde y calle 1735 luego de que un balazo que le destrozara el pecho. Como hasta anoche se desconocía la mecánica del hecho, no estaba claro si había sido baleado en el lugar o si se trasladó allí por sus propios medios luego de ser acatado.
Lo cierto es que sus familiares salieron a auxiliarlo y lo llevaron al policlínico San Martín. Pero los médicos de la guardia no pudieron salvarlo: ya estaba muerto al llegar.
Al mismo tiempo personal de la comisaría 32ª, del Comando Radioeléctrico y de la brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) montó un amplio operativo con un dato clave aportado por un testigo: se señaló como autor del disparo a un joven apodado «Rulo».
Con ese dato los policías se movieron por la zona de Bertolé al 7800, a seis cuadras del hecho, donde detuvieron a un chico de 17 años identificado como Alexis T. Su situación procesal deberá ser resuelta por la Justicia de Menores.
Karatecas
Los hermanos Mendoza viven con sus padres en barrio Godoy desde que nacieron. Junto a sus amigos se hicieron conocidos como «la banda de los karatecas», dicen, por sus andanzas algo violentas, muchas veces condicionados por la problemática de la adicción a las drogas.
Esa situación, según pudo averiguar LaCapital, los empujó a los vaivenes del negocio y a relacionarse de manera más estrecha con transas que trabajan para algunos «nuevos» narcos que pusieron el pie en la zona.
En ese contexto, una versión que circuló con fuerza ayer entre los allegados a la pesquisa es que Mendoza sufrió las graves consecuencias que acarrea quedarse con algo de la jugosa rentabilidad del negocio. No se sabe si en mercadería o dinero, pero el joven pagó con su vida.
«Se vivían cagando a tiros con otra banda que está por Bertolé. Era sabido que en algún momento esto iba a terminar así», dijo una persona del barrio a la que no le sorprendió el fatal destino de Mendoza, abonando a la hipótesis del conflicto entre bandas y sin saber que su visión del hecho ya tenía como dato objetivo la detención del menor en la zona ubicada como conflictiva. (La Capital)