Crisis por 55 despidos y retiros en fábricas regionales de calzados

Wyler’s de Alcorta sumó 35 bajas esta semana. La plantilla de 150 empleados se redujo a 50 y produce un cuarto que hace dos años. En Grimoldi, de Arroyo Seco, hubo 20 cesantías y el sindicato espera 40 más. La contracara son los zapatos importados que subieron de 20,2 millones de pares a 32,6 millones, un 61% en ese lapso

La pérdida de empleo que este fin de año afectó a diversos sectores en la región, desde los 50 despidos en Vassalli de Firmat a los 35 empleados estatales de la Fábrica Militar en Fray Luis Beltrán, también alcanzó al calzado. Hubo 35 retiros voluntarios en Wyler’s de Alcorta y al menos 20 despidos en Grimoldi de Arroyo Seco. Desde el sindicato de obreros, trazaron un escenario general de “vacaciones anticipadas”, “jornadas reducidas” y retiros que son considerados suspensiones o cesantías encubiertas.

Gerardo Cucco, propietario de Wyler’s, confirmó a Rosario3.com que debió tomar esa decisión ante la crisis que atraviesa el sector. Lo sintetizó en números. En dos años, esa fábrica redujo su plantilla un tercio: de 151 empleados a los 52 actuales. Además, la producción es un cuarto de lo que fue.

«Hacíamos mil pares de zapatos de hombre por día y hoy no podemos vender ni 250 pares. Nuestra producción era de 20 mil al mes, ahora no es ni de cinco mil. Por eso salimos a buscar otro mercado», contó el empresario. La apuesta es ampliar y confeccionar calzado para mujeres. Los resultados se verán a fines de febrero. No le quedan muchas variantes más ante de caer en un cierre, como ya le ocurrió a otras firmas del sector.

Por otro lado, Grimoldi volvió a recortar su personal en la planta de Arroyo Seco. “Hubo 20 despidos y la cosa sigue mal. De 260 trabajadores quedan 150. Y ya nos dijeron que puede haber 40 más. ¿Qué vamos a hacer? No hay trabajo. No se vende, hay menos poder adquisitivo y si antes una familia compraba tres pares de zapatillas hoy sólo uno”, graficó Alberto Belotti, secretario en Santa Fe de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra).

Las dos fábricas están lejos de ser una excepción. A nivel nacional, el sindicato registra la pérdida 7 mil puestos de empleo y en Santa Fe sus afiliados se redujeron de 1.300 a 900 (400 menos). La secuencia indica que las firmas abren registros de retiros voluntarios y cuando eso no alcanza avanzan con despidos.

A ese tablero, le añaden el cierre de talleres pequeños con empleo informal. “Hay trabajos que se pierden que ni nos enteramos porque son informales”, dijo el gremialista y aseguró: “Calzado y textiles somos los más castigados por este modelo”. También alertó por una crisis contenida en Acebal.

“La situación podría ser aún mucho peor”

El ex ministro de la Producción y actual diputado nacional, Luis Contigiani, aseguró que la crisis del calzado ya arrastró al cierre a varias Pymes o talleres chicos del Gran Rosario y que “la situación podría ser aún mucho peor”. “Este año hemos intervenido en lo que llamamos el modelo Acebal, con créditos rotatorios y subsidios directos a 170 trabajadores de 30 empresas de Acebal, un esquema similar a los Repro (programa nacional)”, dijo.

“Son cinco millones de pesos globales que hemos diseñado como política anticíclica en los últimos meses de mi gestión en el Ministerio. Si no fuese por eso, Acebal hubiera estallado y tendríamos despidos generalizados”, amplió Contigiani en diálogo con Rosario3.com.

Importación: de 20 millones de pares a 32 millones

Así como el empleo y la producción caen en esa fábricas, las importaciones -el otro extremo de un mismo sube y baja- se dispararon en los últimos dos años. De enero a noviembre de 2015 ingresaron al país 20,2 millones de pares de zapatos. En el mismo período de 2016, la cifra trepó a 23,8 millones. Y en los primeros once meses de este año el acumulado se fue a 32,6 millones. El alza en 24 meses es de 61 por ciento.

Para el legislador del Frente Progresista, la visión del ministro nacional de la Producción, Francisco Cabrera, “tiene al calzado como un sector no a proteger o cuidar, sino como un rubro no competitivo que debe reconvertirse, al igual que muebles o textil”. “Reconvertirse significa cerrar y buscar otra cosa”, simplificó.

Gerardo Cucco, titular de Wyler’s, coincidió: «Nosotros estamos haciendo un cambio de rumbo, tratando de fabricar productos diferentes. Si la empresa no hubiese invertido para buscar otro futuro ya estaríamos cerrados. Son las consecuencias de abrirse así al mundo, lamentablemente para los zapateros».

«Hoy un zapato de Brasil cuesta 400 pesos y acá sale 800 ó 900. Tenemos el doble de importación que hace dos años y un dólar que no acompaña la realidad y cada vez más nos alejamos de los fabricantes brasileños y entonces todos quieren importar. Vamos a una monopolización, donde el más grande se come al más chico. Nosotros vamos a trabajar hasta donde se pueda y cuando no se pueda, no trabajaremos más», añadió.

Came advierte

Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) estableció que la producción de las Pymes Industriales creció 5,3% en noviembre frente a igual mes del año pasado. Sin embargo, el balance de los primeros once meses del año se mantiene en rojo: -0,1%.

En ese índice nacional (la encuesta es sobre 250 industrias), el rubro «Calzado y marroquinería» fue uno de los que menos creció en ese mes positivo (1,3%). Hay un agravante: la comparación es contra un 2016 que fue muy malo.

Came también avisó por el impacto de las importaciones. «En noviembre el 31% de los industriales dijo estar viéndose afectado por el ingreso de mercadería extranjera, especialmente en los rubros: textiles, maderas y muebles, calzados, y productos de caucho y plástico que, no casualmente, son los que menos están creciendo», diagnosticó el estudio.

Según el último informe del Indec, la importación de bienes de consumo subió 21,1 por ciento en los primeros once meses del año frente al mismo período de 2016. (Rosario 3)