Isabel Hilton: «Corea del Norte no renunciará a sus armas nucleares»
La exposición de fuerzas militares de sus enemigos “de ninguna manera hará que Corea del Norte renuncie al desarrollo de sus armas nucleares”, según el análisis de la experta británica Isabel Hilton.
La que así opina es una profesional educada en a Universidad de Edimburgo, donde estudió chino hasta el nivel de posgrado.
Hilton, quien se desempeñó como secretaria de la Asociación China-Escocesa, fue incluida en la lista de “Árbol de Navidad”, del MI5 -agencia de inteligencia inglesa-, impidiéndole trabajar en la BBC en 1976. Con el tiempo llegó a convertirse en redactora del Daily Espress.
Luego de haberse desempeñado como editora de Asuntos Latinoamericanos en el Sunday Times, se mudó a Wapping y se unió a The Independent en 1986, donde ocupó el mismo cargo en la redacción del mismo. Once años más tarde comenzó a escribir regularmente una columna en The Guardian.
La especialista, que llegó a ser la presentadora en The World Tonight, en el período 1995-98 en la BBC agregó: “Con sus pruebas de misiles, Pyongyang quiere mostrarse como un Estado nuclear”.
Hilton, que reció la Orden del Imperio Británico, subrayó: “Cada día que pasa está más claro que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con sus destempladas medidas está aislando a su país, teniendo como marco a una China que trabaja a favor de su globalización militar, comercial y tecnológica, mientras Europa, paralelamente, ve crecer sus problemas derivados de la interminable crisis de los refugiados”.
Entendemos que lo apuntado es utilizado actualmente por Corea del Norte para avanzar con sus ensayos nucleares y el lanzamiento de sus misiles intercontinentales, mientras paralelamente hostiga a Corea del Sur y a Japón, viéndose Rusia obligado a intervenir para que se bajen los decibeles con la finalidad de evitar un error que provoque un malentendido y que el mismo desemboque en una catástrofe nuclear.
Hilton, CEO de China Dialogue, un sitio especializado en China con agencias informativas y comerciales en Beijing, Londres y la propia Nueva York, entiende que “no hay muchos intérpretes del clan norcoreano”.
La ex periodista de The New Yorker en declaraciones formuladas a medios internacionales señaló que “Las múltiples operaciones de fuerza de ataque de portaaviones son muy complejas, y los ejercicios navales norteamericanos en el Pacífico occidental es un fuerte testimonio de la capacidad única de la flota del Pacífico de Estados Unidos y su firme compromiso con la continua seguridad y estabilidad de la región».
Asimismo, recientemente buques estadounidenses realizaron simulacros a ambos lados de las aguas que separan la península de Corea y Japón. Los ejercicios más cercanos a la costa de Corea involucraron barcos de EE.UU. y Corea del Sur, mientras que en los más cercanos a Japón participaron barcos estadounidenses y japoneses.
La presencia de la flotilla de portaaviones y un submarino nuclear, en aguas del Pacífico, se considera una señal para Corea del Norte de que EE.UU. no se dejará intimidar por las continuas pruebas de Pyongyang de armas nucleares y misiles balísticos.
La periodista que nos ocupa, vale destacarlo, entiende que “hay una crisis inmediata y una crisis a largo plazo. La crisis inmediata es el impacto que tienen las pruebas de Corea del Norte. Pero esas pruebas son también bastante lógicas. Si uno está desarrollando esas armas, hay que hacer las pruebas. Y esto no es una sorpresa. La crisis a largo plazo es que si el mundo puede aceptar o no que Corea del Norte sea un estado con armas nucleares. Para mí esto ya es un hecho. Para manejar esa nueva situación tenemos que pensar: ¿Qué quiere Corea del Norte finalmente?, ¿qué podemos hacer para que esto no sea una crisis permanente?
La redactora ha dejado trascender que en el tiempo no va a haber otra posibilidad que aceptar el desarrollo nuclear norcoreano, ya que ocurrió lo propio con Pakistán, India e Irán. Entendemos que es así como lo ven China, Rusia y otros países
La experiencia internacional muestra que nadie quiere una guerra. Ni Corea del Norte, ni Japón, ni Corea del Sur. Esto no ayuda y el hecho que Corea del Norte tenga armas nucleares no indica el deseo de usarlas. Esta es una distinción que uno acepta para otros países nucleares como Pakistán e India. Incluso, vale destacarlo: Pakistán no es más estable que Corea del Norte.
“Tenemos que aceptar que cuando un país adquiere armas nucleares, son muy pocos los que renuncian. Y cuando renuncian -como Libia- no terminan bien. Entonces hemos creado una situación donde un país vulnerable, débil, pobre como Corea del Norte, puede convencerse que esto es su seguridad. Con este criterio, si lo amenazan, va a querer tener más armas nucleares”, opinó Hilton.
Es nuestra humilde opinión que Corea del Norte no entregará su programa nuclear, aunque podemos acordar que en ese país hay una tendencia a caricaturizar el poder y Estados Unidos, para colmo, a pesar que posee los recursos de inteligencia militar más sofisticados, casi no posee espías en Corea del Norte. Sólo recibió información calificada de desertores, entre los que se encontraría el chef del padre de Kim Jong Un, quien juega con el logro del desarrollo nuclear para presionar desde hace cinco años.
Debido al desarrollo enunciado Kim Jong Un ha logrado respuestas directas de Estados Unidos en sólo 6 meses, lo que indica que –en sus propios términos-, el gobierno norcoreano está teniendo éxito, limitado, pero éxito al fin con su escalada de prepotencia.
Hilton entiende que “ante esto, Estados Unidos tiene que calmarse, callarse y hacer diplomacia tranquila, con los poderes que pueden ayudarlo, que son: Rusia, China y los vecinos”.
Un poco de historia
El gabinete militar yanqui, por ahora, frena a Trump para que no caiga en errores estratégicos y aproveche que China está furiosa con Corea del Norte, cuyo programa nuclear se remonta al abuelo del actual presidente y fundador del régimen norcoreano: Kim II Sung.
Al morir Mao, Corea del Norte comenzó a perder la confianza en China como garantía de seguridad. Posteriormente, cuando Deng Xiaoping se abrió a los Estados Unidos y finalmente a Corea del Sur, Kim Il Sung concluyó que Corea del Norte necesitaba armas nucleares para asegurar la supervivencia del régimen. Estamos sufriendo hoy la conclusión de este proceso.
Es muy peligroso, pero del punto de vista de Pyongyang no es irracional. Corea del Norte figuró en la famosa lista de George W. Bush como el «eje del mal». Corea del Norte comprende muy bien lo que le pasó al coronel Kadhafi, que renunció a sus armas nucleares y ahora está muerto.
Es así que Corea del Norte ha adoptado una política de disuasión, que es lo que las potencias nucleares establecidas han defendido durante más de medio siglo. Quiere ser reconocido como un estado nuclear, como su mejor garantía. Y es esto lo que ha estado señalando a través de estas pruebas, sus desfiles militares. “No es una sorpresa lo ocurrido”, puntualizó Hilton.
La analista tiene claro que “Siempre hay un elemento de chantaje en la política de Corea del Norte. Es un país que no tiene muchas cartas y juega las pocas que tiene con cierta habilidad. Creo que hay un elemento de competencia entre Estados Unidos y China, más estratégica que comercial”.
Más adelante agregó: “China quiere dirigir su propio «patio trasero» y que los Estados Unidos salgan del Pacífico. Esta es la competencia que estamos viendo, sobre todo con Donald Trump en la Casa Blanca, que parece que no tiene la menor idea de estrategia. La influencia de China sobre Corea del Norte es, a menudo, exagerada. Las relaciones han sido pobres desde finales de la década del 70. Kim Jong Un nunca ha visitado Beijing y Xi Jinping nunca ha visitado Pyongyang. Es cierto que Corea del Norte se derrumbaría sin sus relaciones económicas con China, pero Corea del Norte también entiende que China no puede permitirse dejarla colapsar. Así que está extorsionando a China también”.
“Hot line”
Durante la guerra fría hubo una «hot line» entre Moscú y Washington exclusivamente para esto. Si pasaba algo, podían llamar para entender que pasaba. Esto no existe en Corea del Norte, no existe con Pekin, ni con Washington, ni con nadie. Es posible que pase algo que pueda escalar rápidamente y sin usar armas nucleares. Corea del Norte tiene artillería muy, muy grande, que puede llegar a Seúl, en Corea del Sur, sin problema. Seúl puede ser destrozada y los cálculos norteamericanos sobre el costo de una guerra convencional son horrendos. Por eso es que realmente la guerra no es una opción.
En función del escenario propuesto ganará el que utilice el factor sorpresa para eliminar al enemigo en un solo bombardeo y si ello falla habrá un intercambio nuclear, lo que significa un riesgo inaceptable, aún si logrado este, deja todas las armas convencionales, con un ejército de un millón de personas y la artillería. Entonces este no es el fin de la historia. Habría una resistencia armada a cualquier ataque convencional.
Consultada Hilton sobre la posibilidad que Putin decida sanciones económicas, la misma aseguró que “para Putin no son una solución y que el diálogo debe hacerse en función de un lenguaje inteligente y razonable que impida una catástrofe global.
“Si Corea del Norte entra en crisis ¿cómo va a reaccionar? Si – por ejemplo- hay discusión, ¿si uno puede matar a Kim Jong Un ¿entonces qué pasa?. Miren Irak, miren Libia. ¿Quieren una guerra prolongada en Corea?.Yo no veo que haya otra solución que calmarse y volver a hablar. Y creo que esto finalmente será posible», concluyó Hilton.