La demanda de dólares se disparó y el precio no encuentra su techo
Sin la intervención del BCRA y con un abultado volumen de negocios, la divisa se disparó. La suba «no es una variable de crisis», dijo Peña
Tras la tregua del lunes, el dólar marcó ayer un nuevo récord al trepar hasta $ 20,61 en la city porteña, en una jornada con una fuerte demanda y sin intervención del Banco Central. En Rosario, el cierre del día se ubicó en 20,62 pesos.
En algunas entidades financieras, el billete verde terminó la jornada a $ 20,70. El anterior récord había sido registrado el viernes pasado, cuando la divisa había llegado a $20,54. El dólar mayorista también operó en niveles históricos al escalar trece centavos, a $20,34.
Operadores resaltaron que en el segmento de las grandes operaciones se trató del nivel más alto desde 2002.
Analizaron que se mantuvo una marcada corriente compradora, en una rueda sin intervención oficial. El volumen operado en el segmento de contado fue de u$s 752,990 millones.
En el inicio de semana, el Banco Central tuvo una participación vendedora por u$s 30 millones, en lo que fue su primera intervención directa desde agosto último.
Así, el Banco Central intervino para frenar la fuerte escalada del dólar, que finalmente el lunes cerró con un retroceso de dos centavos a $20,52.
En ese escenario, analistas de la city porteña estimaron que la demanda por cobertura se va a sostener al menos en el corto plazo.
Según los datos del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), los pronósticos del nivel de tipo de cambio nominal promedio mensual esperado para los próximos seis meses se ubican entre $ 20,10 y $ 21,10.
«Las expectativas sobre esta variable se corrigieron al alza para todos los períodos relevados respecto de la encuesta previa», indicó la autoridad monetaria, y subrayó que «para fines de 2018, los analistas proyectan que el tipo de cambio nominal alcanzará $ 22 promedio mensual».
El jefe de Gabinete del gobierno nacional, Marcos Peña, relativizó el impacto del alza de la divisa y fantaseó con que el dólar «no es una variable de crisis en la Argentina». También aseguró que el gobierno está «cómodo» con el tipo de cambio actual.
«Los movimientos del dólar, que a veces sube y a veces baja, no repercuten en una crisis económica, como fue en otros momentos del país», recitó el funcionario.
En declaraciones a radio La Red, el jefe de Gabinete subrayó: «Confiamos en el Banco Central, que tiene la tarea de cuidar la moneda».
Peña ratificó también la pauta inflacionaria del 15 por ciento fijada para este año, a pesar del alza del dólar. El ministro coordinador confió en que el índice del costo de vida «va a seguir bajando este año y el año que viene, hasta que se logre, finalmente, que no sea parte de la ecuación económica».
Una tarea «imposible»
Un reporte del Centro de Estudios de la Nueva Economía (Cene) de la Universidad de Belgrano indicó que reducir la inflación al 17 por ciento anual en medio de ajustes tarifarios y con elevado déficit fiscal es imposible.
«La actual administración se planteó dos objetivos contrapuestos: bajar drásticamente la inflación y superar el atraso tarifario acumulado en la década pasada», señaló al respecto Víctor Beker, director del Cene.
El especialista interpretó que los ajustes tarifarios, por naturaleza, son inflacionarios en el corto plazo. «Cuando la variación anual de los precios regulados es del 38,7 por ciento anual, como ocurrió en 2017, resulta imposible que la inflación esté en el 17 por ciento», agregó. (La Capital)