Prisión preventiva para el hombre que baleó la casa de su expareja
Deberá purgar siete días de prisión preventiva y enfrentar luego otra audiencia. Él negó los hechos. «Jamás haría algo así», aseguró.
Damián Rodrigo C. está detenido desde el miércoles acusado de efectuar al menos 15 disparos con un arma de guerra contra la casa en la que viven su ex esposa y dos de sus hijos, en la zona sur. Ayer fue sometido a una audiencia imputativa en la que la Fiscalía le atribuyó el hecho y el juez resolvió que quedara una semana con prisión preventiva. El sospechoso hizo uso de su derecho a declarar y negó las acusaciones en su contra.
Abuso de arma, portación ilegal de arma de guerra, amenazas coactivas, daño y desobediencia a una orden judicial, fueron los delitos que la fiscal Mariángeles Lagar solicitó que le sean imputados al hombre de 35 años.
Lo hizo frente al juez Luis María Caterina, que presidió la audiencia imputativa que se celebró ayer al mediodía en el primer piso de los Tribunales provinciales.
También solicitó que quedara en prisión preventiva por tiempo indeterminado, pero el magistrado resolvió imponerle esa medida cautelar por una semana, por lo que el jueves próximo deberá realizarse una nueva audiencia para determinar si seguirá o no privado de la libertad.
Además, Lagar solicitó que se le imputara otro hecho de violencia que fue denunciado el 3 noviembre de 2016. Le achacan haber entrado a la vivienda a las 9.45 a través del patio violando una prohibición de acercamiento y haber amenazado a su ex mujer: «Si me dejás, te fajo y te mato». Por ese hecho le imputaron los delitos de violación de domicilio, desobediencia de orden judicial y amenazas coactivas.
Calvario
C. fue detenido el martes pasado cerca de las 22.20. Su ex mujer, Romina P., de 35 años, estaba con sus hijas de 9 y 16 años a punto de sentarse a comer en su departamento de la planta baja del núcleo 15 del Fonavi de Lorenzini 4656, cuando una ráfaga de balas calibre 9 milímetros atravesó la puerta de chapa y la ventana.
Las tres se tiraron al piso y se arrastraron hasta la pieza. Según denunciaron ante la policía y la justicia, desde afuera los atacantes se identificaron con el apellido del acusado, y cuando salieron se encontraron con una amenaza escrita en el reverso de un recibo. «Romina: te doy dos días para que te vayas con todas tus cosas. Usted sabe lo que hizo. Quiero el departamento vacío. Si llama a la policía le vamos a matar a su hija», decía.
El domingo anterior al ataque, Romina había conseguido que el Juzgado de Familia Nº 3 ordenara a su ex marido que abandonara la vivienda para que ella la pudiera habitar.
C. fue detenido el miércoles en la casa de sus padres, en pasaje Suárez al 5600. El mismo día, Romina habló con La Capital y aseguró tener mucho miedo de que la maten a ella o a sus hijas. Tiene una carpeta con denuncias por violencia de género y familiar contra su ex marido. La primera la realizó en octubre de 2016, cuando se separó. Están denunciadas amenazas, golpes, violaciones, incumplimiento de la cuota de alimentos, y otras cuantas vejaciones. Contra ella y contra los tres hijos que tienen en común.
«Nunca haría algo así»
Durante la audiencia de ayer, C. —asesorado por los letrados Patricia Guzmán y César Ceragioli— hizo uso del derecho a declarar. Por su carácter de sospechoso, para hacerlo no debe prestar juramento a decir verdad. Todo lo que dijo se orientó a exonerarse de las acusaciones en su contra: las de la balacera del martes y las anteriores por violencia de género.
«Yo nunca hubiese hecho algo así. Nunca dispararía contra la casa de mis hijas. Tengo dos criaturas viviendo ahí y las amo con toda mi alma», sostuvo.
Negó todas las acusaciones que le hizo su ex mujer y la acusó a ella de violenta, golpeadora, drogadicta y abusadora. También dijo que cuando él vivía en la casa lo atacaron a balazos, y culpó de eso a los hermanos de su ex mujer.
En este sentido, el hombre dijo que después de la separación, mientras su hija mayor vivía con él, la joven hizo una denuncia en contra de Romina y de su pareja por abuso sexual. Y que, pese a eso, hace unos meses la adolescente se fue a vivir con su madre. Según el imputado, la chica tomó esa decisión cuando él intentó ponerle límites a su «rebeldía».
Consultada tras la audiencia al respecto, Romina fue contundente: «Cuando mi hija volvió a vivir conmigo fuimos a Tribunales y hablamos con un juez de Familia para que ella dijera con quién quería vivir. Yo sé cómo es él y sé que tengo que hacer todo a través de la Justicia», dijo.
«Esa denuncia (por abuso en su contra) existe, y mi hija me dijo que él y su familia la llevaron a hacerla, que la obligaron a mentir. Yo no quiero que me crean a mí. Quiero que mi hija (de 16 años) pase por una Cámara Gesell y que hable ella. Cuando me separé, mis hijos mayores decidieron quedarse con el papá, pero la más chiquita (de 9 años) habló en Cámara Gesell y el juez decidió que se quedara conmigo», enfatizó, y dijo que está dispuesta a hacerse análisis de sangre para probar que ella no consume ningún tipo de sustancias.
«Ya no sé qué hacer. Desde que pasó todo esto no salimos de mi casa. Comemos y dormimos en el piso porque tenemos miedo de que pase algo», se lamentó Romina.
Le asestó diez puñaladas a su esposa: hoy va a audiencia
Un hombre será sometido hoy en Tribunales a una audiencia imputativa tras haber sido detenido el miércoles cuando le asestaba una decena de puñaladas a su mujer.
La tremenda agresión fue presenciada por la pequeña hija de ambos, de cinco años, que fue retirada del lugar por la policía.
El ataque se desencadenó en una vivienda de Carbia al 900. Allí, la policía detuvo a Edgardo F. en momentos en que agredía a su mujer, Paola A.
La joven sufrió heridas cortantes en los brazos, torso y cuero cabelludo, que motivaron su internación en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde evoluciona favorablemente.
Interviene en el caso el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Ademar Bianchini. (La Capital)