Cuadro de situación en un verano muy caliente
Al Presidente no le cierra – ni le cerrará – la inflación por más que intenten torturar los números hasta que confiesen lo que quieren (Mancur Olson dixit); pero tiene todo este año para intentarlo.
La libertad de Boudou, festejada hasta el paroxismo por el kirchnerismo, ya no le interesa a nadie: es un cadáver político y cívico como todos los demás políticos y gremialistas presos; ahora la atención está focalizada en el sindicalismo matrero y su domesticación para conseguir la reforma laboral.
Dicen los medios que Marcos Peña mandó a confeccionar un mapa de posibles triunfos de Cambiemos el año que viene, y le previeron 14 Provincias, entre ellas Santa Fe con la imprescindible ciudad de Rosario, cabecera de playa si se quiere conquistar el resto.
Rubén Galassi, ex- Jefe de gabinete de Antonio Bonfatti y actual líder del bloque de diputados socialistas aseveró en un matutino rosarino que «de nosotros depende que no gane Cambiemos», a la vez que disintió con el término «relanzamiento» del FPCyS, sino mas bien – dice – «redefinir los objetivos, para determinar para qué está hoy el Frente en Rosario, Santa Fe y Argentina».
Dijimos en esta columna que el mes de marzo, a más tardar, es el punto de llegada y de partida para las aspiraciones reformistas de Miguel Lifschitz: hasta allí habrá llegado el Gobernador en su intento por reformar la Constitución. Si le sale bien, será la línea de partida para ir por su segundo mandato; caso contrario, se abrirá la sucesión.
«Ya tengo el sucesor», recordemos que advirtió. En su fuero íntimo el Gobernador presiente que no podrá entrar en la historia por ese acontecimiento. El peronismo no le dará el aval y los propios – socialistas y radicales- oscilan demasiado. Pues entonces, seguramente en la placidez serrana de sus vacaciones ya habrá armado el teatro de operaciones para este año.
Para muchos, la primer señal política la dio con la docena de vetos a leyes votadas por senadores peronistas, y un par que llegaron con la rúbrica de autor de nada menos que del presidente de la Cámara de Diputados Antonio Bonfatti (y Galassi). Si bien leyendo los argumentos técnicos de los vetos podrían justificarse, «esto es política, y son actitudes, no había necesidad», valoró un conspicuo dirigente del Frente que advierte en la decisión gubernamental un sesgo de gestión de aquí en más.
Lifschitz juega fuerte. Cuando arreciaban los rumores sobre la intención de reformar la Constitución para ir por su reelección, quemó las naves admitiendo que no solo le gustaría, sino que necesitaría de un segundo mandato para completar su obra de gobierno, obligando a los propios a que si se definen «reformistas» (como se pronunciaron públicamente Galassi y Bonfatti) sepan que la reforma deberá contener explícitamente la reelección.
Hoy le veta 13 leyes a los que sospecha no se la darán. Y envía al parlamento un ramo de mensajes para un azaroso tratamiento en extraordinarias, que una vez más pondrá a prueba la paciencia de los propios.
Escenarios políticos
El peronismo santafesino es un ejército desbandado con patrullas que pelean sus propias batallas. Un grupo de senadores le trazan la raya en el suelo a Omar Perotti, proponiendo a la flamante diputada Alejandra Rodenas como pre candidata a gobernadora para el año que viene, y obligando al dos veces candidato a gobernador a salir en los medios para aclarar que aspira de manera indubitable a sentarse en el sillón del Brigadier.
El radicalismo, que antes del 2007 era una especie sobreviviente de la política gracias a su historia, hoy saborea las mieles del poder – compartido con el socialismo – y no está dispuesto a rifarlo a manos del confuso FPCyS si Cambiemos le ofrece la posibilidad de continuar co-gobernando de la mano de José Corral.
El PRO santafesino sigue siendo una construcción mas subliminal que efectiva en el escenario territorial, atado a los vaivenes de la política nacional.
De todos modos, haber ganado de manera contundente la ciudad de Rosario en la elección local con un candidato pura sangre (Roy López Molina) y demostrado que con el sello Cambiemos – ergo Macri – llevando un casi desconocido candidato radical (Niky Cantard) también se podía triunfar en toda la Provincia, ubica al Partido de Macri en una posición de fuerza interesante en las negociaciones con la parte radical accionaria.
El socialismo, en lugar de copar la parada haciendo valer sus títulos de probada gestión, se desangra en sus cada vez más visibles internas que desorientan a sus socios estratégicos y envalentonan a los rivales, sean éstos PRO o el propio peronismo, visibilizando además una imagen de turbadora debilidad electoral cuando alientan la conformación de nuevas y hasta extravagantes alianzas, que bien podrían terminar expulsando a los indecisos socios radicales.
«El panorama es complejo; en política es inaplicable la alquimia. Los procesos sociales que se proyectan en la política pueden ser previsibles, pero son además indescrifrables, entonces uno puede actuar en consecuencia, pero es casi imposible revertirlos; aparecen como desafíos pero suelen ser certezas irreductibles», reflexionó, crudamente, un gurú de la política vernácula.
SanCor rumbo a su destino: fusionarse con Fonterra
Todo lo que publicamos en estas páginas se fue cumpliendo de manera inexorable; inclusive lo que para muchos había sido calificado como un delirio: desprenderse la participación accionaria en Arla Foods Ingredients S.A. (AFISA) para cumplir con uno de los requisitos de Fonterra: pagar las deudas e indemnizar personal.
La otra prerrogativa del futuro socio (¿o dueño?) neozelandés es recomprar toda la línea de frescos que vendió a mediados de 2017 al grupo Vicentín en 100 millones de dólares. Fonterra quiere ingresar al mercado latinoamericano de la mano de SanCor y sus afamados productos frescos.
Oficialmente es escueto comunicado de prensa dio cuenta de la autorización de los asociados a SanCor para vender las acciones de AFISA a los fines de continuar con «los lineamientos establecidos en el denominado “Plan SanCor” -aprobado en mayo de 2017-, con el propósito de ordenar la operatoria de la Cooperativa. Esto ratifica la línea emprendida por la Cooperativa para lograr su saneamiento y futura asociación estratégica».
Pero el comunicado interno del presidente José Gastaldi a los socios blanquea los reales intereses: «generar recursos para avanzar en los planes de reorganización integral de la Cooperativa». O sea 33 millones y medio de dólares, la parte de SanCor descontando una deuda existente.
Fonterra tenía intenciones de comprar Arla Foods, pero los 96 millones de dólares que los suecos-daneses cotizaron la planta de porteña les pareció oneroso, toda vez que existen otras tecnologías para procesar el suero de leche que son mas económicas que las existentes en Porteña.
«Todavía no hay nada firmado con SanCor; aún restan muchos aspectos técnicos y contables por revisar, pero nos pone felices lo que sucedió el viernes», nos confesó un negociador de Fonterra.
SanCor es un «leading case» de lo que pretende el gobierno de Mauricio Macri en su ansiada reforma laboral.
Próxima batalla política y mediática nacional.