La inseguridad no para: Asesinaron a balazos a un ciclista en el acceso sur
Sergio Díaz tenía 39 años y había estado sospechado por el crimen de Isabel Cantero. Ya habían matado a un hermano suyo que era ajeno al conflicto
La ola de asesinatos con la que se inició el año en Rosario sumó anoche un nuevo crimen que, en principio, obedecería a una venganza por el homicidio de Isabel Petrona «Chabela» Cantero, la hermana de Ariel Máximo «Viejo» Cantero asesinada en junio del año pasado (ver aparte). La nueva víctima se llamaba Sergio David Díaz, tenía 39 años, y fue baleado desde un auto mientras iba en bicicleta por el acceso Sur.
Díaz era pareja de María de los Angeles «Pato» Schneider y había estado demorado con ella como sospechosos del crimen de Chabela. A su vez, un hermano suyo fue asesinado en julio pasado en un ataque que al parecer había estado dirigido contra él. El homicidio es investigado por la fiscal de Homicidios Georgina Pairola, casualmente a cargo de la investigación del crimen de Chabela.
Fuego por la ventanilla
El hecho ocurrió ayer alrededor de las 20.30 donde el acceso Sur se va confundiendo con la circunvalación, antes del límite con Villa Gobernador Gálvez. Por allí circulaba Díaz en una bicicleta desvencijada en dirección a Rosario cuando, según señalaron testigos, se le aproximó un Peugeot 207 blanco y desde la ventanilla le tiraron una ráfaga de disparos. Al menos dos balazos alcanzaron a Díaz, que murió en el lugar.
«Vimos poco. El auto que apareció y después el fuego que salía de una ventanilla», comentó un hombre que entrenaba en la zona y vio cómo el auto se ponía a tiro del rodado pero en lugar de atropellar al ciclista comenzaron a dispararle.
Minutos después comenzaron a llegar familiares directos de Díaz de apellido Schneider. Y cuando arribó al lugar la fiscal Georgina Pairola, la increparon a los gritos. «Gila, ahora lo mataron a Sergio, que esperás para meterlos a todos presos», le dijo una mujer, mientras otra vociferaba: «Vendo pañuelitos en el centro para poder comer y me metiste presa. Dos días me comí por nada».
«Esto es un ajuste de cuentas. Teníamos custodia pero todos estamos amenazados, hasta a mi hijo de 13 años lo amenazaron y ahora esto», decía una mujer, familiar de la víctima, enardecida.
En ese marco, un familiar de Díaz vinculó este crimen al de su hermano Gustavo. «Ya habían matado al hermano de Sergio», dijo en recuerdo de la muerte de Gustavo César Díaz, un hombre de 39 años que fue asesinado el 14 de julio pasado a pocas cuadras de donde cayó Sergio, en acceso Sur al 4100, a unos 30 metros de Uriburu, en la villa Manuelita.
Bronca
En efecto, el crimen de Sergio Díaz es al menos el tercero vinculado con el homicidio de Chabela. En julio pasado fue asesinado su hermano Gustavo, a quien Sergio había ido a pedir refugio luego de que quemaran su casa y lo obligaran a abandonar el barrio Las Flores.
Fue la noche del miércoles 12 de julio cuando desconocidos llegaron a la puerta de una casa de la colectora del acceso Sur al 4100, en la villa Manuelita, y comenzaron a disparar a sangre fría al interior de la vivienda. Gustavo recibió un plomo en el pecho, otros dos hirieron en la pierna a uno de los hijos de la pareja y una bala mató a uno de los perros.
«Corrieron la cortina, metieron la mano y empezaron a disparar. Sentía el zumbido de los proyectiles en el medio de una nube de humo blanco. Un balazo le pegó en el pecho a mi marido y me lo mató. Otro hirió a mi hijo de 10 años. Me mataron uno de los perros», explicó casi deshauciada Melisa, la viuda de Gustavo Díaz.
Según el relato de la mujer, en un momento se estacionaron frente a la vivienda un auto y una moto. Al menos un hombre armado bajó, fue hasta la precaria ventana sin vidrios de la casa, corrió con el arma la cortina y comenzó a disparar. Los plomos surcaron el estrecho rectángulo matando a Gustavo, quien cayó sobre una cama de una plaza.
«Esta bronca —agregó entonces la mujer— vino por mi cuñado David, que es de Las Flores y después de ese crimen le quemaron todo. Por eso vino a pedirle al hermano un lugarcito en el terreno, para vivir aquí. Eso fue horas antes del ataque».
Por la nuca
Pero no fue ese el único crimen que podría considerarse como un vuelto del asesinato de Chabela. El 7 de agosto de 2017 murió José Luis Schneider luego de quince días de agonía con muerte cerebral en el Hospital Clemente Alvarez.
El hombre de 40 años había sido baleado el 22 de julio, alrededor de las 22.30, en Guaria Morada y Petunia del barrio Las Flores. El hombre recibió un balazo que le ingresó por la nuca, con orificio de salida por la frente. La mecánica, sin testigos, tuvo los rasgos de una ejecución a corta distancia. No se oyó una discusión previa ni el ruido de un motor.
«Se escuchó un solo disparo y cuando salimos este hombre ya agonizaba tirado en el puentecito», dijeron por esos días a este diario dos vecinas que la mañana siguiente barrían la vereda junto a la zanja.
La investigación de ese caso quedó a cargo del fiscal de Homicidios Adrián Spelta, quien no descartó que el ataque se hubiese concretado para vengar el crimen de Chabela, teniendo en cuenta que el ataque, con un único y selectivo disparo dirigido a la víctima en el mismo barrio, abonaba esa hipótesis. (La Capital)